El recorte de gasto enfrenta a Macron con el jefe del Ejército en el 14 de julio
El presidente francés arropa a las víctimas de Niza y les promete que la República no las abandonará
Marc Bassets
París, El País
El rostro tenso, la mirada en el horizonte, el general Pierre de Villiers descendía los Campos Elíseos en un vehículo militar junto al presidente Emmanuel Macron, que, más relajado, giraba la vista a izquierda y derecha. Al final de la avenida, en la tribuna de las autoridades, le esperaba su homólogo estadounidense, Donald Trump.
La imagen resume un 14 de julio, la fiesta nacional francesa, celebrado en un ambiente enrarecido. Unas horas antes, Macron había llamado al orden a De Villiers, jefe del Estado Mayor de los Ejércitos, que se había quejado, en términos vulgares, por los recortes en el presupuesto militar, y había amenazado con dimitir. La bronca entre el nuevo presidente, un hombre de 39 años sin experiencia militar, y el veterano general de 60 años robó el protagonismo a Trump, invitado de honor en ocasión del centenario de la entrada de EE UU en la Primera Guerra Mundial.
"Yo soy vuestro jefe", les dijo Macron a los jefes militares el jueves, en un discurso en el palacio de Brienne, sede del Ministerio de Defensa. "No es digno lavar la ropa sucia en público", avisó el presidente, según la agencia Reuters. "Lo que me gusta es el sentido del deber, el sentido de la discreción que ha llevado a nuestro Ejército a ser lo que es hoy. Y lo que a veces encuentro difícil de tolerar en algunos sectores, todavía lo tolero menos cuando se trata de nuestra fuerzas armadas".
La intervención del presidente era una réplica a la filtración de las quejas de De Villiers el miércoles ante un grupo de diputados. "No me voy a dejar joder así", dijo el general ante los miembros de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional. Se refería al recorte de 850 millones de euros en el presupuesto de 2017, un 20% del total de ahorro necesario, según el Gobierno francés, para contener el déficit.
Macron y Trump elogian a Xi Jinping el día de la muerte del disidente Liu
El disidente chino Liu Xiaobo acababa de morir bajo la custodia de las autoridades y Emmanuel Macron y Donald Trump comparecieron en una rueda de prensa conjunta en el Elíseo. No encontraron ningún motivo para recordar a Liu, y sí en cambio para elogiar encendidamente a Xi Jinping, líder del régimen que le encarceló por defender la democracia.
Tanto Macron como Trump emitieron después sendos comunicados de condolencias, pero su mensaje sobre China, en la rueda de prensa, fue distinto.
Un periodista chino les preguntó por su opinión sobre Xi. "Es un amigo. Le respeto mucho. Nos conocemos bien. Un gran líder. Un hombre con un gran talento. Creo que es un hombre muy bueno", dijo Trump. "El presidente Xi es un tipo genial. Me gusta mucho estar con él, y es una persona muy especial".
Menos enfático, Macron también le elogió. "Respeto mucho al presidente Xi", dijo, y le describió como "uno de los grandes líderes de nuestro mundo".
Sobre Liu Xiaobo, ni una palabra en la rueda de prensa. Más tarde, Macron escribió en la red social Twitter: "Homenaje de Liu Xiaobo, premio Nobel de la paz, gran combatiente de la libertad. Pensamientos y apoyo a sus prójimos y a su esposa Liu Xia".
En un comunicado, el portavoz de Trump dijo que este transmitía las condolencias a la familia del fallecido, el primer Nobel de la paz que muere en cautiverio desde que el pacifista Carl von Ossietzky murió en 1938 retenido por el régimen nazi.
Algunos militares consideran "una provocación" que los ahorros se anunciaran en vísperas del 14 de julio, la fiesta militar por excelencia en Francia, según el diario Le Figaro. Ocurren, además, cuando los militares están desplegados en operaciones en el extranjero y también en misión antiterrorista en el territorio nacional. Los recortes representan un 2,6% del presupuesto de Defensa.
