Lluvia de sorpresas: Gatlin, Guliyev, perdió Mo Farah...
Los Mundiales de Londres serán recordados como los de la lluvia de sorpresas. Bolt perdió en 100 metros con Gatlin y se lesionó, un blanco como Guliyev ganó en 200...
Juanma Bellón
As
Los Mundiales de Londres, que terminaron ayer, serán recordados como los de la lluvia de sorpresas. Bolt perdió en 100 metros con Gatlin y se lesionó, un blanco como Guliyev ganó en 200, Farah perdió. Estos fueron los grandes bombazos inesperados:
Usain Bolt, destronado y lesionado
Ni el guión más cruel habría sido así. Usain Bolt se despedía del atletismo con una derrota en 100 metros ante Gatlin, su eterno rival. El Relámpago buscó redención en 4x100 y se encontró con una lesión en la última recta de su vida. Tremendo. Además, Gran Bretaña ganó el oro. Nunca pasó.
Edris terminó con el ‘Mobot’ de Farah
El gesto que hace Mo Farah cuando gana (dos manos en la cabeza) se conoce con el Mobot. El británico nacido en Somalia lo había hecho de manera ininterrumpida desde 2012, cuando en Londres hizo doblete de 5.000 y 10.000. Después vendrían más dobletes en grandes eventos. Ayer aspiraba al sexto si ganaba en 5.000, pero el etíope Edris se cruzó en su camino y le hizo el Mobot.
Guliyev, el blanco que tumbó a Van Niekerk en 200
Ramil Guliyev, nacido en Azerbaiyán y nacionalizado turco, fue el sorprendente ganador de la final de 200 metros en la que Van Niekerk aspiraba al doblete de Michael Johnson (200 y 400), pero Guliyev se cruzó en su camino y se convirtió en el segundo blanco de la historia que gana el 200 tras Kenteris. En ese doble hectómetro se dio el caso Makwala, no una sorpresa pero sí una situación surrealista.
Coburn bate a África en obstáculos
Emma Coburn, de Boulder (Colorado), se llevó la victoria en la final femenina de 3.000 obstáculos por delante de las africanas. Para que el público quedase más ojiplático, otra estadounidense como Frerichs se llevó la plata. Kenia sólo cazó el bronce con Jepkemoi. Kipkoech, cuarta se pasó una ría de largo.
Pearson bate a Harrison, la plusmarquista mundial
La australiana Sally Pearson fue campeona olímpica de 100 vallas en Londres 2012 y luego se destrozó un brazo y pasó un calvario de lesiones. Estaba recuperada para la élite en 2017, lo que no pensó es en que derrotaría a la estadounidense Kendra Harrison, la plusmarquista mundial (12.20), que ni siquiera subió al podio en Londres. Pearson gritaba y Harrison lloraba.
Karsten Warholm, un oro para Noruega
Karsten Warholm entró en la final de 400 vallas como un silencioso escandinavo de 21 años y acabó coronado con un casco de vikingo como campeón del mundo por delante del turco-cubano Copello y de Kerron Clement, el campeón olímpico. Warholm rugía.
Bosse se jugó todo a doble o nada
El francés Pierre-Ambroise Bosse es un gran aficionado al casino y se jugó todo al rojo en la final de 800 con un ataque lejanísimo, casi suicida. Pero la estrategia le salió perfecta y se colgó la medalla de oro por delante de Kszczot y Bett. “Todavía estoy en la luna”, decía el de Nantes, que suele hablar con su gato. Un personaje.
Juanma Bellón
As
Los Mundiales de Londres, que terminaron ayer, serán recordados como los de la lluvia de sorpresas. Bolt perdió en 100 metros con Gatlin y se lesionó, un blanco como Guliyev ganó en 200, Farah perdió. Estos fueron los grandes bombazos inesperados:
Usain Bolt, destronado y lesionado
Ni el guión más cruel habría sido así. Usain Bolt se despedía del atletismo con una derrota en 100 metros ante Gatlin, su eterno rival. El Relámpago buscó redención en 4x100 y se encontró con una lesión en la última recta de su vida. Tremendo. Además, Gran Bretaña ganó el oro. Nunca pasó.
Edris terminó con el ‘Mobot’ de Farah
El gesto que hace Mo Farah cuando gana (dos manos en la cabeza) se conoce con el Mobot. El británico nacido en Somalia lo había hecho de manera ininterrumpida desde 2012, cuando en Londres hizo doblete de 5.000 y 10.000. Después vendrían más dobletes en grandes eventos. Ayer aspiraba al sexto si ganaba en 5.000, pero el etíope Edris se cruzó en su camino y le hizo el Mobot.
Guliyev, el blanco que tumbó a Van Niekerk en 200
Ramil Guliyev, nacido en Azerbaiyán y nacionalizado turco, fue el sorprendente ganador de la final de 200 metros en la que Van Niekerk aspiraba al doblete de Michael Johnson (200 y 400), pero Guliyev se cruzó en su camino y se convirtió en el segundo blanco de la historia que gana el 200 tras Kenteris. En ese doble hectómetro se dio el caso Makwala, no una sorpresa pero sí una situación surrealista.
Coburn bate a África en obstáculos
Emma Coburn, de Boulder (Colorado), se llevó la victoria en la final femenina de 3.000 obstáculos por delante de las africanas. Para que el público quedase más ojiplático, otra estadounidense como Frerichs se llevó la plata. Kenia sólo cazó el bronce con Jepkemoi. Kipkoech, cuarta se pasó una ría de largo.
Pearson bate a Harrison, la plusmarquista mundial
La australiana Sally Pearson fue campeona olímpica de 100 vallas en Londres 2012 y luego se destrozó un brazo y pasó un calvario de lesiones. Estaba recuperada para la élite en 2017, lo que no pensó es en que derrotaría a la estadounidense Kendra Harrison, la plusmarquista mundial (12.20), que ni siquiera subió al podio en Londres. Pearson gritaba y Harrison lloraba.
Karsten Warholm, un oro para Noruega
Karsten Warholm entró en la final de 400 vallas como un silencioso escandinavo de 21 años y acabó coronado con un casco de vikingo como campeón del mundo por delante del turco-cubano Copello y de Kerron Clement, el campeón olímpico. Warholm rugía.
Bosse se jugó todo a doble o nada
El francés Pierre-Ambroise Bosse es un gran aficionado al casino y se jugó todo al rojo en la final de 800 con un ataque lejanísimo, casi suicida. Pero la estrategia le salió perfecta y se colgó la medalla de oro por delante de Kszczot y Bett. “Todavía estoy en la luna”, decía el de Nantes, que suele hablar con su gato. Un personaje.