El misterioso cadáver dentro del coche que embistió a una agente
Los Mossos investigan la relación entre los hombres que se saltaron un control policial y los atentados
El País
Barcelona
Tras confirmarse que el atropello masivo del jueves en La Rambla de Barcelona obedecía a un atentado, un Ford Focus blanco se saltó el dispositivo de control de salida en la avenida Diagonal de la capital catalana alrededor de las 19.45. Arrolló a una agente de los Mossos d’Esquadra. Poco después, en la localidad de Sant Just Desvern (Barcelona), apareció una persona muerta por arma blanca en el mismo vehículo.
La policía catalana desvinculó ese incidente de los ataques que se produjeron en el centro de Barcelona. Y a pesar de que, a primera hora, atribuyeron el muerto al disparo de un agente para repeler el ataque, luego se retractaron de esa versión.
En realidad, la policía no puede vincular por el momento ese incidente con el atentado. El jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, explicó este viernes que los investigadores no han detectado por ahora elementos que relacionen al fallecido y al vehículo con los miembros del grupo yihadista.
El error inicial, según Trapero, se debe a cómo acontecieron los hechos. La policía sospecha que el coche era conducido por otra persona, que llevaba al conductor habitual, quien estaba en el asiento trasero con una herida grave de arma blanca. Al comprobar la presencia del dispositivo antiterrorista, se saltó el control de los Mossos d’Esquadra embistiendo a una sargento, a quien le rompió la pierna.
Pocos metros después, un agente tiroteó el vehículo, que no obstante pudo proseguir con su huida durante unos tres kilómetros, hasta llegar a la altura del edificio Walden, de Sant Just Desvern.
Según la investigación, el conductor del vehículo se dio a la fuga tras abandonar el turismo, con su propietario gravemente herido en los asientos de la parte posterior.
Al llegar, los agentes constataron que había una persona fallecida dentro del vehículo. Al principio pensaron que la causa de la muerte habían sido los disparos efectuados por los Mossos, pero la autopsia concluyó que había muerto por las lesiones de arma blanca que presentaba.
La policía catalana no ha hallado ningún elemento que vincule ese hecho con los atentados, pero desconoce una pista clave: la identidad de quien huyó tras dejar el coche. Aunque sí sabe quién es la víctima mortal, un ciudadano español, un cooperante de 35 años que había trabajado, entre otros países, en Haití y que residía en Vilafranca del Penedès, pero trabajaba en Barcelona.
El País
Barcelona
Tras confirmarse que el atropello masivo del jueves en La Rambla de Barcelona obedecía a un atentado, un Ford Focus blanco se saltó el dispositivo de control de salida en la avenida Diagonal de la capital catalana alrededor de las 19.45. Arrolló a una agente de los Mossos d’Esquadra. Poco después, en la localidad de Sant Just Desvern (Barcelona), apareció una persona muerta por arma blanca en el mismo vehículo.
La policía catalana desvinculó ese incidente de los ataques que se produjeron en el centro de Barcelona. Y a pesar de que, a primera hora, atribuyeron el muerto al disparo de un agente para repeler el ataque, luego se retractaron de esa versión.
En realidad, la policía no puede vincular por el momento ese incidente con el atentado. El jefe de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero, explicó este viernes que los investigadores no han detectado por ahora elementos que relacionen al fallecido y al vehículo con los miembros del grupo yihadista.
El error inicial, según Trapero, se debe a cómo acontecieron los hechos. La policía sospecha que el coche era conducido por otra persona, que llevaba al conductor habitual, quien estaba en el asiento trasero con una herida grave de arma blanca. Al comprobar la presencia del dispositivo antiterrorista, se saltó el control de los Mossos d’Esquadra embistiendo a una sargento, a quien le rompió la pierna.
Pocos metros después, un agente tiroteó el vehículo, que no obstante pudo proseguir con su huida durante unos tres kilómetros, hasta llegar a la altura del edificio Walden, de Sant Just Desvern.
Según la investigación, el conductor del vehículo se dio a la fuga tras abandonar el turismo, con su propietario gravemente herido en los asientos de la parte posterior.
Al llegar, los agentes constataron que había una persona fallecida dentro del vehículo. Al principio pensaron que la causa de la muerte habían sido los disparos efectuados por los Mossos, pero la autopsia concluyó que había muerto por las lesiones de arma blanca que presentaba.
La policía catalana no ha hallado ningún elemento que vincule ese hecho con los atentados, pero desconoce una pista clave: la identidad de quien huyó tras dejar el coche. Aunque sí sabe quién es la víctima mortal, un ciudadano español, un cooperante de 35 años que había trabajado, entre otros países, en Haití y que residía en Vilafranca del Penedès, pero trabajaba en Barcelona.