Macron, que hace unas semanas prolongó por un año el mandato del jefe del Estado Mayor de los Ejércitos, vio en las palabras del general un desacato. Y quiso reafirmar su autoridad con una reprimenda en público, que completó con el compromiso de aumentar el gasto en 2018. El general es hermano del político soberanista de derechas Philippe De Villiers.
"La nación entera os da las gracias", dijo el presidente a los militares, en un breve discurso al final del desfile. Dirgiéndose a Donald Trump y a la primera dama, Melania Trump, alabó la alianza de Francia y Estados Unidos: "Nunca nada nos separará".
En Estados Unidos, país militarista, los desfiles son tradicionalmente civiles, no militares. La publicación Military Times recordaba hace unos meses que el último gran desfile militar en la capital, Washington, fue en verano de 1991, tras la victoria en la Guerra del Golfo. Trump ha expresado su deseo de importar a su país esta tradición. "Vamos a exhibir nuestras fuerzas armadas", dijo en enero a The Washington Post.
Macron sabía que podía impresionar a su invitado, y no desaprovechó la oportunidad.
Por la tarde, Macron voló a Niza para conmemorar el atentado de hace un año, en el que un terrorista mató con un camión a 86 personas.
La de Niza fue la tercera matanza terrorista en Francia en poco más de un año y medio. Algunos, en ciudad mediterránea, se quedaron con la sensación de que la movilización posterior fue insuficiente. Se ha especulado si el motivo fue la lejanía del poder parisino, o quizá la fatiga tras una serie de atentados que pusieron al país bajo tensión. Le Monde recordaba esta semana en un editorial las quejas por el dispositivo de seguridad en el momento del atentado, menos draconiano que durante la Eurocopa, celebrada poco antes. “Contrariamente a los atentados de París, ninguna comisión de investigación parlamentaria se ha dedicado al de Niza”, decía el editorial.
“Entiendo vuestra cólera”, dijo el presidente en un discurso. Y prometió que hará todo lo posible “para que la República y el Estado recobren [la] confianza” de Niza. “El Estado nunca os abandonará”.
Marc Bassets
París, El País
El rostro tenso, la mirada en el horizonte, el general Pierre de Villiers descendía los Campos Elíseos en un vehículo militar junto al presidente Emmanuel Macron, que, más relajado, giraba la vista a izquierda y derecha. Al final de la avenida, en la tribuna de las autoridades, le esperaba su homólogo estadounidense, Donald Trump.
La imagen resume un 14 de julio, la fiesta nacional francesa, celebrado en un ambiente enrarecido. Unas horas antes, Macron había llamado al orden a De Villiers, jefe del Estado Mayor de los Ejércitos, que se había quejado, en términos vulgares, por los recortes en el presupuesto militar, y había amenazado con dimitir. La bronca entre el nuevo presidente, un hombre de 39 años sin experiencia militar, y el veterano general de 60 años robó el protagonismo a Trump, invitado de honor en ocasión del centenario de la entrada de EE UU en la Primera Guerra Mundial.
"Yo soy vuestro jefe", les dijo Macron a los jefes militares el jueves, en un discurso en el palacio de Brienne, sede del Ministerio de Defensa. "No es digno lavar la ropa sucia en público", avisó el presidente, según la agencia Reuters. "Lo que me gusta es el sentido del deber, el sentido de la discreción que ha llevado a nuestro Ejército a ser lo que es hoy. Y lo que a veces encuentro difícil de tolerar en algunos sectores, todavía lo tolero menos cuando se trata de nuestra fuerzas armadas".
La intervención del presidente era una réplica a la filtración de las quejas de De Villiers el miércoles ante un grupo de diputados. "No me voy a dejar joder así", dijo el general ante los miembros de la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional. Se refería al recorte de 850 millones de euros en el presupuesto de 2017, un 20% del total de ahorro necesario, según el Gobierno francés, para contener el déficit.
