Parlamento brasileño empieza a analizar denuncia que podría costarle cargo a Temer

Temer fue acusado de recibir un soborno de 500.000 reales (150.000 dólares) de JBS, la mayor procesadora de carne del mundo.

AFP / Brasilia
La Comisión de Ciudadanía y Justicia (CCJ) de la Cámara de Diputados de Brasil inició este lunes una sesión para oír un informe sobre la admisibilidad de la denuncia por corrupción contra el presidente conservador Michel Temer, dando inicio a un proceso que podría costarle el cargo.


El autor del informe, Sérgio Zveiter, deberá decir si considera que la denuncia formulada por el fiscal general debe ser encaminada al Supremo Tribunal Federal (STF) -previo voto por el Plenario de la Cámara-, para determinar si cabe abrirle un juicio.

Si el STF decide que hay motivos para ello, el mandatario sería apartado del cargo por un máximo de 180 días, abriendo una nueva crisis en el gigante latinoamericano tras la destitución en 2016 de la izquierdista Dilma Rousseff.

El inicio de la lectura del informe se veía retrasado por polémicas entre los 66 miembros de la CCJ.

Varios representantes de la oposición cuestionaron que se conceda la palabra a la defensa de Temer, alegando que el acta no debe determinar si el presidente es culpable o inocente, sino si hay motivos para que el STF analice el caso.

Temer fue acusado de recibir un soborno de 500.000 reales (150.000 dólares) de JBS, la mayor procesadora de carne del mundo, a través de un asesor al que la policía fotografió recibiendo una maleta con ese dinero antes de arrestarlo.

La Fiscalía afirma que ese monto estaba destinado al presidente, que lo ha negado categóricamente.

Temer, del PMDB (centroderecha), dice confiar en que cuenta con una mayoría suficiente para archivar el caso en el Plenario, que deberá manifestarse independientemente del parecer de la CCJ esta semana.

Para que el caso llegue a la corte suprema, debería ser aprobado por dos tercios de la Cámara (342 de los 513 diputados).

Erosión de la base oficialista

Pero la coalición gubernamental ha dado muestras de erosión desde la difusión a mediados de mayo de una grabación hecha por el dueño de JBS, en la que el jefe de Estado da su presunto aval al pago de un soborno para comprar el silencio de un exdiputado detenido.

El propio Zveiter, que pertenece al PMDB, debería pronunciarse por la admisibilidad de la denuncia, asegura la prensa brasileña.

Según analistas, Temer podría tener los días contados, poco más de un año después de haber reemplazado a Rousseff, destituida por el Congreso bajo la acusación de manipular las cuentas públicas.

Aliados de Temer, principalmente del PSDB (centroderecha), señalaron últimamente que veían al presidente de la Cámara, Rodrigo Maia, como alguien capaz de completar el accidentado mandato hasta fines de 2018.

La cúpula del PSDB, al que pertenece el expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), se reunirá este lunes por la noche en Sao Paulo, para definir si permanece en la coalición.

Cardoso, en recientes tribunas, le pidió a Temer que presente su renuncia, en un "gesto de grandeza".

La crisis retardó el avance de medidas prometidas por Temer para sacar a Brasil de la peor recesión de su historia y que son reclamadas por el mercado, como la reforma del sistema de jubilaciones.

El Senado debería aprobar, sin embargo, el martes la reforma del mercado laboral, que flexibiliza las reglas de contratación y da a las negociaciones sectoriales o internas de la empresa preeminencia sobre la legislación.

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