Juncker abronca a una Eurocámara casi vacía: “Es totalmente ridículo”
Solo una treintena de eurodiputados acudió a un debate sobre la presidencia maltesa en el Parlamento
Álvaro Sánchez
Bruselas, El País
"El parlamento europeo es ridículo. Muy ridículo. El hecho de que una treintena de diputados asista a esta sala demuestra que el Parlamento no es serio". Visiblemente enfadado, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha criticado esta mañana el absentismo de una Eurocámara semivacía durante una sesión en la que se hacía balance de los seis meses de presidencia maltesa de la UE en presencia del primer ministro de la isla, el laborista Joseph Muscat.
En el momento de la intervención de Juncker, menos del 5% de los 751 escaños de la cámara de Estrasburgo estaban ocupados por eurodiputados, lo que ha llevado al jefe de la Comisión —poco habituado a morderse la lengua— a clamar contra la masiva inasistencia y acusar veladamente a los diputados de menospreciar al líder de un pequeño país europeo, como es el caso de Muscat. "Si Muscat fuera Merkel, algo difícilmente imaginable, o el señor Macron, más imaginable, esto estaría lleno. El parlamento es totalmente ridículo", ha insistido sin ocultar su malestar, incluso golpeando involuntariamente el micrófono con las manos mientras gesticulaba.
La reacción de Juncker no ha quedado sin respuesta. En un desencuentro poco habitual entre representantes de dos de las principales instituciones comunitarias, el presidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio Tajani, —como Juncker, miembro del Partido Popular Europeo— se ha dirigido al político luxemburgués para recriminarle el uso de un lenguaje tan duro contra el Hemiciclo. "Le pido señor presidente que se exprese de forma más respetuosa. Puede criticar al Parlamento, pero no es la Comisión la que debe controlar al Parlamento, sino al contrario", ha respondido entre aplausos. "Hay muy pocos eurodiputados en la sala para controlar a la Comisión. Sois ridículos. [...] Nunca volveré a una reunión de este tipo. El Parlamento controla a la Comisión pero la Eurocámara debe respetar las presidencias de los países más pequeños", ha zanjado Juncker. Poco después del rifirrafe, ambos líderes han mantenido un encuentro en el que Juncker se ha excusado por sus palabras.
La baja asistencia a los plenos del Parlamento es habitual, un hecho que algunos eurodiputados achacan a las múltiples reuniones de comisiones parlamentarias y grupos de trabajo que se solapan a la misma hora. "La única solución es que se prohíba la convocatoria de reuniones de forma paralela al pleno, que evitaría estas imágenes que comprendo molesten a los protagonistas", señala el eurodiputado socialista español Ramón Jáuregui, que no se encontraba en la sala por estar inmerso en una reunión en ese momento. "Entiendo a Juncker, aunque creo que no debería haberlo dicho como lo ha dicho, pero entiendo que la imagen de que haya un debate relevante en el parlamento con pocos miembros dentro de la sala deteriora al propio parlamento", añade su compañero de partido Enrique Guerrero, eurodiputado desde 2009.
Guerrero ve necesaria una mejor organización de la agenda de los diputados para que puedan compaginar la actividad plenaria con otras labores, y apunta también al hecho de que se trate de un acto para hacer balance de una presidencia ya terminada como la maltesa y no para afrontar una cuestión futura como motivo del poco interés que ha despertado la sesión. Dicha situación contrasta con la expectación que suscitaron otras intervenciones, como la del entonces recién elegido primer ministro italiano, Matteo Renzi, en 2014, o más recientemente la del secretario general de la ONU, el portugués António Guterres.
Álvaro Sánchez
Bruselas, El País
"El parlamento europeo es ridículo. Muy ridículo. El hecho de que una treintena de diputados asista a esta sala demuestra que el Parlamento no es serio". Visiblemente enfadado, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha criticado esta mañana el absentismo de una Eurocámara semivacía durante una sesión en la que se hacía balance de los seis meses de presidencia maltesa de la UE en presencia del primer ministro de la isla, el laborista Joseph Muscat.
En el momento de la intervención de Juncker, menos del 5% de los 751 escaños de la cámara de Estrasburgo estaban ocupados por eurodiputados, lo que ha llevado al jefe de la Comisión —poco habituado a morderse la lengua— a clamar contra la masiva inasistencia y acusar veladamente a los diputados de menospreciar al líder de un pequeño país europeo, como es el caso de Muscat. "Si Muscat fuera Merkel, algo difícilmente imaginable, o el señor Macron, más imaginable, esto estaría lleno. El parlamento es totalmente ridículo", ha insistido sin ocultar su malestar, incluso golpeando involuntariamente el micrófono con las manos mientras gesticulaba.
La reacción de Juncker no ha quedado sin respuesta. En un desencuentro poco habitual entre representantes de dos de las principales instituciones comunitarias, el presidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio Tajani, —como Juncker, miembro del Partido Popular Europeo— se ha dirigido al político luxemburgués para recriminarle el uso de un lenguaje tan duro contra el Hemiciclo. "Le pido señor presidente que se exprese de forma más respetuosa. Puede criticar al Parlamento, pero no es la Comisión la que debe controlar al Parlamento, sino al contrario", ha respondido entre aplausos. "Hay muy pocos eurodiputados en la sala para controlar a la Comisión. Sois ridículos. [...] Nunca volveré a una reunión de este tipo. El Parlamento controla a la Comisión pero la Eurocámara debe respetar las presidencias de los países más pequeños", ha zanjado Juncker. Poco después del rifirrafe, ambos líderes han mantenido un encuentro en el que Juncker se ha excusado por sus palabras.
La baja asistencia a los plenos del Parlamento es habitual, un hecho que algunos eurodiputados achacan a las múltiples reuniones de comisiones parlamentarias y grupos de trabajo que se solapan a la misma hora. "La única solución es que se prohíba la convocatoria de reuniones de forma paralela al pleno, que evitaría estas imágenes que comprendo molesten a los protagonistas", señala el eurodiputado socialista español Ramón Jáuregui, que no se encontraba en la sala por estar inmerso en una reunión en ese momento. "Entiendo a Juncker, aunque creo que no debería haberlo dicho como lo ha dicho, pero entiendo que la imagen de que haya un debate relevante en el parlamento con pocos miembros dentro de la sala deteriora al propio parlamento", añade su compañero de partido Enrique Guerrero, eurodiputado desde 2009.
Guerrero ve necesaria una mejor organización de la agenda de los diputados para que puedan compaginar la actividad plenaria con otras labores, y apunta también al hecho de que se trate de un acto para hacer balance de una presidencia ya terminada como la maltesa y no para afrontar una cuestión futura como motivo del poco interés que ha despertado la sesión. Dicha situación contrasta con la expectación que suscitaron otras intervenciones, como la del entonces recién elegido primer ministro italiano, Matteo Renzi, en 2014, o más recientemente la del secretario general de la ONU, el portugués António Guterres.