Macron y Trump elogian a Xi Jinping el día de la muerte del disidente Liu
El disidente chino Liu Xiaobo acababa de morir bajo la custodia de las autoridades y Emmanuel Macron y Donald Trump comparecieron en una rueda de prensa conjunta en el Elíseo. No encontraron ningún motivo para recordar a Liu, y sí en cambio para elogiar encendidamente a Xi Jinping, líder del régimen que le encarceló por defender la democracia.
Tanto Macron como Trump emitieron después sendos comunicados de condolencias, pero su mensaje sobre China, en la rueda de prensa, fue distinto.
Un periodista chino les preguntó por su opinión sobre Xi. "Es un amigo. Le respeto mucho. Nos conocemos bien. Un gran líder. Un hombre con un gran talento. Creo que es un hombre muy bueno", dijo Trump. "El presidente Xi es un tipo genial. Me gusta mucho estar con él, y es una persona muy especial".
Menos enfático, Macron también le elogió. "Respeto mucho al presidente Xi", dijo, y le describió como "uno de los grandes líderes de nuestro mundo".
Sobre Liu Xiaobo, ni una palabra en la rueda de prensa. Más tarde, Macron escribió en la red social Twitter: "Homenaje de Liu Xiaobo, premio Nobel de la paz, gran combatiente de la libertad. Pensamientos y apoyo a sus prójimos y a su esposa Liu Xia".
En un comunicado, el portavoz de Trump dijo que este transmitía las condolencias a la familia del fallecido, el primer Nobel de la paz que muere en cautiverio desde que el pacifista Carl von Ossietzky murió en 1938 retenido por el régimen nazi.
Algunos militares consideran "una provocación" que los ahorros se anunciaran en vísperas del 14 de julio, la fiesta militar por excelencia en Francia, según el diario Le Figaro. Ocurren, además, cuando los militares están desplegados en operaciones en el extranjero y también en misión antiterrorista en el territorio nacional. Los recortes representan un 2,6% del presupuesto de Defensa.
Macron, que hace unas semanas prolongó por un año el mandato del jefe del Estado Mayor de los Ejércitos, vio en las palabras del general un desacato. Y quiso reafirmar su autoridad con una reprimenda en público, que completó con el compromiso de aumentar el gasto en 2018. El general es hermano del político soberanista de derechas Philippe De Villiers.
"La nación entera os da las gracias", dijo el presidente a los militares, en un breve discurso al final del desfile. Dirgiéndose a Donald Trump y a la primera dama, Melania Trump, alabó la alianza de Francia y Estados Unidos: "Nunca nada nos separará".
En Estados Unidos, país militarista, los desfiles son tradicionalmente civiles, no militares. La publicación Military Times recordaba hace unos meses que el último gran desfile militar en la capital, Washington, fue en verano de 1991, tras la victoria en la Guerra del Golfo. Trump ha expresado su deseo de importar a su país esta tradición. "Vamos a exhibir nuestras fuerzas armadas", dijo en enero a The Washington Post.
Macron sabía que podía impresionar a su invitado, y no desaprovechó la oportunidad.
Por la tarde, Macron voló a Niza para conmemorar el atentado de hace un año, en el que un terrorista mató con un camión a 86 personas.
La de Niza fue la tercera matanza terrorista en Francia en poco más de un año y medio. Algunos, en ciudad mediterránea, se quedaron con la sensación de que la movilización posterior fue insuficiente. Se ha especulado si el motivo fue la lejanía del poder parisino, o quizá la fatiga tras una serie de atentados que pusieron al país bajo tensión. Le Monde recordaba esta semana en un editorial las quejas por el dispositivo de seguridad en el momento del atentado, menos draconiano que durante la Eurocopa, celebrada poco antes. “Contrariamente a los atentados de París, ninguna comisión de investigación parlamentaria se ha dedicado al de Niza”, decía el editorial.
“Entiendo vuestra cólera”, dijo el presidente en un discurso. Y prometió que hará todo lo posible “para que la República y el Estado recobren [la] confianza” de Niza. “El Estado nunca os abandonará”.