Donald Trump y Angela Merkel impulsan nuevas sanciones contra Corea del Norte
Ambos mandatarios expresaron durante una conversación telefónica su voluntad de que la ONU adopte nuevas medidas contra la dictadura de Kim Jon-un, tras el último ensayo nuclear de Pyongyang
Infobae
Ambos dirigentes "comparten la idea de que la comunidad internacional debe aumentar la presión sobre el régimen norcoreano y que el Consejo de Seguridad de la ONU debe adoptar rápidamente nuevas sanciones más duras", indicó el portavoz de la cancillería, Steffen Seibert, en un comunicado.
Durante la conversación, Merkel dijo estar dispuesta a defender un incremento de las sanciones ante sus socios europeos, aunque, según el comunicado, "el objetivo sigue siendo (…) encontrar una solución pacífica al conflicto" con Pyongyang.
Estados Unidos, sus socios europeos y Japón anunciaron este lunes que negociarán nuevas sanciones de la ONU contra Corea del Norte, pero la postura de Pekín y Moscú, que tienen derecho de voto, sigue incierta.
Esas nuevas sanciones se someterán a votación el 11 de septiembre, declaró la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikky Haley.
El clima es particularmente tenso, luego de que Pyongyang desafiara resoluciones de la ONU al realizar el domingo un ensayo con una bomba de hidrógeno de una potencia sin precedentes y cuando parecía prepararse para otro lanzamiento de un misil balístico.
La bomba, de una potencia estimada en 50 kilotones, es cinco veces más poderosa que en la prueba anterior de Corea del Norte y tres veces más que la lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima en 1945, según dirigentes surcoreanos.
"Ya es demasiado", dijo Haley, que acusó al líder norcoreano Kim Jong-Un de "suplicar por una guerra". "La guerra no es algo que Estados Unidos quiera. No la queremos ahora, pero la paciencia de nuestro país no es ilimitada", advirtió.
"No podemos perder más tiempo", dijo el embajador nipón Koro Bessho a periodistas antes de la reunión pedida por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Japón y Corea del Sur.
"Necesitamos que Corea del Norte sienta la presión; que si siguen por este camino habrá consecuencias", agregó. "Debemos trabajar juntos hacia una nueva resolución".
Corea del Norte puso a Japón en estado de alerta al disparar la semana pasada un misil de mediano alcance que sobrevoló su territorio.
El embajador francés, François Delattre, destacó por su lado que "la amenaza pasó de ser regional a global", por lo que es necesario que el Consejo de Seguridad actúe.
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Ambos dirigentes "comparten la idea de que la comunidad internacional debe aumentar la presión sobre el régimen norcoreano y que el Consejo de Seguridad de la ONU debe adoptar rápidamente nuevas sanciones más duras", indicó el portavoz de la cancillería, Steffen Seibert, en un comunicado.
Durante la conversación, Merkel dijo estar dispuesta a defender un incremento de las sanciones ante sus socios europeos, aunque, según el comunicado, "el objetivo sigue siendo (…) encontrar una solución pacífica al conflicto" con Pyongyang.
Estados Unidos, sus socios europeos y Japón anunciaron este lunes que negociarán nuevas sanciones de la ONU contra Corea del Norte, pero la postura de Pekín y Moscú, que tienen derecho de voto, sigue incierta.
Esas nuevas sanciones se someterán a votación el 11 de septiembre, declaró la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikky Haley.
El clima es particularmente tenso, luego de que Pyongyang desafiara resoluciones de la ONU al realizar el domingo un ensayo con una bomba de hidrógeno de una potencia sin precedentes y cuando parecía prepararse para otro lanzamiento de un misil balístico.
La bomba, de una potencia estimada en 50 kilotones, es cinco veces más poderosa que en la prueba anterior de Corea del Norte y tres veces más que la lanzada por Estados Unidos sobre Hiroshima en 1945, según dirigentes surcoreanos.
"Ya es demasiado", dijo Haley, que acusó al líder norcoreano Kim Jong-Un de "suplicar por una guerra". "La guerra no es algo que Estados Unidos quiera. No la queremos ahora, pero la paciencia de nuestro país no es ilimitada", advirtió.
"No podemos perder más tiempo", dijo el embajador nipón Koro Bessho a periodistas antes de la reunión pedida por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Japón y Corea del Sur.
"Necesitamos que Corea del Norte sienta la presión; que si siguen por este camino habrá consecuencias", agregó. "Debemos trabajar juntos hacia una nueva resolución".
Corea del Norte puso a Japón en estado de alerta al disparar la semana pasada un misil de mediano alcance que sobrevoló su territorio.
El embajador francés, François Delattre, destacó por su lado que "la amenaza pasó de ser regional a global", por lo que es necesario que el Consejo de Seguridad actúe.