Líbano suspende la lucha contra el ISIS para recuperar los cuerpos de sus soldados

Un alto el fuego entre el Ejército libanés y el ISIS permite identificar una fosa común con los restos de ocho soldados capturados en 2014

Natalia Sancha
Beirut, El País
Líbano se ha sumido en un duelo nacional este domingo. Lo ha hecho tras tres años de dolorosa incertidumbre al conocer el paradero de nueve de sus soldados capturados en 2014 por el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Los radicales apresaron a los uniformados el 2 de agosto de 2014, cuando un millar de yihadistas del Frente Al Nusra (antigua filial de Al Qaeda en Líbano) y del ISIS se infiltraran en Líbano por su frontera oriental con Siria. Desde entonces, los familiares de los nueve desaparecidos han protagonizado incansables manifestaciones para conocer la suerte de los suyos.


“Cerramos este caso con un capítulo oscuro”, ha lamentado este domingo el general mayor Abbas Ibrahim, máximo responsable de la Seguridad General libanesa. Lo ha hecho en la céntrica plaza de Riad el Solh en Beirut, tras revelar que ocho de los nueve cuerpos estaban siendo desenterrados, sin dar detalles sobre el paradero del noveno. A las 7 de la mañana (8 de la mañana en la España peninsular), el Ejército libanés anunció un alto el fuego en su lucha contra el ISIS. Acorralados por las fuerzas libanesas, parte de los radicales accedieron a revelar las coordenadas de la fosa común donde enterraron los cuerpos de los soldados a cambio de ser evacuados a la provincia siria de Deir Ezzor, al noreste de Siria y bajo el control del autoproclamado Califato.

“Las pruebas preliminares demuestran que son nuestros familiares”, dice un exhausto Hussein Yousef, hijo de uno de los nueve soldados y portavoz del resto de familias afectadas. “No estaremos seguros al 100% hasta que lleguen los resultados de las pruebas de ADN. Esperemos que no tarden más de una semana”, añade. En la plaza de Riad el Solh, los desmayos han seguido al llanto desconsolado tras las revelaciones del general Ibrahim. “Es muy doloroso, pero más dolorosa es la espera que el poder dar sepultura a los tuyos”. Quien habla es Marie Khoury, hermana de uno de los 30 soldados que fueron apresados por los muyahidines de Al Qaeda y del ISIS tres años atrás. Para Khoury, como para otras 15 familias, el calvario llegó felizmente a término en diciembre de 2015 cuando 16 soldados fueron liberados en un intercambio por presos de las cárceles libanesas.

En total 30 miembros de las fuerzas de seguridad estatal fueron apresados tras duros combates con los yihadistas que costaron la vida a otros 72 e hirieron a 400. Cuatro de los cautivos fueron ejecutados por los radicales, uno falleció a consecuencia de sus heridas y otros nueve permanecieron en manos del ISIS. Tras convivir tres años con los yihadistas de Al Nusra y del ISIS afincados en su territorio nacional, Líbano ha tomado este mes la iniciativa. Una decisión que ha provocado más de un encontronazo en el Parlamento libanés.

El millar de terroristas se hallaban en un territorio a caballo entre Siria y Líbano provocando trifulcas en el seno del Ejecutivo libanés sobre si coordinar o no la lucha con el vecino Gobierno de Bachar el Asad. Una diatriba política que ha paralizado la lucha antiterrorista y arrastrado a las Fuerzas Armadas Libanesas (LAF, por sus siglás en inglés) a una guerra de desgaste en sus fronteras.

El pasado 21 de Julio, Hezbolá (partido miembro del Gobierno libanés cuyo brazo armado combate junto a las tropas de El Asad en Siria) lanzó unilateralmente una fructífera ofensiva para expulsar a Al Nusra del Líbano. Iniciativa que ha alimentando las críticas de sus detractores nacionales que le acusan de suplantar el Ejército nacional en tanto que guardián de sus fronteras. Este 19 de agosto, han sido las LAF las que han liderado una ofensiva contra el bastión de los restantes 600 yihadistas del ISIS que resistían en las localidades libanesas de Raas Baalbek y de Al Qaa, fronterizas con Siria.

En poco más de una semana, las LAF han recuperado 100 de los 120 kilómetros cuadrados libaneses que el mini-califato del ISIS mantenía en Líbano. “Hezbolá ha negociado con el Gobierno sirio, y nosotros [Líbano] hemos sido la tercera parte en las negociaciones”, ha dicho el jefe de la Seguridad Libanesa antes de asegurar que los yihadistas que han colaborado con Ejército libanés serían evacuados hacia Deir Ezzor, pero el resto “combatidos hasta el final”. A pesar de que el Gobierno libanés niega toda coordinación tanto con Hezbolá como con el Ejército regular sirio en esta ofensiva, milicianos de Hezbolá aseguran que “se trata de una ofensiva conjunta y coordinada en una batalla que se ha librado simultáneamente de lado y lado de la frontera sirio-libanesa”.

“Un acuerdo ha sido alcanzado entre Hezbolá y la organización terrorista del ISIS en el Calamún occidental [región de siria fronteriza con Líbano] para evacuarlos hacia la región acordada [Deir Ezzor]”, ha informado este domingo la Agencia Nacional de Noticias siria, Sana. Pocas horas antes, Hezbolá aseguró haber recuperado los cuerpos de cinco de sus combatientes en un acuerdo con el ISIS. Para el bloque libanés 14 de marzo, opuesto al Gobierno de Damasco en el plano regional y a Hezbolá en el nacional, la colaboración entre los Ejércitos regulares de Líbano y Siria, con la milicia libanesa chií como bisagra intermedia, ha quedado más que patente cuando ambos países anunciaron este domingo un alto el fuego simultáneo para recuperar los cadáveres de sus hombres.

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