Tres palestinos y tres colonos judíos muertos en una nueva ola de violencia

Las protestas contra la policía israelí crecen en la Explanada de las Mezquitas

Lourdes Baeza
Jerusalén, El País
Los territorios palestinos ocupados se convirtieron este viernes en el escenario de violentos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad israelíes y jóvenes palestinos que reclaman que la Policía hebrea retire los arcos de seguridad colocados en los accesos a la Explanada de las Mezquitas tras el asesinato de dos agentes hebreos. La escalada de violencia dejó tres muertos en Jerusalén Este y centenares de heridos, 19 de bala según la Media Roja palestina. La Policía israelí niega el uso de munición real para sofocar las protestas para las que Israel movilizó a más de 8.000 efectivos de refuerzo.


Los enfrentamientos de los últimos días en la Puerta de los Leones y algunos de los accesos a la Explanada de las Mezquitas, en la Ciudad Vieja de Jerusalén se trasladaron este viernes a los barrios del Este de la ciudad. El gran despliegue de seguridad, puesto en marcha por las fuerzas israelíes alrededor del casco histórico, apenas permitía la concentración de gente alrededor de la muralla.
Tres israelíes mueren apuñalados en Cisjordania

Tres israelíes han muerto la noche de este viernes en Cisjordania, en el asentamiento judío de Halamish, también conocido como Neveh Tzuf, al ser apuñalados por un palestino que fue posteriormente abatido. Según informaron los servicios médicos de la Estrella Roja de David, los tres fallecidos son un hombre de 60 años, otro de 40 y una mujer de 60 que presentaba varias heridas punzantes en la espalda y que fue la última en sucumbir por las heridas. También resultó herida leve otra mujer que se encontraba en la misma vivienda donde sucedió todo. El asentamiento de Halamish se encuentra al norte de Ramala, cerca del pueblo palestino de an-Nabi Saleh donde, según testigos anoche fueron desplegadas un gran número de fuerzas israelíes

Más de 3000 policías y cinco batallones extra del ejército fueron movilizados para una jornada que se preveía violenta desde antes del amanecer y para la que la Policía israelí colocó de madrugada nuevas barreras y controles de acceso a Jerusalén. Tenían orden de permitir el paso para el rezo de mediodía sólo a los hombres mayores de 50 años y a las mujeres.

Y los peores augurios se cumplieron. Miles de palestinos se congregaron para rezar fuera de las murallas y cuando terminaron, comenzaron los enfrentamientos con los agentes hebreos en los que murieron tres jóvenes palestinos. Dos de los fallecidos, Mahmud Sharaf (17), y Muhamad Abu Ghanam (20) morían poco después del mediodía en los disturbios que se desataron en el barrio de Ras el-Amud, en Jerusalén Este y el tercero, Mohammad Lafi (18), a primera hora de la tarde por un disparo en el pecho en Abu Dis, también al este de la ciudad.

Robo de cadáver

En el hospital islámico al-Makased, donde según los médicos Abu Ghanam llegó prácticamente muerto, se vivieron momentos muy tensos cuando las fuerzas de seguridad israelíes irrumpieron en el centro. Una práctica a la que dicen estar ya acostumbrados los trabajadores del hospital. “Teníamos al joven Muhamad, muerto, en una sala de quirófano porque habíamos intentado reanimarle sin éxito cuando los policías entraron en el edificio”, asegura a EL PAÍS Yusef Murar, el supervisor que en ese momento estaba de guardia. “Sus parientes sabían que si lo encontraban los agentes israelíes se llevarían el cuerpo, así que varios familiares irrumpieron en la sala y según lo teníamos, aún a corazón abierto, se lo llevaron envuelto en la sábana de la camilla”, cuenta Yusef.

La imagen de un grupo de jóvenes sacando el cadáver apresuradamente a través de huertos y escalando una tapia con el muerto, para poder llevarlo a enterrar, fue una de las más repetidas este viernes en los medios palestinos. Varios medios locales, como la agencia palestina Maan y el diario hebreo Haaretz, citan testigos que aseguran que el otro fallecido en Ras el-Amud recibió un disparo de un colono israelí.

“Las fuerzas israelíes entraron en el hospital como parte de la investigación que hay en curso sobre lo que sucedió en Ras El-Amud”, confirmó a EL PAÍS el portavoz de la Policía israelí, Micky Rosenfeld. “Nuestros agentes en ningún momento utilizaron munición real. Por eso es importante tener los cuerpos antes de que sean enterrados, para constatar cómo murieron realmente e investigar lo sucedido”, asegura Rosenfeld que confirma también la detención de diez palestinos este viernes en Jerusalén..

Centenares de heridos

Según los datos facilitados por la Media Luna Roja y el Ministerio de Salud palestinos, hasta el atardecer 450 personas requirieron atención médica en Cisjordania y Jerusalén Este, la mayoría por impactos del material antidisturbios, contusiones e intoxicación por inhalación de gases lacrimógenos. De los 19 heridos de bala atendidos por los sanitarios palestinos, cinco resultaron heridos en diferentes localidades de Jerusalén Este, siete en Hebrón, seis en el paso fronterizo de Qalandia y uno en Nablus.

Las medidas de seguridad adicionales fueron impuestas por Israel después de que, el viernes de la semana pasada, tres jóvenes árabe israelíes saliesen de la Explanada de las Mezquitas armados y asesinasen a dos policías drusos israelíes: Hael Satawi y Kamil Shanan. Tras dos días cerrado, la Policía israelí reabrió paulatinamente las nueve puertas del complejo pero los imanes y el Waqf, la autoridad islámica jordana que lo administra, acusaron a Israel de modificar el Status Quo vigente y se negaron a permitir que los fieles pasasen por los arcos de seguridad instalados. El presidente palestino Mahmud Abbas anunció la noche del viernes que congela los contactos con Israel a todos los niveles hasta que retiren los detectores.

Esta semana, varias de las facciones armadas palestinas pidieron desde Gaza a los jóvenes que acudieran a Jerusalén el viernes para defender al-Aksa. También los líderes religiosos, con el Gran Mufti de Jerusalén a la cabeza, anunciaron el cierre de las mezquitas el viernes para que los fieles acudieran a rezar a mediodía lo más cerca posible de la Explanada de las Mezquitas, como medida de protesta por los detectores de metales instalados por Israel en la entrada del recinto sagrado en la Ciudad Vieja.

Ante la amenaza de un levantamiento generalizado en los territorios ocupados palestinos, el primer ministro hebreo, Benjamin Netanyahu, reunió la noche del jueves a su gabinete de seguridad. Según informaron medios israelíes, el servicio de seguridad interior (Shin Bet) y el ejército recomendaron la retirada de los detectores pero la Policía israelí se mostró partidaria de dejarlos. Ya de madrugada, el gabinete decidió no retirarlos, a pesar de las protestas. "Israel está decidido a mantener el statu quo en el Monte del Templo [Explanada de las Mezquitas] y la libertad de acceso a los lugares santos", indicó la oficina del Netanyahu, en un comunicado.

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