EE UU crece con solidez a la espera del impacto del huracán Harvey
La mayor economía del mundo se expandió en el segundo trimestre a una tasa anualizada del 3%, la más alta en dos años
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
La economía de Estados Unidos creció a una tasa anualizada del 3% en el segundo trimestre. Mejora así cuatro décimas el anticipado hace un mes. El repunte es sólido cuando se compara con el 1,2% del primero y debería sostenerse, aunque habrá que esperar a conocer el impacto del huracán Harvey. La tormenta anegó Houston, la cuarta ciudad más importante del país, y tiene paralizado todo su tejido industrial.
Las catástrofes naturales pasadas estrangularon la economía de EE UU aunque de una manera limitada. En el caso de Katrina a final de agosto de 2005, el crecimiento se moderó del 3,4% en el tercer trimestre al 2,3% en el cuatro. De ahí repuntó a un 4,9% por el impulso que acompaña a las labores de reconstrucción. Algo similar pasó con Sandy, aunque la economía era mucho más vulnerable tras la recesión.
Es pronto para tener una estimación de costes, pero tras cinco días de precipitaciones récord, se anticipa que será el desastre natural más caro de la historia. La proyección más pesimista anticipa un corte que equivaldrá a un 1% del PIB de EE UU. Además de las viviendas afectadas, hay medio millón de coches bajo el agua y el puerto de Houston, paralizado, pierde 350 millones de dólares en ingresos diarios.
Donald Trump hizo el martes un primer viaje a la zona afectada en la costa de Texas y se comprometió a movilizar toda la asistencia que se necesite para la reconstrucción. Este miércoles viaja a Missouri para dar un empujón a su iniciativa para la reforma fiscal, el pilar central de su agenda económica junto a las inversiones en infraestructuras para llevar la tasa de crecimiento a un nivel sostenido del 3%.
El recorte de impuestos, según Trump, incentiva el gasto y la inversión de las empresas. Ese estímulo genera, a sus vez, más ingresos para las arcas públicas que puede destinar a modernizar las carreteras, puentes y embalses. Lo que está por ver es cómo el presidente logra conciliar las divisiones en Washington republicano y evitar una derrota como la que sufrió con la derogación de Obamacare.
Pendiente de la inflación
Aunque la expansión en el segundo trimestre en la más alta en dos años y se acerca al objetivo de Donald Trump, la baja productividad impide que la economía avance al potencial que tenía antes de la crisis. La Reserva Federal y el Fondo Monetario Internacional proyectaban antes del golpe del huracán una tasa de crecimiento próximas al 2% para el conjunto del año, entre otros motivos porque la agenda de Trump no prospera.
El viernes se publica el dato de empleo de agosto, que no incluirá aún el efecto de Harvey porque la encuesta de población activa se hizo antes. La atención se centrará en ver cuánto suben los salarios, porque eso podría indicar por donde irá la inflación, que sigue baja pese a que el mercado laboral esté en una situación de pleno empleo. La evolución de los precios determinará si la Fed subirá tipos en diciembre.
El consumo privado, que representa dos tercios de la economía, creció un 3,3% en el segundo trimestre, medio punto más de lo anticipado. También dio impulso la inversión empresarial, que mejoraron además los beneficios un 7%, y el alza en las exportaciones. Del lado negativo hicieron de lastre el sector de la vivienda, donde el gasto se contrajo un 6,5%, y la caída de los inventarios.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
La economía de Estados Unidos creció a una tasa anualizada del 3% en el segundo trimestre. Mejora así cuatro décimas el anticipado hace un mes. El repunte es sólido cuando se compara con el 1,2% del primero y debería sostenerse, aunque habrá que esperar a conocer el impacto del huracán Harvey. La tormenta anegó Houston, la cuarta ciudad más importante del país, y tiene paralizado todo su tejido industrial.
Las catástrofes naturales pasadas estrangularon la economía de EE UU aunque de una manera limitada. En el caso de Katrina a final de agosto de 2005, el crecimiento se moderó del 3,4% en el tercer trimestre al 2,3% en el cuatro. De ahí repuntó a un 4,9% por el impulso que acompaña a las labores de reconstrucción. Algo similar pasó con Sandy, aunque la economía era mucho más vulnerable tras la recesión.
Es pronto para tener una estimación de costes, pero tras cinco días de precipitaciones récord, se anticipa que será el desastre natural más caro de la historia. La proyección más pesimista anticipa un corte que equivaldrá a un 1% del PIB de EE UU. Además de las viviendas afectadas, hay medio millón de coches bajo el agua y el puerto de Houston, paralizado, pierde 350 millones de dólares en ingresos diarios.
Donald Trump hizo el martes un primer viaje a la zona afectada en la costa de Texas y se comprometió a movilizar toda la asistencia que se necesite para la reconstrucción. Este miércoles viaja a Missouri para dar un empujón a su iniciativa para la reforma fiscal, el pilar central de su agenda económica junto a las inversiones en infraestructuras para llevar la tasa de crecimiento a un nivel sostenido del 3%.
El recorte de impuestos, según Trump, incentiva el gasto y la inversión de las empresas. Ese estímulo genera, a sus vez, más ingresos para las arcas públicas que puede destinar a modernizar las carreteras, puentes y embalses. Lo que está por ver es cómo el presidente logra conciliar las divisiones en Washington republicano y evitar una derrota como la que sufrió con la derogación de Obamacare.
Pendiente de la inflación
Aunque la expansión en el segundo trimestre en la más alta en dos años y se acerca al objetivo de Donald Trump, la baja productividad impide que la economía avance al potencial que tenía antes de la crisis. La Reserva Federal y el Fondo Monetario Internacional proyectaban antes del golpe del huracán una tasa de crecimiento próximas al 2% para el conjunto del año, entre otros motivos porque la agenda de Trump no prospera.
El viernes se publica el dato de empleo de agosto, que no incluirá aún el efecto de Harvey porque la encuesta de población activa se hizo antes. La atención se centrará en ver cuánto suben los salarios, porque eso podría indicar por donde irá la inflación, que sigue baja pese a que el mercado laboral esté en una situación de pleno empleo. La evolución de los precios determinará si la Fed subirá tipos en diciembre.
El consumo privado, que representa dos tercios de la economía, creció un 3,3% en el segundo trimestre, medio punto más de lo anticipado. También dio impulso la inversión empresarial, que mejoraron además los beneficios un 7%, y el alza en las exportaciones. Del lado negativo hicieron de lastre el sector de la vivienda, donde el gasto se contrajo un 6,5%, y la caída de los inventarios.