McDonald’s reducirá el uso de antibióticos en el pollo de sus hamburguesas
EEUU, AFP
McDonald’s anunció que a partir de 2018 comenzará a reducir a escala mundial el uso de antibióticos en sus productos de pollo como parte de un esfuerzo por contener la resistencia de los microbios a los medicamentos y la creación de supergérmenes.
Una decisión similar fue tomada para el mercado estadounidense en 2016, y se aplica a medicamentos que también son utilizados en la medicina humana, llamados Antimicrobianos de Alta Prioridad (HPCIA) por la Organización Mundial de la Salud.
“A partir de 2018 comenzaremos a implementar una nueva política para tratar a los pollos en nuestros mercados alrededor del mundo“, dijo el miércoles la compañía en un comunicado.
Para 2018, los HPCIA serán eliminados del pollo para Brasil, Canadá, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y Europa. Se hará una excepción solo para el antibiótico colistin en Europa.
Esta política se extenderá también a Australia y Rusia para fines de 2019, cuando también la excepción del colistin en Europa se eliminará. Será implementada de manera total en todo el mundo hacia enero de 2027, aunque la empresa afirmó que su objetivo es lograrlo antes de esa fecha.
Los científicos han afirmado durante años que existe un vínculo entre el uso de antibióticos en animales y la decreciente efectividad de estas drogas en la medicina humana. Las granjas industriales muchas veces utilizan estos antibióticos no para tratar alguna epidemia, sino de manera preventiva.
Muchos utilizan los medicamentos para hacer que las aves ganen peso más rápidamente: algunos antibióticos destruyen bacterias de los intestinos, lo que hace que los pollos puedan convertir la comida en músculo de una forma más acelerada.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han informado que al menos dos millones de personas en Estados Unidos son infectadas cada año por bacterias que son resistentes a los antibióticos, provocando unas 23.000 muertes.
Según varias proyecciones, las bacterias resistentes a medicamentos podrían causar más muertes que el cáncer dentro de algunas décadas.
McDonald’s anunció que a partir de 2018 comenzará a reducir a escala mundial el uso de antibióticos en sus productos de pollo como parte de un esfuerzo por contener la resistencia de los microbios a los medicamentos y la creación de supergérmenes.
Una decisión similar fue tomada para el mercado estadounidense en 2016, y se aplica a medicamentos que también son utilizados en la medicina humana, llamados Antimicrobianos de Alta Prioridad (HPCIA) por la Organización Mundial de la Salud.
“A partir de 2018 comenzaremos a implementar una nueva política para tratar a los pollos en nuestros mercados alrededor del mundo“, dijo el miércoles la compañía en un comunicado.
Para 2018, los HPCIA serán eliminados del pollo para Brasil, Canadá, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y Europa. Se hará una excepción solo para el antibiótico colistin en Europa.
Esta política se extenderá también a Australia y Rusia para fines de 2019, cuando también la excepción del colistin en Europa se eliminará. Será implementada de manera total en todo el mundo hacia enero de 2027, aunque la empresa afirmó que su objetivo es lograrlo antes de esa fecha.
Los científicos han afirmado durante años que existe un vínculo entre el uso de antibióticos en animales y la decreciente efectividad de estas drogas en la medicina humana. Las granjas industriales muchas veces utilizan estos antibióticos no para tratar alguna epidemia, sino de manera preventiva.
Muchos utilizan los medicamentos para hacer que las aves ganen peso más rápidamente: algunos antibióticos destruyen bacterias de los intestinos, lo que hace que los pollos puedan convertir la comida en músculo de una forma más acelerada.
Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han informado que al menos dos millones de personas en Estados Unidos son infectadas cada año por bacterias que son resistentes a los antibióticos, provocando unas 23.000 muertes.
Según varias proyecciones, las bacterias resistentes a medicamentos podrían causar más muertes que el cáncer dentro de algunas décadas.