El chavismo convierte las advertencias de Trump en una amenaza para América Latina
El canciller de Nicolás Maduro pide a la comunidad internacional que invoque el derecho internacional luego de las amenazas de Washington
Alfredo Meza
Caracas, El País
La reacción oficial del régimen de Nicolás Maduro ha llegado casi dieciocho horas después de que el presidente Donald Trump amenazara con una intervención militar a Venezuela. El canciller Jorge Arreaza ha leído un comunicado en la Casa Amarilla, la sede de la diplomacia venezolana, que extiende la advertencia de Washington hacia América Latina y el Caribe. “Se alteraría permanentemente la estabilidad, la paz y la seguridad de nuestra región, declarada como zona de paz por los 33 miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) en el año 2014”, afirmó el responsable de las relaciones exteriores venezolanas.
Venezuela ha aprovechado el lance de Trump para agrupar al continente a su alrededor, insistir en la idea de convocar a una cumbre de la Celac y pasar la página de la instalación de la polémica Asamblea Nacional Constituyente, el Parlamento que hizo escoger Maduro para restarle autoridad a la Asamblea Nacional, que controla la oposición, y que no es reconocido por los países más influyentes de la región. Arreaza extendió ese llamado “a la comunidad internacional y a los pueblos libres del mundo” para que “invoquen la vigencia de las normas de derecho internacional y pongan freno a la más agresiva acción del imperio contra el pueblo en 100 años”.
El jefe de la diplomacia venezolana se refería al bloqueo naval que aplicaron Italia, Alemania e Inglaterra a Venezuela en 1902, para obligarla a pagar las deudas que el caudillo de la época, Cipriano Castro, contrajo con compañías de esos países. El sábado todo el chavismo ha recordado ese episodio de hace 105 años. Todas las reacciones parecían calcadas porque se reconocían en la lectura épica que los venezolanos hacen de la campaña independentista.
De hecho, la sesión del sábado de la Constituyente retrasó la discusión sobre la petición de adelanto de las elecciones regionales para aprobar un acuerdo de respaldo a Maduro. Allí continuaron las proclamas inflamadas que se leían en las cuentas chavistas de Twitter y en los programas de la televisora estatal Venezolana de Televisión. Los viejos guerrilleros venezolanos que el fallecido Hugo Chávez agrupó bajo su liderazgo en 1999, cuando se convirtió en presidente, fueron los primeros que intervinieron en el debate. Fernando Soto Rojas, el legendario combatiente de las Fuerzas Armadas de la Liberación Nacional, que intentó derrocar con el apoyo de Fidel Castro al gobierno socialdemócrata de Raúl Leoni en 1967, advirtió a la plenaria que tendrían que empezar a recibir entrenamiento militar para los nuevos tiempos, y pronosticó que Venezuela le daría “al imperio yanqui la misma lección que a los colonizadores españoles de principios del siglo XIX”. También intervino Emilio Colina, un diputado invidente, electo en las listas corporativas que elaboró el régimen: “Vietnam se quedará pequeño para el sacrificio heroico de nuestro pueblo”.
El chavismo siempre ha apelado al latiguillo del intervencionismo yanqui cada vez que se incrementa el conflicto con la oposición. Ahora tiene un motivo concreto para invocarlo. Arreaza no lo perdió de vista en el comunicado, pero también quiso aprovechar la ocasión para agrupar alrededor del régimen a los venezolanos que no los respaldan. “Hacemos un llamado a los patriotas de Venezuela, sin distingo de colores, parcialidades políticas, a unirnos en la defensa de nuestro suelo sagrado, de nuestro pueblo sagrado frente a la insolente agresión del extranjero. Independencia o nada, dijo el Libertador Simón Bolívar”, finalizó.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no había reaccionado a las declaraciones de Trump hasta primera hora de la tarde del sábado. Era un silencio devastador debido al calibre de las palabras del presidente de EE UU. El ala más joven de su dirigencia no perdió el foco y decidió proseguir con una manifestación programada en solidaridad con los alcaldes destituidos durante la semana por el Tribunal Supremo de Justicia. Sólo el gobernador del estado de Lara, Henri Falcón, se había manifestado apenas se enteró de la advertencia de Trump. “Insolente Trump, este peo (problema) es nuestro. Resuelve los tuyos, que son bastantes”. Los ataques que recibió lo obligaron a explicar su punto de vista, que lució como una indirecta para los demás miembros de la alianza opositora. “Con la misma fuerza que criticamos este mal gobierno, debemos condenar las pretensiones de invadir Venezuela. El silencio es cómplice”.
