Bagdad cierra el espacio aéreo de Kurdistán a los vuelos internacionales
La medida, en represalia por el referéndum de independencia, afecta también a numerosos extranjeros que trabajan en la región
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
La región autónoma de Kurdistán ha confirmado este jueves la suspensión de todos los vuelos internacionales a partir de mañana a las seis de la tarde (hora local), como resultado del cierre del espacio aéreo decretado por el Gobierno central de Irak. La medida, que de momento no se extiende a los vuelos nacionales, es el primer castigo concreto que Bagdad impone al gobierno regional por el referéndum de independencia, y ya ha motivado la cancelación de operaciones de las compañías extranjeras con rutas a Erbil o Suleimaniya, los dos aeropuertos afectados. También la salida de numerosos ciudadanos extranjeros.
“A las 18.00 horas de mañana, viernes 29 de septiembre, el Gobierno federal de Bagdad ha anunciado planes para cerrar el espacio aéreo a los vuelos internacionales y crear una zona de exclusión aérea sobre Kurdistán hasta el 29 de diciembre de 2017”, informa un comunicado difundido por el aeropuerto internacional de Erbil, el más afectado por la decisión al hallarse en la capital kurda. El texto indica que el aeródromo mantendrá su actividad habitual hasta esa hora.
Qatar Airways ha sido la última aerolínea en avisar de la suspensión de sus vuelos al norte de Irak “a petición de la Dirección de Aviación Civil iraquí”. Con anterioridad, las turcas Turkish Airlines y Pegasus, la libanesa Middle East Airlines y las compañías de bandera de Egipto y Jordania habían hecho anuncios similares. Antes incluso de que Bagdad informara de la restricción, Irán ya declaró el cierre de su espacio aéreo y la interrupción de vuelos con Kurdistán la víspera del referéndum.
“La imposición de una zona de exclusión aérea para los aeropuertos kurdos va a causar penurias a la región. Afectará a la lucha contra el ISIS [Estado Islámico] y tendrá impacto en el trabajo que la ONU y de otras organizaciones no gubernamentales llevan a cabo en apoyo de los más de 1,5 millones de refugiados y desplazados internos en Kurdistán”, ha declarado la directora general del Aeropuerto Internacional de Erbil, Talar Faiq.
Con la frontera terrestre de Irán cerrada, la de Siria en guerra y Turquía amenazando con cerrar la suya, los numerosos extranjeros que utilizan de base la región kurda para su trabajo en Irak ya han empezado a preocuparse. Aunque se mantienen los vuelos interiores y existe la posibilidad (más arriesgada) de viajar por carretera a Bagdad, la mayoría de los visitantes y residentes foráneos no tienen legalmente esa opción. Al poder entrar en la región autónoma con un visado obtenido en los propios aeropuertos, que no es reconocido por el Gobierno central, carecen de respaldo legal para su estancia en Irak.
“Ante un posible cierre de los pasos que comunican el Kurdistán con el resto de Irak, nosotros hemos colocado material de asistencia fuera de la región con el fin de que nuestros colaboradores locales puedan seguir asistiendo a la población de Mosul”, confía a EL PAÍS el responsable de una ONG internacional que ayuda a los desplazados por la guerra contra el ISIS. “Ahora lo que me preocupa es que nos quedemos aquí encerrados; barajamos la posibilidad de abrir oficinas en otras ciudades iraquíes, pero las condiciones de vida son muy difíciles”, añade.
En un correo electrónico a sus nacionales, el Consulado de Francia en Erbil aconseja a quienes carezcan de visado iraquí que abandonen Kurdistán antes del cierre del espacio aéreo. El Ministerio de Exteriores turco ha hecho una recomendación similar a sus ciudadanos “cuya presencia en la región no sea imprescindible”. Algunos no se lo han pensado dos veces y han enfilado hacia el aeropuerto, donde las agencias de noticias se hacen eco de pasajeros que han adelantado su salida ante la incertidumbre que plantea la suspensión de vuelos.
"Bagdad va a tener que articular una solución a esto", estima un diplomático europeo preocupado por los problemas consulares que plantea. Algunos observadores sugieren la posibilidad de que se cree una zona de tránsito en las lindes de la región bajo control kurdo. Mientras, la ONU se ha ofrecido para mediar en la crisis abierta.
Mientras tanto, la oficina del primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha asegurado que, a partir de ahora, Turquía sólo va a negociar la compra de petróleo de Irak con el Gobierno central, y dejará de tratar directamente con las autoridades regionales de Kurdistán. Al parecer, esa intención le fue expresada por su homólogo turco, Binali Yildirim, durante una llamada telefónica anoche. Ankara no ha revelado el contenido de esa conversación, pero Yildirim se ha expresado en ese sentido.
“En los puestos fronterizos, nuestro interlocutor será Irak. En los aeropuertos, nuestro interlocutor será Bagdad y en todas las actividades económicas, nuestro interlocutor directo será el Gobierno central iraquí”, ha declarado el primer ministro turco citado por la agencia France Presse. Sin embargo, Yildirim no ha mencionado de forma explícita el petróleo, cuyas exportaciones a través del puerto turco de Ceyhan son vitales para Kurdistán. De momento, y a pesar de las amenazas, entre 500.000 y 600.000 barriles siguen fluyendo cada día.
