Cuba: decisión de Washington de expulsar a nuestros diplomáticos es injustificada e infundada
Cuba, EFE
El Gobierno cubano aseguró hoy que jamás ha permitido que la isla sea utilizada para acciones contra diplomáticos y se mostró dispuesto a cooperar para esclarecer unos “incidentes” que afectaron a la salud de funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.
El Ministerio cubano de Relaciones Exteriores (Minrex) replicó así, en un comunicado leído en la televisión estatal, al anuncio del Departamento de Estado de EE.UU de que en mayo exigió la salida de dos diplomáticos cubanos en Washington como consecuencia de dichos “incidentes”.
EE UU no ha aclarado en qué consistieron esos incidentes, pero según la cadena CNN, que citó fuentes oficiales, al menos dos diplomáticos estadounidenses tuvieron que ser trasladados a su país el año pasado para recibir tratamiento tras sufrir “un ataque acústico” con “dispositivos de sonido”.
Según ese medio, como resultado del supuesto “ataque acústico” sufrido por los diplomáticos en Cuba, algunos de ellos sufren pérdida de audición permanente.
La Cancillería cubana, en el texto difundido la noche de este miércoles, “enfatiza categóricamente que Cuba jamás ha permitido ni permitirá que el territorio cubano sea utilizado para cualquier acción en contra de funcionarios diplomáticos acreditados ni sus familiares, sin excepción”.
Además, “reitera la disposición a cooperar para lograr el esclarecimiento de esta situación”.
De acuerdo con la versión de Cuba, el pasado 17 de febrero el Minrex fue informado por la Embajada de EE.UU en La Habana y el Departamento de Estado “sobre la presunta ocurrencia de incidentes que causaron afecciones a algunos funcionarios de esa sede diplomática y sus familiares”.
“Cuba tomó con suma seriedad este asunto y actuó con celeridad y profesionalismo para el esclarecimiento de esta situación, iniciando una investigación exhaustiva, prioritaria y urgente por indicación del más alto nivel del Gobierno cubano”, prosigue el comunicado.
El Gobierno cubano “transmitió a la Embajada estadounidense la necesidad de compartir información y propuso establecer cooperación entre las autoridades competentes de ambos países”.
También, entre otras medidas, se “ampliaron y reforzaron las medidas de protección y seguridad a la sede, su personal y las residencias diplomáticas“, afirma la Cancillería de la isla.
En Cuba, la mayoría del personal diplomático y sus familias reside en viviendas que pertenecen al Estado cubano y existe una normativa muy restrictiva para que los extranjeros que residen temporalmente en la isla puedan alquilar casas particulares a cubanos de forma privada.
El 23 de mayo, EE.UU. comunicó a Cuba que dos de sus funcionarios en Washington debían abandonar el país, una “injustificada e infundada decisión” que motivó una protesta del Minrex.
Ese departamento reafirmó que la isla “cumple con todo rigor y seriedad” la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 en lo referido a la protección de la integridad de los agentes y sedes diplomáticas, y defendió que Cuba es un “destino seguro para visitantes y diplomáticos extranjeros, incluidos los estadounidenses”.
Esta polémica saltó hoy a las noticias después de que la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, ofreciera a la prensa una críptica explicación sobre unos incidentes sufridos por diplomáticos de EE.UU. en La Habana y que provocaron, a su vez, que Washington pidiera a Cuba la salida de dos de sus funcionarios en ese país.
La vocera precisó que hace meses que el Gobierno estadounidense investiga lo ocurrido, argumentó que la política del Departamento de Estado es no dar detalles cuando se trata de la salud de ciudadanos estadounidenses y solo confirmó que la vida de los afectados no corrió riesgo.
Nauert no precisó qué agencia del Gobierno lidera la investigación de lo ocurrido, pero una fuente oficial del FBI confirmó a la CBS que el Buró participa en las pesquisas.
También subrayó varias veces que el Gobierno de Donald Trump “se toma muy seriamente” estos “incidentes” porque el Ejecutivo cubano “tiene la responsabilidad de proteger” al personal diplomático estadounidense “por la Convención de Ginebra”.
Las relaciones entre La Habana y Washington se han deteriorado tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien ha cumplido en parte su promesa de campaña al exilio cubano en Miami de que daría marcha atrás en el acercamiento bilateral iniciado en 2014, bajo la Administración de su antecesor, Barack Obama.
Trump anunció en junio pasado un endurecimiento de las condiciones bajo las que los estadounidenses pueden viajar a Cuba y la prohibición a las empresas de su país de realizar negocios con compañías vinculadas a las fuerzas armadas de la isla.
