Ostapenko triunfa a la primera en París y deja a Halep sin número 1
La letona entrenada por Anabel Medina remontó ante la rumana con una exhibición de golpes ganadores: 54. A sus 20 años, aún no había ganado un título y se estrena con un grande.
Nacho Albarrán
As
Nadie contaba con ella antes de empezar el torneo y ahí está: Jelena Ostapenko, 20 añitos cumplidos aquí, en París, hace dos días, número 47 del mundo y sin ningún título... hasta hoy. Porque este sábado ha estrenado su palmarés a lo grande, directamente en un Grand Slam, en Roland Garros, algo que se ve muy poco en el tenis. Casualidades de la vida, un 8 de junio de 1997, el día en que nació la letona, Gustavo Kuerten hizo lo mismo y en el mismo escenario. Fue en la vetusta y entrañable Philippe Chatrier de París que hoy ha coronado a este terremoto entrenado durante la gira de tierra por la española Anabel Medina, que ya ganó aquí dos veces en dobles, con Vivi Ruano, y se lleva ahora un pedacito de la copa Suzanne Lenglen que ha levantado Ostapenko. Y no lo ha hecho ante una cualquiera, se lo ha arrebatado a Simona Halep, desde el próximo lunes número dos del mundo, que podría haber sido la número uno si hubiera ganado, pero ha perdido por 4-6, 6-4 y 6-3.
Una derrota dolorosa, porque la rumana de 25 años vuelve a caer en una final en Roland Garros, como le pasó en 2014 contra Maria Sharapova, y sigue siendo una campeona sin corona. Suma 15 títulos WTA, pero ningún grande. Llegaba con vitola de favorita, aún más cuando fueron cayendo sus principales rivales, Kerber, Konta, la campeona Muguruza, Mladenovic... Y superó a Karolina Pliskova, pero en la final Halep ha sido desbordada por la insolente juventud de Ostapenko y su agresividad desatada, esa que le ha hecho conectar 54 golpes ganadores (299 en todo el torneo), demasiados hasta para una luchadora como Simona.
Sin miedo al fallo
Ostapenko, una jugadora impulsiva y sin miedo al fallo (acumuló 54 errores no forzados), se la jugó desde el principio. Eso le sirvió para abrir el partido con un break. Pero Halep, más experta y paciente, recuperó el saque perdido de inmediato y soportó el aluvión de golpes ganadores de la letona (14 en el primer set) hasta que llegó de nuevo su momento. Tras un noveno juego en el que salió viva pese a la fuerte presión de Ostapenko, se apuntó su segunda rotura y el primer parcial.
Por el sufrimiento vivido, a Halep le supo a gloria verse con ese 6-4 a favor y salió como una moto en la segunda manga. Con esa raza suya para la lucha desarboló a su oponente. Un break a las primeras de cambio le puso con un 3-0 amenazador, rumbo al título. O eso parecía. Porque después de levantar dos bolas para el 4-0 de su rival, Ostapenko reaccionó con bravura y se puso por delante: 4-3, 5-4 y saque… Templó los nervios, movió a Halep de un lado a otro y acertó con la profundidad y la colocación de sus golpes para cerrar el 6-4.
En el tercer set, Jelena se soltó aún más y desesperó a Simona, que no podía contestar a sus cañonazos. Otros 18 winners la colocaron en posición de dar la sorpresa y no desaprovechó su fortuna. Al final levantó los brazos y celebró una victoria histórica para Letonia, porque es la primera vez que un tenista de este país, hombre o mujer, gana un Grand Slam. Se convierte también en la más joven en vencer en París desde la croata Iva Majoli, que lo hizo con 19 años y 300 días en 1997. Y pega un salto galáctico en el ránking: del 47 al 12. El futuro es suyo.
Nacho Albarrán
As
Nadie contaba con ella antes de empezar el torneo y ahí está: Jelena Ostapenko, 20 añitos cumplidos aquí, en París, hace dos días, número 47 del mundo y sin ningún título... hasta hoy. Porque este sábado ha estrenado su palmarés a lo grande, directamente en un Grand Slam, en Roland Garros, algo que se ve muy poco en el tenis. Casualidades de la vida, un 8 de junio de 1997, el día en que nació la letona, Gustavo Kuerten hizo lo mismo y en el mismo escenario. Fue en la vetusta y entrañable Philippe Chatrier de París que hoy ha coronado a este terremoto entrenado durante la gira de tierra por la española Anabel Medina, que ya ganó aquí dos veces en dobles, con Vivi Ruano, y se lleva ahora un pedacito de la copa Suzanne Lenglen que ha levantado Ostapenko. Y no lo ha hecho ante una cualquiera, se lo ha arrebatado a Simona Halep, desde el próximo lunes número dos del mundo, que podría haber sido la número uno si hubiera ganado, pero ha perdido por 4-6, 6-4 y 6-3.
Una derrota dolorosa, porque la rumana de 25 años vuelve a caer en una final en Roland Garros, como le pasó en 2014 contra Maria Sharapova, y sigue siendo una campeona sin corona. Suma 15 títulos WTA, pero ningún grande. Llegaba con vitola de favorita, aún más cuando fueron cayendo sus principales rivales, Kerber, Konta, la campeona Muguruza, Mladenovic... Y superó a Karolina Pliskova, pero en la final Halep ha sido desbordada por la insolente juventud de Ostapenko y su agresividad desatada, esa que le ha hecho conectar 54 golpes ganadores (299 en todo el torneo), demasiados hasta para una luchadora como Simona.
Sin miedo al fallo
Ostapenko, una jugadora impulsiva y sin miedo al fallo (acumuló 54 errores no forzados), se la jugó desde el principio. Eso le sirvió para abrir el partido con un break. Pero Halep, más experta y paciente, recuperó el saque perdido de inmediato y soportó el aluvión de golpes ganadores de la letona (14 en el primer set) hasta que llegó de nuevo su momento. Tras un noveno juego en el que salió viva pese a la fuerte presión de Ostapenko, se apuntó su segunda rotura y el primer parcial.
Por el sufrimiento vivido, a Halep le supo a gloria verse con ese 6-4 a favor y salió como una moto en la segunda manga. Con esa raza suya para la lucha desarboló a su oponente. Un break a las primeras de cambio le puso con un 3-0 amenazador, rumbo al título. O eso parecía. Porque después de levantar dos bolas para el 4-0 de su rival, Ostapenko reaccionó con bravura y se puso por delante: 4-3, 5-4 y saque… Templó los nervios, movió a Halep de un lado a otro y acertó con la profundidad y la colocación de sus golpes para cerrar el 6-4.
En el tercer set, Jelena se soltó aún más y desesperó a Simona, que no podía contestar a sus cañonazos. Otros 18 winners la colocaron en posición de dar la sorpresa y no desaprovechó su fortuna. Al final levantó los brazos y celebró una victoria histórica para Letonia, porque es la primera vez que un tenista de este país, hombre o mujer, gana un Grand Slam. Se convierte también en la más joven en vencer en París desde la croata Iva Majoli, que lo hizo con 19 años y 300 días en 1997. Y pega un salto galáctico en el ránking: del 47 al 12. El futuro es suyo.