Ángeles Espinosa
Dubái, El País
La región autónoma de Kurdistán ha confirmado este jueves la suspensión de todos los vuelos internacionales a partir de mañana a las seis de la tarde (hora local), como resultado del cierre del espacio aéreo decretado por el Gobierno central de Irak. La medida, que de momento no se extiende a los vuelos nacionales, es el primer castigo concreto que Bagdad impone al gobierno regional por el referéndum de independencia, y ya ha motivado la cancelación de operaciones de las compañías extranjeras con rutas a Erbil o Suleimaniya, los dos aeropuertos afectados. También la salida de numerosos ciudadanos extranjeros.
“A las 18.00 horas de mañana, viernes 29 de septiembre, el Gobierno federal de Bagdad ha anunciado planes para cerrar el espacio aéreo a los vuelos internacionales y crear una zona de exclusión aérea sobre Kurdistán hasta el 29 de diciembre de 2017”, informa un comunicado difundido por el aeropuerto internacional de Erbil, el más afectado por la decisión al hallarse en la capital kurda. El texto indica que el aeródromo mantendrá su actividad habitual hasta esa hora.
Qatar Airways ha sido la última aerolínea en avisar de la suspensión de sus vuelos al norte de Irak “a petición de la Dirección de Aviación Civil iraquí”. Con anterioridad, las turcas Turkish Airlines y Pegasus, la libanesa Middle East Airlines y las compañías de bandera de Egipto y Jordania habían hecho anuncios similares. Antes incluso de que Bagdad informara de la restricción, Irán ya declaró el cierre de su espacio aéreo y la interrupción de vuelos con Kurdistán la víspera del referéndum.
“La imposición de una zona de exclusión aérea para los aeropuertos kurdos va a causar penurias a la región. Afectará a la lucha contra el ISIS [Estado Islámico] y tendrá impacto en el trabajo que la ONU y de otras organizaciones no gubernamentales llevan a cabo en apoyo de los más de 1,5 millones de refugiados y desplazados internos en Kurdistán”, ha declarado la directora general del Aeropuerto Internacional de Erbil, Talar Faiq.
Con la frontera terrestre de Irán cerrada, la de Siria en guerra y Turquía amenazando con cerrar la suya, los numerosos extranjeros que utilizan de base la región kurda para su trabajo en Irak ya han empezado a preocuparse. Aunque se mantienen los vuelos interiores y existe la posibilidad (más arriesgada) de viajar por carretera a Bagdad, la mayoría de los visitantes y residentes foráneos no tienen legalmente esa opción. Al poder entrar en la región autónoma con un visado obtenido en los propios aeropuertos, que no es reconocido por el Gobierno central, carecen de respaldo legal para su estancia en Irak.
“Ante un posible cierre de los pasos que comunican el Kurdistán con el resto de Irak, nosotros hemos colocado material de asistencia fuera de la región con el fin de que nuestros colaboradores locales puedan seguir asistiendo a la población de Mosul”, confía a EL PAÍS el responsable de una ONG internacional que ayuda a los desplazados por la guerra contra el ISIS. “Ahora lo que me preocupa es que nos quedemos aquí encerrados; barajamos la posibilidad de abrir oficinas en otras ciudades iraquíes, pero las condiciones de vida son muy difíciles”, añade.
En un correo electrónico a sus nacionales, el Consulado de Francia en Erbil aconseja a quienes carezcan de visado iraquí que abandonen Kurdistán antes del cierre del espacio aéreo. El Ministerio de Exteriores turco ha hecho una recomendación similar a sus ciudadanos “cuya presencia en la región no sea imprescindible”. Algunos no se lo han pensado dos veces y han enfilado hacia el aeropuerto, donde las agencias de noticias se hacen eco de pasajeros que han adelantado su salida ante la incertidumbre que plantea la suspensión de vuelos.
"Bagdad va a tener que articular una solución a esto", estima un diplomático europeo preocupado por los problemas consulares que plantea. Algunos observadores sugieren la posibilidad de que se cree una zona de tránsito en las lindes de la región bajo control kurdo. Mientras, la ONU se ha ofrecido para mediar en la crisis abierta.
Mientras tanto, la oficina del primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha asegurado que, a partir de ahora, Turquía sólo va a negociar la compra de petróleo de Irak con el Gobierno central, y dejará de tratar directamente con las autoridades regionales de Kurdistán. Al parecer, esa intención le fue expresada por su homólogo turco, Binali Yildirim, durante una llamada telefónica anoche. Ankara no ha revelado el contenido de esa conversación, pero Yildirim se ha expresado en ese sentido.
“En los puestos fronterizos, nuestro interlocutor será Irak. En los aeropuertos, nuestro interlocutor será Bagdad y en todas las actividades económicas, nuestro interlocutor directo será el Gobierno central iraquí”, ha declarado el primer ministro turco citado por la agencia France Presse. Sin embargo, Yildirim no ha mencionado de forma explícita el petróleo, cuyas exportaciones a través del puerto turco de Ceyhan son vitales para Kurdistán. De momento, y a pesar de las amenazas, entre 500.000 y 600.000 barriles siguen fluyendo cada día.