Ben Yedder y masaje: el Sevilla ya es líder de su grupo

Tras ganar sin despeinarse con el hat-trick del franco-tunecino, se sitúa en lo más alto del grupo. Correa y Mudo Vázquez, los mejores socios del delantero.

Juan Jiménez
As
Sin ser aún un equipo redondo y brillante como en el trepidante comienzo de temporada con Sampaoli que despertó el elogio general, al Sevilla le bastó una noche dulce de Ben Yedder para despachar al débil Maribor y colocarse líder de su grupo. Fue un partido sin historia con un inicio frío que, sin embargo, tuvo un electroshock determinante en el minuto 27. Cuando no pasaba nada más que el aburrimiento, Correa agarró un balón en una zona de nadie y empezó a desbordar jugadores violetas. Vrohvec, Kabha, Billong y Vilar cayeron a sus pies. Luego el joven argentino, de esos jugadores en los que resulta imposible detectar si romperán en figura o en talento perdido, estuvo generoso y Ben Yedder empujó el 1-0. En el fondo, ese era el gran trabajo del partido.


Una vez puestos ahí, sólo había que seguir por el carril. A Ben Yedder, que lleva seis goles en la competición (dos en la previa ante el Basaksehir, uno en Anfield y los tres de anoche) le salían amigos argentinos de todas partes. Mudo Vázquez, otro privilegiado difícil de entender en ocasiones por la poca pasión que aparenta, dibujó un pase precioso al que Ben Yedder también sacó brillo. El Maribor se había asomado dos veces por las cercanías de Sergio Rico. Tavares, su jugador franquicia, no encontró la portería. Ahmedi también estuvo asustadizo. Demasiado poco para un equipo en el umbral de lo exigido para jugar esta competición.

Corchia, animoso lateral, puso un poquito de picante. Provocó dos penaltis, aunque Kubalkov sólo vio uno. Berizzo, que vio el partido en el palco por su expulsión en Anfield, había pedido profundidad en la previa. El francés se la dio. Nolito está aún sin chispa y Correa fue más peligroso en zonas intermedias. A medio gas, y con el Sánchez Pizjuán reconociendo la figura de Biri Biri recién llegado de Gambia, el Sevilla dejó que corrieran los minutos sin hacer alardes. Nzonzi, Banega y Mudo dominaron y combinaron con comodidad la zona de creación. Salió Navas y dejó su sello con una vaselina que terminó en el larguero. Pero quien tenía ganas de llevarse el balón era Ben Yedder, que se pidió el penalti y firmó el 3-0 de una de las noches más plácidas de Champions que se recuerdan en Nervión. El camino a los octavos está más que despejado para el Sevilla.

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