Corea del Norte amenaza con responder a las sanciones con un “mar de fuego” en EE UU
China urge a Pyongyang a cumplir con la ONU y detener las pruebas de misiles balísticos
Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
Corea del Norte usó su habitual retórica belicista para condenar las sanciones económicas contra el país. Lo hizo a modo de advertencia, antes incluso de que Naciones Unidas aprobara formalmente el sábado por unanimidad un endurecimiento del castigo a Pyongyang por no desistir en el desarrollo de su programa nuclear y de misiles balísticos. Un editorial del periódico estatal norcoreano Rodong Sinmun, publicado este domingo pero escrito antes de la reunión del Consejo de Seguridad, promete convertir Estados Unidos "en un mar de fuego inimaginable" en caso de que se aprueben nuevas sanciones y Washington opte por la vía militar.
"El día en que Estados Unidos se atreva a molestar a nuestra nación con armas nucleares y sanciones, su territorio continental será catapultado a un mar de fuego inimaginable", dice el texto. No son palabras nuevas para la propaganda del régimen norcoreano, que dice sentirse amenazado por Washington e insiste en que no renunciará a sus ambiciones nucleares a pesar de los castigos económicos impuestos por la comunidad internacional. "La capacidad de emprender una potente guerra disuasoria es una elección estratégica de defensa para nuestro pueblo", dice el editorial, según la agencia surcoreana Yonhap.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el sábado una nueva ronda de sanciones económicas contra Corea del Norte que, sobre el papel, bloquea las compras a Pyongyang de minerales como el carbón, el hierro o el plomo, además de otros productos como marisco. Según los cálculos de la ONU, su entrada en vigor reducirá en 1.000 millones de dólares al año los ingresos que el régimen se embolsa a través del comercio exterior. La efectividad de estas medidas depende casi en su totalidad de China, origen y destino del 90% de los intercambios de Corea del Norte. Pyongyang lleva sujeto a sanciones económicas desde el año 2006 y su programa nuclear, lejos de haberse parado, ha experimentado un acelerón especialmente desde que el joven Kim Jong-un llegó al poder.
Washington, Seúl y Pekín cerraron filas este domingo en torno al endurecimiento de las sanciones, aunque China matizó su apoyo asegurando que castigar a Pyongyang "no debería ser el objetivo último". Los jefes de la diplomacia de estos tres países, junto a una veintena más, se han reunido este fin de semana en Manila en el marco de la encuentro anual de ministros de Asuntos Exteriores de la Asociación de Países del Sureste Asiático (ASEAN), donde también han sido invitados los representantes de China, Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia. Es, de hecho, el único encuentro multilateral en el que participan todos los miembros de las conversaciones a seis bandas, suspendidas desde 2009 y que tenían por objetivo sentar las bases para una resolución pacífica del conflicto norcoreano.
La presencia del titular de exteriores norcoreano, Ri Yong-ho, ha despertado expectación por ocurrir a los pocos días de un segundo lanzamiento de un cohete de alcance intercontinental e inmediatamente después de la nueva ronda de sanciones. Ri se reunió con Wang Yi, su homólogo chino, que le instó a detener las pruebas de misiles balísticos y a "no violar las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", informa Reuters. Wang no quiso hablar sobre si Ri se había comprometido a algo al respecto, mientras que el enviado norcoreano evitó la prensa.
Los diplomáticos estadounidenses han descartado que el secretario de Estado, Rex Tillerson, también presente en el encuentro, se reúna con Ri. Tampoco está previsto que haya contactos, al menos directos, entre los representantes de las dos Coreas. Pero todos ellos han coincidido en la misma sala durante las discusiones, que han girado en torno a los problemas de seguridad derivados del programa nuclear norcoreano.
Para el titular chino, el único que ha podido reunirse directamente con todas las partes implicadas, la situación en la península coreana "se encuentra en una coyuntura crítica". Wang defendió la opción china, basada en una suspensión de las pruebas nucleares y de misiles por parte de Corea del Norte y de las maniobras militares conjuntas de Estados Unidas y Corea del Sur. "Actualmente es la solución más realista y plausible", sostuvo.
