Falleció el hombre más viejo del mundo, sobreviviente del Holocausto
Israel, AFP
Yisrael Kristal, el hombre más viejo del mundo y superviviente del Holocausto, murió el viernes en Israel a los 113 años, un mes antes de celebrar un nuevo cumpleaños, informó el periódico “Haaretz”.
El año pasado la organización Guinness World Records le otorgó el certificado por ser el hombre más mayor del mundo, al morir el japonés Yasutaro Koide a los 112 años y 312 días.
“Todos tienen su propio destino, no hay secretos”, dijo acerca de su longevidad cuando recibió el reconocimiento.
De familia judía ortodoxa, Kristal nació en Polonia el 15 de septiembre de 1903 y fue deportado en 1940 al campo de concentración de Auschwitz, donde perdió a su mujer y sus dos hijos.
“Dos libros podrían escribirse sobre un solo día allí”, declaró en una entrevista al rotativo, pese a que no le gustaba hablar de esta experiencia.
Tras ser rescatado con 37 kilos, emigró a Israel en 1950 y fijó su residencia con su segunda mujer en la localidad septentrional de Haifa, donde abrió un exitoso negocio de confitería.
El anciano consideraba que el mundo actual “era peor que en el pasado” y criticaba “la permisividad de los jóvenes”.
“Ahora todo es de alta tecnología. Las cosas vienen fácilmente, sin esfuerzo, sin el trabajo manual del pasado”, recoge el periódico al hacerse eco de sus palabras.
Yisrael Kristal, el hombre más viejo del mundo y superviviente del Holocausto, murió el viernes en Israel a los 113 años, un mes antes de celebrar un nuevo cumpleaños, informó el periódico “Haaretz”.
El año pasado la organización Guinness World Records le otorgó el certificado por ser el hombre más mayor del mundo, al morir el japonés Yasutaro Koide a los 112 años y 312 días.
“Todos tienen su propio destino, no hay secretos”, dijo acerca de su longevidad cuando recibió el reconocimiento.
De familia judía ortodoxa, Kristal nació en Polonia el 15 de septiembre de 1903 y fue deportado en 1940 al campo de concentración de Auschwitz, donde perdió a su mujer y sus dos hijos.
“Dos libros podrían escribirse sobre un solo día allí”, declaró en una entrevista al rotativo, pese a que no le gustaba hablar de esta experiencia.
Tras ser rescatado con 37 kilos, emigró a Israel en 1950 y fijó su residencia con su segunda mujer en la localidad septentrional de Haifa, donde abrió un exitoso negocio de confitería.
El anciano consideraba que el mundo actual “era peor que en el pasado” y criticaba “la permisividad de los jóvenes”.
“Ahora todo es de alta tecnología. Las cosas vienen fácilmente, sin esfuerzo, sin el trabajo manual del pasado”, recoge el periódico al hacerse eco de sus palabras.