La cantera nunca falla

Un Madrid con siete del Castilla y del Juvenil puso en jaque a los mejores del United. Los titulares no convencieron. Theo se lució. Victoria inglesa en los penaltis.

Luis Nieto
As
Esta misma semana el Madrid se ha embolsado 80 millones gracias a un canterano, Morata. Eso le daría para mantener Valdebebas un lustro. En Santa Clara, siete jóvenes aún por hacer le quitaron al mejor United posible la pelota y la razón. Con la unidad B (los Sub-21) todavía de vacaciones, la C mandó un aviso. Quedará en un sueño de una noche de verano, pero permanecerá el mensaje de que no hay mejor inversión que la formación.


Por quitarle formalidad al duelo y por su propensión natural a ocultarle al enemigo hasta la puerta del vestuario, Mourinho completó un once inicial repleto de suplentes, sin sus fichajes ni sus figuras. De los 205 millones que ha gastado en las últimas dos temporadas, sólo mostró los 38 que costó Bailly. El Madrid, en cambio, estuvo cerca de sus mejores galas. Faltaron Ramos y Cristiano, también Casemiro, pero Zidane le dio lustre al estreno. Aun así, el equipo aún anda aplomado de piernas, por la carga de trabajo de la pretemporada y por los 37 grados de castigo que fueron un azote en Santa Clara.

El Madrid se agrupó en una especie de 4-4-1-1, con Modric y Kroos turnándose al timón e Isco en su papel de mediapunta por detrás de Benzema. El equipo no ha mudado de piel durante el verano. Sería una insensatez hacerlo con un doblete en la mochila como argumento irrefutable, pero la salida de Morata y el batallón de centrocampistas obliga a Zidane a reordenar las rotaciones.

La fina textura del Madrid tardó en aparecer. El Manchester, que cumplía su cuarto partido del verano, apretó durante un cuarto de hora, amenazando con un desembarco que no llegó. En un remate lejano de Martial resumió ese arranque fogoso y poco preciso.

Luego el Madrid le escondió la pelota y la manoseó con sosería, cargando la suerte en Modric, que estrenaba el 10, y apuntándose un solo disparo en la primera mitad. Bale retomó la actividad en el punto que lo dejó, muy lejos de su mejor versión y de las expectativas que generó en su día, Benzema añoró a Cristiano, Isco anda aún rezagado, los laterales siguen impecables, aunque la velocidad de Martial se le hizo cuesta arriba a Carvajal, y Lucas Vázquez reiteró que está para lo que le llamen. Aquel entrenamiento dándole la espalda a la portería se torció: en el descuento de la primera mitad, Martial zigzagueó en la izquierda y de la mezcla de habilidad y fortuna y le regaló el gol a Lingard.

La segunda mitad trajo una mutación de papeles. Nueve cambios en el United, para fortalecerse con sus figuras. Y un equipo nuevo en el Madrid, con Casilla, Theo, Kovacic y Casemiro como sargentos de los reclutas, muchos de ellos pulidos por Guti, en una acrobacia que les ha llevado del juvenil a este clásico servido sin sal. La pusieron ellos, con entusiasmo, disciplina y buenas maneras. Mandó este Minimadrid frente al Manchester de más lujo y alcanzó el empate en un penalti descomunal del Lindelof sobre Theo. Dos recién llegados con distinto signo. Franchu y Quezada hicieron diabluras y Casemiro fue el arnés que lleva año y medio sujetando al Madrid. En los penaltis hubo victoria inglesa, desencanto menor para unos chicos que no estarán en Skopje, pero en cinco años quizá dejen alegrías o dinero.

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