Xavier Fontdeglòria
Pekín, El País
Corea del Norte usó su habitual retórica belicista para condenar las sanciones económicas contra el país. Lo hizo a modo de advertencia, antes incluso de que Naciones Unidas aprobara formalmente el sábado por unanimidad un endurecimiento del castigo a Pyongyang por no desistir en el desarrollo de su programa nuclear y de misiles balísticos. Un editorial del periódico estatal norcoreano Rodong Sinmun, publicado este domingo pero escrito antes de la reunión del Consejo de Seguridad, promete convertir Estados Unidos "en un mar de fuego inimaginable" en caso de que se aprueben nuevas sanciones y Washington opte por la vía militar.
"El día en que Estados Unidos se atreva a molestar a nuestra nación con armas nucleares y sanciones, su territorio continental será catapultado a un mar de fuego inimaginable", dice el texto. No son palabras nuevas para la propaganda del régimen norcoreano, que dice sentirse amenazado por Washington e insiste en que no renunciará a sus ambiciones nucleares a pesar de los castigos económicos impuestos por la comunidad internacional. "La capacidad de emprender una potente guerra disuasoria es una elección estratégica de defensa para nuestro pueblo", dice el editorial, según la agencia surcoreana Yonhap.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el sábado una nueva ronda de sanciones económicas contra Corea del Norte que, sobre el papel, bloquea las compras a Pyongyang de minerales como el carbón, el hierro o el plomo, además de otros productos como marisco. Según los cálculos de la ONU, su entrada en vigor reducirá en 1.000 millones de dólares al año los ingresos que el régimen se embolsa a través del comercio exterior. La efectividad de estas medidas depende casi en su totalidad de China, origen y destino del 90% de los intercambios de Corea del Norte. Pyongyang lleva sujeto a sanciones económicas desde el año 2006 y su programa nuclear, lejos de haberse parado, ha experimentado un acelerón especialmente desde que el joven Kim Jong-un llegó al poder.
Washington, Seúl y Pekín cerraron filas este domingo en torno al endurecimiento de las sanciones, aunque China matizó su apoyo asegurando que castigar a Pyongyang "no debería ser el objetivo último". Los jefes de la diplomacia de estos tres países, junto a una veintena más, se han reunido este fin de semana en Manila en el marco de la encuentro anual de ministros de Asuntos Exteriores de la Asociación de Países del Sureste Asiático (ASEAN), donde también han sido invitados los representantes de China, Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón y Rusia. Es, de hecho, el único encuentro multilateral en el que participan todos los miembros de las conversaciones a seis bandas, suspendidas desde 2009 y que tenían por objetivo sentar las bases para una resolución pacífica del conflicto norcoreano.
La presencia del titular de exteriores norcoreano, Ri Yong-ho, ha despertado expectación por ocurrir a los pocos días de un segundo lanzamiento de un cohete de alcance intercontinental e inmediatamente después de la nueva ronda de sanciones. Ri se reunió con Wang Yi, su homólogo chino, que le instó a detener las pruebas de misiles balísticos y a "no violar las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", informa Reuters. Wang no quiso hablar sobre si Ri se había comprometido a algo al respecto, mientras que el enviado norcoreano evitó la prensa.
Los diplomáticos estadounidenses han descartado que el secretario de Estado, Rex Tillerson, también presente en el encuentro, se reúna con Ri. Tampoco está previsto que haya contactos, al menos directos, entre los representantes de las dos Coreas. Pero todos ellos han coincidido en la misma sala durante las discusiones, que han girado en torno a los problemas de seguridad derivados del programa nuclear norcoreano.
Para el titular chino, el único que ha podido reunirse directamente con todas las partes implicadas, la situación en la península coreana "se encuentra en una coyuntura crítica". Wang defendió la opción china, basada en una suspensión de las pruebas nucleares y de misiles por parte de Corea del Norte y de las maniobras militares conjuntas de Estados Unidas y Corea del Sur. "Actualmente es la solución más realista y plausible", sostuvo.