Guillermo fue clave en el retorno de Centurión
Centurión vuelve por Boca, pero sobre todo por Guillermo. Conocé por qué el DT fue clave para que Ricky deje el Genoa y siga usando la 10...
Juan Szeinfeld @juanszeinfeld
jszeinfeld@ole.com.ar
Cuenta la leyenda de La Boca que en los inicios del siglo XIX, lo que hoy es el barrio con mayor identidad de Buenos Aires, estaba prácticamente deshabitado. Fueron inmigrantes italianos -en su mayoría nacidos en Génova- los que se instalaron dándole calor y vida a la zona. Tanto, que a los residentes se los conocía como Xeneizes (una deformación de “zeneizi”, que es genoveses en su dialecto). Naturalmente, la denominación se extendió a los hinchas de Boca. Más de un siglo después. Ricardo Adrián Centurión sintió que no tenía lugar en su casa y estuvo a una firma de ser jugador de Genoa, jugando con el destino y sus orígenes. Pero su corazón seguía latiendo en La Boca.
Con los años, cuando en cada receso se intente encontrar la novela del mercado, el recuerdo de lo que pasó entre el 10 y Boca minimizará -y hasta le quitará entidad- a cualquier ida y vuelta con el que se lo intente comparar. Sólo dos cuestiones no cambiaron en las últimas dos semanas: la prioridad de Guillermo es Centurión y la de Centurión es jugar en Boca con y por Guillermo. El deseo, finalmente, está a una firma de concretarse.
El lector que acompañó estas líneas puede pensar que se trata de una exageración, pero la adrenalina está en los detalles. Lo que le dio esperanza a la negociación fueron siempre esas dos premisas, aunque el desarrollo no fue sencillo. El primer ofrecimiento que le hizo Boca a San Pablo no convenció a los brasileños, que sí aceptaron la de Genoa que acercó el representante del jugador. Al no haber nuevos movimientos de Boca, el jugador viajó a Italia para constatar los valores y realizarse la revisión médica. La firma del contrato y estaba pautada para ayer por la tarde, pero cerca del mediodía el jugador sintió que no era su lugar. Ni los dirigentes italianos ni su representante podían creer lo que pasaba. No hizo falta que Guillermo lo llamara en las últimas horas: entre ellos ya se habían dicho todo en todos estos días. Lo que sí hizo el entrenador fue insistir a la dirigencia para que aceleraran por el que considera su mejor refuerzo. Apenas sintió un guiño desde Brandsen 805, se fue al aeropuerto con su novia para tomar el primer vuelo a Buenos Aires. El que lo dejará en Ciudad del Este, en cambio, saldrá entre lunes y martes. Por las dudas, su habitación está lista...
“Con los años aprendí que lo único decisivo en una negociación, mucho más que la plata, es el deseo del jugador”, le dijo Angelici a Olé apenas comenzó el mercado. Pero para darle el gran gusto al Melli hubo un poco y un poco. El costo total de la operación supera los cuatro millones de dólares. Boca le comprará el 70% a San Pablo y el 30% a Racing. Restan resolver algunos detalles con el club de Avellaneda, pero ese porcentaje del pase le saldrá 1.500.000 dólares a pagar en tres cuotas: diciembre, junio y diciembre de 2018 la última. El contrato del jugador sería de, al menos, tres años.
Es tan grande la alegría de Guillermo -y proporcional al enojo que hubiese tenido en caso de perder a su jugador- que considera que si se mantienen los que están (más Silva) no necesita ningún otro refuerzo. Sólo se mantiene vivo el interés por Montoya -hasta se comunicó con Berizzo para conocer su situación- para darle otras variantes al armado de su equipo, pero sin que sea una cuestión de necesidad. Distinto hubiese sido el escenario en caso de no contar con el 10. Sin él sentía que perdía cambio de ritmo, gambeta en velocidad, gol, sacrificio y espíritu ganador. Imposible de encontrar en un sólo jugador en el mercado -y por eso los pedidos hubiesen llegado en cantidad.
Mientras Centurión reconoce públicamente que su buen año se debe a Guillermo y que él conoce realmente lo que es “tocar fondo en serio”, desde el Complejo Internacional del Este valoran su profesionalismo puertas adentro (”es el primero en encabezar la fila”) y consideran que los problemas fuera del club se van a ir minimizando cada día más. “Prende fuego el GPS, ves las mediciones y no lo podés creer”, le contaron a Olé, para dimensionar la entrega que realiza en el día a día. Los encargados de tomar las decisiones saben que el pase se pudo concretar por mérito del jugador y en Paraguay ya cuentan con él. En el Genoa, en cambio, lo siguen esperando...
