El Barça gana tiempo
Hace los deberes con orden pero sin brillo ante un flojo Betis. Tosca en propia puerta y Sergi Roberto fueron los goleadores. Messi, ovacionado, tiró tres veces al palo.
Santi Giménez
As
Aferrado a un Messi con muchísimo más pundonor que puntería y a un equipo que es perfectamente consciente de que son tiempos de percusión más que de violines, el Barça de Valverde ganó tres puntos y tiempo a la espera de que el técnico sepa de que plantilla dispone. De entrada, para ganar siete días a los despachos, el Barcelona se impuso en su presentación en la Liga al Betis por 2-0 en un partido en el que Leo lideró al equipo y disparó tres veces al poste y de un Sergi Roberto que volvió a demostrar que a día de hoy es el único jugador insustituible en el medio campo del conjunto catalán.
Sigue Valverde con el handicap de tener que utilizar cada partido como un ensayo de cara a lo que debe acontecer, pues no sabe el técnico aún de que elementos podrá disponer a los largo de la temporada. Este equipo es un misterio que sólo puede plantearse los partidos día a día en función de lo que tenga el técnico a su disposición. Ayer, con el tridente que aguantó los años de Luis Enrique podado en dos de sus tres ramas, Messi se encontró con unos socios en ataque muy distantes de lo que acostumbraba. Uno, Deulofeou, demostró que con confianza es un jugador más que aprovechable. Por contra, Alcácer, sigue siendo un misterio insondable. En la historia moderna del club pocos jugadores más intrascendentes (y caros) que el valenciano pueden encontrarse.
Con este panorama deportivo, un Camp Nou con media entrada (los motivos se reparten entre el verano, el atentado y la imagen reciente del equipo) y todas las dudas del mundo, el Barça superó a un Betis que también pinta a proyecto a medias. La idea de Setién parece clara, pero le faltan muchas sesiones de trabajo. Igual ayer ni era el día ni el rival para demostrar su proyecto, pero al Betis le falta, como mínimo, tanta cocción como al Barcelona. Lo que pasa es que el Barça tiene mucha más calidad que el Betis y por eso los locales se llevaron el partido con una relativa facilidad.
Salieron los de Valverde con un esquema en el que el técnico apostaba por darle a Messi el máximo protagonismo posible a costa de cambiar la ubicación natural de sus dos acompañantes en ataque. Alcácer fue un falso extremo izquierda (especialmente falso) y Deulofeu fue un buen peón por la derecha. Le falta al de Riudarenes más confianza, pero ahí hay jugador para el Barcelona. Suyas fueron las dos jugadas que originaron los goles que decidieron el partido.
La primera en un centro tocado que Tosca desvió antes de que Messi embocara a gol y la segunda, tras luchar un balón en la línea de fondo para asistir a un Sergi Roberto que a cada día que pasa se erige en un puntal insustituible en este equipo.
Por lo demás desde el bando blaugrana, pues poca cosa que añadir. Semedo más voluntad que acierto, pero dando esperanzas de ser el mejor lateral derecho que se ha fichado en los últimos años, lo que tampoco es como para echar a volar cohetes.
Aferrado a estas pequeñas cosas, que apelan más al orgullo y a la competitividad que al histórico libro de estilo, el Barça gana tiempo de la mano de un Messi que demostró ayer que sigue teniendo ganas de liderar un proyecto al que le queda mucha faena por hacer.
Santi Giménez
As
Aferrado a un Messi con muchísimo más pundonor que puntería y a un equipo que es perfectamente consciente de que son tiempos de percusión más que de violines, el Barça de Valverde ganó tres puntos y tiempo a la espera de que el técnico sepa de que plantilla dispone. De entrada, para ganar siete días a los despachos, el Barcelona se impuso en su presentación en la Liga al Betis por 2-0 en un partido en el que Leo lideró al equipo y disparó tres veces al poste y de un Sergi Roberto que volvió a demostrar que a día de hoy es el único jugador insustituible en el medio campo del conjunto catalán.
Sigue Valverde con el handicap de tener que utilizar cada partido como un ensayo de cara a lo que debe acontecer, pues no sabe el técnico aún de que elementos podrá disponer a los largo de la temporada. Este equipo es un misterio que sólo puede plantearse los partidos día a día en función de lo que tenga el técnico a su disposición. Ayer, con el tridente que aguantó los años de Luis Enrique podado en dos de sus tres ramas, Messi se encontró con unos socios en ataque muy distantes de lo que acostumbraba. Uno, Deulofeou, demostró que con confianza es un jugador más que aprovechable. Por contra, Alcácer, sigue siendo un misterio insondable. En la historia moderna del club pocos jugadores más intrascendentes (y caros) que el valenciano pueden encontrarse.
Con este panorama deportivo, un Camp Nou con media entrada (los motivos se reparten entre el verano, el atentado y la imagen reciente del equipo) y todas las dudas del mundo, el Barça superó a un Betis que también pinta a proyecto a medias. La idea de Setién parece clara, pero le faltan muchas sesiones de trabajo. Igual ayer ni era el día ni el rival para demostrar su proyecto, pero al Betis le falta, como mínimo, tanta cocción como al Barcelona. Lo que pasa es que el Barça tiene mucha más calidad que el Betis y por eso los locales se llevaron el partido con una relativa facilidad.
Salieron los de Valverde con un esquema en el que el técnico apostaba por darle a Messi el máximo protagonismo posible a costa de cambiar la ubicación natural de sus dos acompañantes en ataque. Alcácer fue un falso extremo izquierda (especialmente falso) y Deulofeu fue un buen peón por la derecha. Le falta al de Riudarenes más confianza, pero ahí hay jugador para el Barcelona. Suyas fueron las dos jugadas que originaron los goles que decidieron el partido.
La primera en un centro tocado que Tosca desvió antes de que Messi embocara a gol y la segunda, tras luchar un balón en la línea de fondo para asistir a un Sergi Roberto que a cada día que pasa se erige en un puntal insustituible en este equipo.
Por lo demás desde el bando blaugrana, pues poca cosa que añadir. Semedo más voluntad que acierto, pero dando esperanzas de ser el mejor lateral derecho que se ha fichado en los últimos años, lo que tampoco es como para echar a volar cohetes.
Aferrado a estas pequeñas cosas, que apelan más al orgullo y a la competitividad que al histórico libro de estilo, el Barça gana tiempo de la mano de un Messi que demostró ayer que sigue teniendo ganas de liderar un proyecto al que le queda mucha faena por hacer.