Varias ONG rechazan las nuevas reglas de Italia para rescatar inmigrantes

Médicos sin fronteras no acepta que policías armados puedan subir a bordo de las embarcaciones de rescate

Lucia Magi
Roma, El País
No todas las ONG empeñadas en salvar refugiados e inmigrantes en el Mediterráneo decidieron avalar el protocolo propuesto por el Gobierno italiano y sellado de forma definitiva en Roma. Tras semanas de negociaciones y dos encuentros celebrados en el ministerio de Interior, la reunión de este lunes debía ser rápida, apenas una formalidad para firmar el texto propuesto por Italia con la bendición de Bruselas y enmendado por las organizaciones empeñadas en el Canal de Sicilia. Pero no fue así. Muchas siglas ni acudieron a la mesa y entre las que sí fueron, la más grande y representativa, Médicos sin fronteras, decidió no firmar.


De los 13 puntos de este código de conducta hay uno que no pudo aceptar: dejar subir a bordo agentes de la policía armados. “Viola los principios humanitarios de independencia, imparcialidad y neutralidad que respetamos en los 70 países en los que operamos”, dicen desde la sede romana de la organización internacional. Y concretan: “si aceptamos armas a bordo de nuestra nave Prudence, ¿cuánto habrá que esperar antes de que nos impongan la presencia militar en los hospitales de Afganistán?”. Otras ONG como Save the children o la maltesa Moas se conformaron con la promesa de que la presencia policial no “interferirá en las operaciones humanitarias”, enmienda que el gobierno accedió a añadir al texto original.

El nuevo código de conducta establece también la prohibición de entrar en aguas territoriales de Libia; obliga a tener siempre en funcionamiento los radares de localización; impide la emisión de señales luminosas que puedan avisar de su presencia a los traficantes de personas en la costa libia e insta las ONG a declarar en el país de origen las fuentes de financiación.“

Estas normas describen de modo bastante certero el modus operandi que llevamos a cabo tanto en el Mediterráneo central como en el Egeo, por lo entendemos que no debe suponer un cambio significativo en el desarrollo de las operaciones de rescate”, se lee en la carta que la española Proactiva Open Arms redactó tras un intenso día de debate interno, decidiendo finalmente adherirse al código.

“Las ONG que no firmaron quedan fuera del sistema organizado para el rescate en mar, con todas las consecuencias concretas que eso conlleva”, zanja la nota del ministerio de Interior. Sin embargo, parece improbable que Roma de pie a la amenaza airada en las semanas pasadas de cerrar los puertos a las naves que no aceptaron las nuevas reglas. Italia necesita como agua de mayo que estas sigan ayudando su Guardia costera. Mientras los socios europeos siguen mirando desde lejos, las ONG que cada día patrullan aquel tramo de mar han salvado y acompañado a los puertos italianos el 40 por ciento de los extranjeros desembarcados en lo que va de año.

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