El Gobierno cubano aseguró hoy que jamás ha permitido que la isla sea utilizada para acciones contra diplomáticos y se mostró dispuesto a cooperar para esclarecer unos “incidentes” que afectaron a la salud de funcionarios de la Embajada de Estados Unidos en La Habana.
El Ministerio cubano de Relaciones Exteriores (Minrex) replicó así, en un comunicado leído en la televisión estatal, al anuncio del Departamento de Estado de EE.UU de que en mayo exigió la salida de dos diplomáticos cubanos en Washington como consecuencia de dichos “incidentes”.
EE UU no ha aclarado en qué consistieron esos incidentes, pero según la cadena CNN, que citó fuentes oficiales, al menos dos diplomáticos estadounidenses tuvieron que ser trasladados a su país el año pasado para recibir tratamiento tras sufrir “un ataque acústico” con “dispositivos de sonido”.
Según ese medio, como resultado del supuesto “ataque acústico” sufrido por los diplomáticos en Cuba, algunos de ellos sufren pérdida de audición permanente.
La Cancillería cubana, en el texto difundido la noche de este miércoles, “enfatiza categóricamente que Cuba jamás ha permitido ni permitirá que el territorio cubano sea utilizado para cualquier acción en contra de funcionarios diplomáticos acreditados ni sus familiares, sin excepción”.
Además, “reitera la disposición a cooperar para lograr el esclarecimiento de esta situación”.
De acuerdo con la versión de Cuba, el pasado 17 de febrero el Minrex fue informado por la Embajada de EE.UU en La Habana y el Departamento de Estado “sobre la presunta ocurrencia de incidentes que causaron afecciones a algunos funcionarios de esa sede diplomática y sus familiares”.
“Cuba tomó con suma seriedad este asunto y actuó con celeridad y profesionalismo para el esclarecimiento de esta situación, iniciando una investigación exhaustiva, prioritaria y urgente por indicación del más alto nivel del Gobierno cubano”, prosigue el comunicado.
El Gobierno cubano “transmitió a la Embajada estadounidense la necesidad de compartir información y propuso establecer cooperación entre las autoridades competentes de ambos países”.
También, entre otras medidas, se “ampliaron y reforzaron las medidas de protección y seguridad a la sede, su personal y las residencias diplomáticas“, afirma la Cancillería de la isla.
En Cuba, la mayoría del personal diplomático y sus familias reside en viviendas que pertenecen al Estado cubano y existe una normativa muy restrictiva para que los extranjeros que residen temporalmente en la isla puedan alquilar casas particulares a cubanos de forma privada.
El 23 de mayo, EE.UU. comunicó a Cuba que dos de sus funcionarios en Washington debían abandonar el país, una “injustificada e infundada decisión” que motivó una protesta del Minrex.
Ese departamento reafirmó que la isla “cumple con todo rigor y seriedad” la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 en lo referido a la protección de la integridad de los agentes y sedes diplomáticas, y defendió que Cuba es un “destino seguro para visitantes y diplomáticos extranjeros, incluidos los estadounidenses”.
Esta polémica saltó hoy a las noticias después de que la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, ofreciera a la prensa una críptica explicación sobre unos incidentes sufridos por diplomáticos de EE.UU. en La Habana y que provocaron, a su vez, que Washington pidiera a Cuba la salida de dos de sus funcionarios en ese país.
La vocera precisó que hace meses que el Gobierno estadounidense investiga lo ocurrido, argumentó que la política del Departamento de Estado es no dar detalles cuando se trata de la salud de ciudadanos estadounidenses y solo confirmó que la vida de los afectados no corrió riesgo.
Nauert no precisó qué agencia del Gobierno lidera la investigación de lo ocurrido, pero una fuente oficial del FBI confirmó a la CBS que el Buró participa en las pesquisas.
También subrayó varias veces que el Gobierno de Donald Trump “se toma muy seriamente” estos “incidentes” porque el Ejecutivo cubano “tiene la responsabilidad de proteger” al personal diplomático estadounidense “por la Convención de Ginebra”.
Las relaciones entre La Habana y Washington se han deteriorado tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien ha cumplido en parte su promesa de campaña al exilio cubano en Miami de que daría marcha atrás en el acercamiento bilateral iniciado en 2014, bajo la Administración de su antecesor, Barack Obama.
Trump anunció en junio pasado un endurecimiento de las condiciones bajo las que los estadounidenses pueden viajar a Cuba y la prohibición a las empresas de su país de realizar negocios con compañías vinculadas a las fuerzas armadas de la isla.