Alfredo Meza
Caracas, El País
La reacción oficial del régimen de Nicolás Maduro ha llegado casi dieciocho horas después de que el presidente Donald Trump amenazara con una intervención militar a Venezuela. El canciller Jorge Arreaza ha leído un comunicado en la Casa Amarilla, la sede de la diplomacia venezolana, que extiende la advertencia de Washington hacia América Latina y el Caribe. “Se alteraría permanentemente la estabilidad, la paz y la seguridad de nuestra región, declarada como zona de paz por los 33 miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) en el año 2014”, afirmó el responsable de las relaciones exteriores venezolanas.
Venezuela ha aprovechado el lance de Trump para agrupar al continente a su alrededor, insistir en la idea de convocar a una cumbre de la Celac y pasar la página de la instalación de la polémica Asamblea Nacional Constituyente, el Parlamento que hizo escoger Maduro para restarle autoridad a la Asamblea Nacional, que controla la oposición, y que no es reconocido por los países más influyentes de la región. Arreaza extendió ese llamado “a la comunidad internacional y a los pueblos libres del mundo” para que “invoquen la vigencia de las normas de derecho internacional y pongan freno a la más agresiva acción del imperio contra el pueblo en 100 años”.
El jefe de la diplomacia venezolana se refería al bloqueo naval que aplicaron Italia, Alemania e Inglaterra a Venezuela en 1902, para obligarla a pagar las deudas que el caudillo de la época, Cipriano Castro, contrajo con compañías de esos países. El sábado todo el chavismo ha recordado ese episodio de hace 105 años. Todas las reacciones parecían calcadas porque se reconocían en la lectura épica que los venezolanos hacen de la campaña independentista.
De hecho, la sesión del sábado de la Constituyente retrasó la discusión sobre la petición de adelanto de las elecciones regionales para aprobar un acuerdo de respaldo a Maduro. Allí continuaron las proclamas inflamadas que se leían en las cuentas chavistas de Twitter y en los programas de la televisora estatal Venezolana de Televisión. Los viejos guerrilleros venezolanos que el fallecido Hugo Chávez agrupó bajo su liderazgo en 1999, cuando se convirtió en presidente, fueron los primeros que intervinieron en el debate. Fernando Soto Rojas, el legendario combatiente de las Fuerzas Armadas de la Liberación Nacional, que intentó derrocar con el apoyo de Fidel Castro al gobierno socialdemócrata de Raúl Leoni en 1967, advirtió a la plenaria que tendrían que empezar a recibir entrenamiento militar para los nuevos tiempos, y pronosticó que Venezuela le daría “al imperio yanqui la misma lección que a los colonizadores españoles de principios del siglo XIX”. También intervino Emilio Colina, un diputado invidente, electo en las listas corporativas que elaboró el régimen: “Vietnam se quedará pequeño para el sacrificio heroico de nuestro pueblo”.
El chavismo siempre ha apelado al latiguillo del intervencionismo yanqui cada vez que se incrementa el conflicto con la oposición. Ahora tiene un motivo concreto para invocarlo. Arreaza no lo perdió de vista en el comunicado, pero también quiso aprovechar la ocasión para agrupar alrededor del régimen a los venezolanos que no los respaldan. “Hacemos un llamado a los patriotas de Venezuela, sin distingo de colores, parcialidades políticas, a unirnos en la defensa de nuestro suelo sagrado, de nuestro pueblo sagrado frente a la insolente agresión del extranjero. Independencia o nada, dijo el Libertador Simón Bolívar”, finalizó.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no había reaccionado a las declaraciones de Trump hasta primera hora de la tarde del sábado. Era un silencio devastador debido al calibre de las palabras del presidente de EE UU. El ala más joven de su dirigencia no perdió el foco y decidió proseguir con una manifestación programada en solidaridad con los alcaldes destituidos durante la semana por el Tribunal Supremo de Justicia. Sólo el gobernador del estado de Lara, Henri Falcón, se había manifestado apenas se enteró de la advertencia de Trump. “Insolente Trump, este peo (problema) es nuestro. Resuelve los tuyos, que son bastantes”. Los ataques que recibió lo obligaron a explicar su punto de vista, que lució como una indirecta para los demás miembros de la alianza opositora. “Con la misma fuerza que criticamos este mal gobierno, debemos condenar las pretensiones de invadir Venezuela. El silencio es cómplice”.