El sucesor de Usain Bolt en 200 es blanco: Ramil Guliyev
El turco dio la sorpresa y se colgó el oro mundial (20.09) por delante del favorito Van Niekerk (20.11) y Richards (20.11). Makwala no pudo cerrar su historia con medalla.
Juanma Bellón
As
Zambombazo en la final de 200 metros. Isaac Makwala, el hombre de acero de Botswana, dio la primera muestra de que es humano: sexto (20.44). Wayde Van Niekerk, el atleta que aspiraba al doblete en 400 y 200 de Johnson, se vio sobrepasado por la situación: plata (20.11). Ramil Guliyev, un blanco con la camiseta de Turquía y nacido en Azerbaiyán, es el nuevo campeón del mundo del doble hectómetro: 20.09. El sorprendente heredero de Usain Bolt tras cuatro mandatos de reinado.
No sólo Van Niekerk y Makwala, el estadio de Londres entero quedó en shock al ver al ganador, como ya ocurriera con Gatlin en el 100. Estos ya son oficialmente los Mundiales de las sorpresas, aunque Guliyev había llamado a las puertas del cielo cuando era joven, con la segunda mejor marca júnior (20.04) de la historia en 200 tras Bolt. El año pasado fue plata europea en Amsterdam tras Hortelano (“¡ay Bruno, cómo te echamos de menos”). Y esta temporada había bajado de 10 en 100 (9.97). Venía avisando, pero no le escucharon.
Y ayer no hizo la mejor salida, pero en la recta de meta aguantó la caída de la velocidad del doble hectómetro de manera estoica, imperturbable, sin perder la técnica. Mejor que The Dreamer Van Niekerk, y que Badman Makwala, crispado y caído, dos superhéroes que tenían la oportunidad perfecta para liderar el atletismo. La prensa británica estaba entregada a ellos, el público les adoraba. Olía a duelo, pero Guliyev se cruzó con sus tatuajes y su aspecto duro de república exsoviética. Paseó las banderas de Turquía y Azerbaiyán, pero el himno turco sonará hoy tras una carrera de marcas pobres.
El nuevo e inesperado rey, segundo blanco que gana el 200 tras Kenteris en 2001, nació en Bakú en 1990 (27 años) y fue entrenado por su padre Eldar hasta 2010, cuando éste falleció de un infarto. Después, en 2011 vinieron los problemas con Azerbaiyán. Él acusaba al gobierno de desatención y desde el país le recriminaban que se marchaba por el dinero turco. Eso, y su carácter indómito, retrasaron su explosión, que ha llegado en Londres en plena búsqueda de herederos de Bolt. ¿Un blanco? Guliyev es la respuesta a corto plazo.
Makwala, el ídolo de los Mundiales por su episodio del norovirus por el que no le dejaron correr la final de 400, el de la carrera en solitario, el de la calle 1 de la lluvia, el indestructible, se despedía cabizbajo (volverá en el 4x400). Van Niekerk estaba tibio con la plata. Guliyev era la euforia y el shock colectivo. El turco de Azerbaiyán que hereda el oro de 200 de Usain Bolt. Otra sorpresa.
Juanma Bellón
As
Zambombazo en la final de 200 metros. Isaac Makwala, el hombre de acero de Botswana, dio la primera muestra de que es humano: sexto (20.44). Wayde Van Niekerk, el atleta que aspiraba al doblete en 400 y 200 de Johnson, se vio sobrepasado por la situación: plata (20.11). Ramil Guliyev, un blanco con la camiseta de Turquía y nacido en Azerbaiyán, es el nuevo campeón del mundo del doble hectómetro: 20.09. El sorprendente heredero de Usain Bolt tras cuatro mandatos de reinado.
No sólo Van Niekerk y Makwala, el estadio de Londres entero quedó en shock al ver al ganador, como ya ocurriera con Gatlin en el 100. Estos ya son oficialmente los Mundiales de las sorpresas, aunque Guliyev había llamado a las puertas del cielo cuando era joven, con la segunda mejor marca júnior (20.04) de la historia en 200 tras Bolt. El año pasado fue plata europea en Amsterdam tras Hortelano (“¡ay Bruno, cómo te echamos de menos”). Y esta temporada había bajado de 10 en 100 (9.97). Venía avisando, pero no le escucharon.
Y ayer no hizo la mejor salida, pero en la recta de meta aguantó la caída de la velocidad del doble hectómetro de manera estoica, imperturbable, sin perder la técnica. Mejor que The Dreamer Van Niekerk, y que Badman Makwala, crispado y caído, dos superhéroes que tenían la oportunidad perfecta para liderar el atletismo. La prensa británica estaba entregada a ellos, el público les adoraba. Olía a duelo, pero Guliyev se cruzó con sus tatuajes y su aspecto duro de república exsoviética. Paseó las banderas de Turquía y Azerbaiyán, pero el himno turco sonará hoy tras una carrera de marcas pobres.
El nuevo e inesperado rey, segundo blanco que gana el 200 tras Kenteris en 2001, nació en Bakú en 1990 (27 años) y fue entrenado por su padre Eldar hasta 2010, cuando éste falleció de un infarto. Después, en 2011 vinieron los problemas con Azerbaiyán. Él acusaba al gobierno de desatención y desde el país le recriminaban que se marchaba por el dinero turco. Eso, y su carácter indómito, retrasaron su explosión, que ha llegado en Londres en plena búsqueda de herederos de Bolt. ¿Un blanco? Guliyev es la respuesta a corto plazo.
Makwala, el ídolo de los Mundiales por su episodio del norovirus por el que no le dejaron correr la final de 400, el de la carrera en solitario, el de la calle 1 de la lluvia, el indestructible, se despedía cabizbajo (volverá en el 4x400). Van Niekerk estaba tibio con la plata. Guliyev era la euforia y el shock colectivo. El turco de Azerbaiyán que hereda el oro de 200 de Usain Bolt. Otra sorpresa.