Juan Szeinfeld @juanszeinfeld
jszeinfeld@ole.com.ar
Cuenta la leyenda de La Boca que en los inicios del siglo XIX, lo que hoy es el barrio con mayor identidad de Buenos Aires, estaba prácticamente deshabitado. Fueron inmigrantes italianos -en su mayoría nacidos en Génova- los que se instalaron dándole calor y vida a la zona. Tanto, que a los residentes se los conocía como Xeneizes (una deformación de “zeneizi”, que es genoveses en su dialecto). Naturalmente, la denominación se extendió a los hinchas de Boca. Más de un siglo después. Ricardo Adrián Centurión sintió que no tenía lugar en su casa y estuvo a una firma de ser jugador de Genoa, jugando con el destino y sus orígenes. Pero su corazón seguía latiendo en La Boca.
Con los años, cuando en cada receso se intente encontrar la novela del mercado, el recuerdo de lo que pasó entre el 10 y Boca minimizará -y hasta le quitará entidad- a cualquier ida y vuelta con el que se lo intente comparar. Sólo dos cuestiones no cambiaron en las últimas dos semanas: la prioridad de Guillermo es Centurión y la de Centurión es jugar en Boca con y por Guillermo. El deseo, finalmente, está a una firma de concretarse.
El lector que acompañó estas líneas puede pensar que se trata de una exageración, pero la adrenalina está en los detalles. Lo que le dio esperanza a la negociación fueron siempre esas dos premisas, aunque el desarrollo no fue sencillo. El primer ofrecimiento que le hizo Boca a San Pablo no convenció a los brasileños, que sí aceptaron la de Genoa que acercó el representante del jugador. Al no haber nuevos movimientos de Boca, el jugador viajó a Italia para constatar los valores y realizarse la revisión médica. La firma del contrato y estaba pautada para ayer por la tarde, pero cerca del mediodía el jugador sintió que no era su lugar. Ni los dirigentes italianos ni su representante podían creer lo que pasaba. No hizo falta que Guillermo lo llamara en las últimas horas: entre ellos ya se habían dicho todo en todos estos días. Lo que sí hizo el entrenador fue insistir a la dirigencia para que aceleraran por el que considera su mejor refuerzo. Apenas sintió un guiño desde Brandsen 805, se fue al aeropuerto con su novia para tomar el primer vuelo a Buenos Aires. El que lo dejará en Ciudad del Este, en cambio, saldrá entre lunes y martes. Por las dudas, su habitación está lista...
“Con los años aprendí que lo único decisivo en una negociación, mucho más que la plata, es el deseo del jugador”, le dijo Angelici a Olé apenas comenzó el mercado. Pero para darle el gran gusto al Melli hubo un poco y un poco. El costo total de la operación supera los cuatro millones de dólares. Boca le comprará el 70% a San Pablo y el 30% a Racing. Restan resolver algunos detalles con el club de Avellaneda, pero ese porcentaje del pase le saldrá 1.500.000 dólares a pagar en tres cuotas: diciembre, junio y diciembre de 2018 la última. El contrato del jugador sería de, al menos, tres años.
Es tan grande la alegría de Guillermo -y proporcional al enojo que hubiese tenido en caso de perder a su jugador- que considera que si se mantienen los que están (más Silva) no necesita ningún otro refuerzo. Sólo se mantiene vivo el interés por Montoya -hasta se comunicó con Berizzo para conocer su situación- para darle otras variantes al armado de su equipo, pero sin que sea una cuestión de necesidad. Distinto hubiese sido el escenario en caso de no contar con el 10. Sin él sentía que perdía cambio de ritmo, gambeta en velocidad, gol, sacrificio y espíritu ganador. Imposible de encontrar en un sólo jugador en el mercado -y por eso los pedidos hubiesen llegado en cantidad.
Mientras Centurión reconoce públicamente que su buen año se debe a Guillermo y que él conoce realmente lo que es “tocar fondo en serio”, desde el Complejo Internacional del Este valoran su profesionalismo puertas adentro (”es el primero en encabezar la fila”) y consideran que los problemas fuera del club se van a ir minimizando cada día más. “Prende fuego el GPS, ves las mediciones y no lo podés creer”, le contaron a Olé, para dimensionar la entrega que realiza en el día a día. Los encargados de tomar las decisiones saben que el pase se pudo concretar por mérito del jugador y en Paraguay ya cuentan con él. En el Genoa, en cambio, lo siguen esperando...