Los Warriors acarician un pleno antológico en la NBA
Steve Kerr, tras la arrolladora segunda victoria ante los Cavaliers: “No olvidamos lo que pasó el año pasado con 2-0”
Robert Álvarez
Barcelona, El País
Lo que empezó como una cumbre entre dos superequipos de la NBA, los mismos que se enfrentaron en las dos últimas finales y que han arrasado en los playoffs, pinta por completo con el color azul y amarillo de Golden State Warriors. El equipo de Stephen Curry y Kevin Durant volvió a arrollar a Cleveland Cavaliers (132-113, tras el 113-91 del primer partido), puso el 2-0 en la final y un asombroso 14-0 a lo largo de su impoluto camino en los playoffs. Cuando empezó la lucha por el título entre los 16 mejores de la NBA, el 15 de abril, a nadie se le pasaba por la cabeza la pregunta que ahora empieza a ser expresada. ¿Serán capaces los Warriors de ganar el título sin perder un solo partido a lo largo de todos los playoffs? Solo les separan dos victorias del anillo y de llevar más lejos que nadie el récord sin antecedentes que ya establecieron cuando igualaron el pleno de 11-0 de los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. Entonces, en 2001, la primera ronda se disputaba al mejor de cinco partidos y no de siete como ahora. Los Lakers tuvieron bastante con ese 11-0 para plantarse en una final que ganaron por 4-1 a los Sixers de Allen Iverson.
El problema es que, a pesar de las dos contundentes victorias de los Warriors, la final se traslada ahora a Cleveland (el tercer encuentro se juega a las tres de la madrugada del jueves, hora española). Los Cavaliers han demostrado esta temporada su tremendo potencial y en los playoffs también barrieron, igualmente con 12 victorias y una sola derrota, la que sufrieron en el tercer partido ante los Celtics (108-111).
Steve Kerr, el entrenador de los Warriors, que volvió al banquillo el domingo tras haber sido relevado por su ayudante Mike Brown mientras se recuperaba de una lesión de la espalda que le lleva a maltraer desde la pasada temporada, avisó: “Estoy contento por el triunfo, pero no tenemos que perder la perspectiva. Aunque tenemos ventaja, todavía tenemos que lograr dos triunfos más. Nadie se olvida de lo que pasó el año pasado con el 2-0”. Entonces, Cleveland se mostró intratable en el tercer encuentro (120-90), los Warriors se recuperaron, vencieron en el cuarto (97-108) y lo que vino después fue algo inédito. Con 3-1, los Warriors se descompusieron. Curry no estaba en su mejor forma física, Bogut se lesionó y Draymond Green fue sancionado y se perdió un partido clave, el quinto. Los Cavaliers remontaron y ganaron el anillo.
El problema para el equipo de LeBron James es que Curry vuelve a brillar como en sus mejores días y el domingo consiguió su primer triple doble en las finales con 32 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias. Y que Kevin Durant, tras recuperarse de la lesión que sufrió el 28 de febrero y disputar los tres últimos partidos de la temporada regular, se ha mostrado pletórico. A los 38 puntos, nueve rebotes y ocho asistencias del primer partido, añadió 33 puntos, 13 rebotes, seis asistencias, tres robos y cinco tapones en el segundo.
Y Klay Thompson, tras cinco partidos muy por debajo de sus prestaciones habituales, con solo seis puntos y un 0 de 5 en triples en el primero de la final, se recuperó y aportó 22 puntos y 7 rebotes en el segundo. Draymond Green, Iguodala, Pachulia y Clark, entre otros, redondean las prestaciones de un equipo que funciona como un reloj, capaz de hacer inútiles los alardes de LeBron, que logró su octavo triple doble en unas finales con 29 puntos, 14 asistencias y 11 rebotes, y las aportaciones de Kevin Love, con 27 puntos y siete rebotes, y Kyrie Irving, con 19 puntos.
Tyronn Lue, el entrenador de los Cavaliers, se expresó tras el primer partido en la misma dirección en que lo habían hecho Gregg Popovich y Pau Gasol cuando los Spurs fueron eliminados en la final del Oeste: “Los Warriors son el mejor equipo que he visto nunca. Baten récords sin parar todos los años”. Draymond Green, resumió: “Nuestro objetivo es crear una dinastía y ser excepcionales cada vez que estamos en la cancha”.
Robert Álvarez
Barcelona, El País
Lo que empezó como una cumbre entre dos superequipos de la NBA, los mismos que se enfrentaron en las dos últimas finales y que han arrasado en los playoffs, pinta por completo con el color azul y amarillo de Golden State Warriors. El equipo de Stephen Curry y Kevin Durant volvió a arrollar a Cleveland Cavaliers (132-113, tras el 113-91 del primer partido), puso el 2-0 en la final y un asombroso 14-0 a lo largo de su impoluto camino en los playoffs. Cuando empezó la lucha por el título entre los 16 mejores de la NBA, el 15 de abril, a nadie se le pasaba por la cabeza la pregunta que ahora empieza a ser expresada. ¿Serán capaces los Warriors de ganar el título sin perder un solo partido a lo largo de todos los playoffs? Solo les separan dos victorias del anillo y de llevar más lejos que nadie el récord sin antecedentes que ya establecieron cuando igualaron el pleno de 11-0 de los Lakers de Shaquille O’Neal y Kobe Bryant. Entonces, en 2001, la primera ronda se disputaba al mejor de cinco partidos y no de siete como ahora. Los Lakers tuvieron bastante con ese 11-0 para plantarse en una final que ganaron por 4-1 a los Sixers de Allen Iverson.
El problema es que, a pesar de las dos contundentes victorias de los Warriors, la final se traslada ahora a Cleveland (el tercer encuentro se juega a las tres de la madrugada del jueves, hora española). Los Cavaliers han demostrado esta temporada su tremendo potencial y en los playoffs también barrieron, igualmente con 12 victorias y una sola derrota, la que sufrieron en el tercer partido ante los Celtics (108-111).
Steve Kerr, el entrenador de los Warriors, que volvió al banquillo el domingo tras haber sido relevado por su ayudante Mike Brown mientras se recuperaba de una lesión de la espalda que le lleva a maltraer desde la pasada temporada, avisó: “Estoy contento por el triunfo, pero no tenemos que perder la perspectiva. Aunque tenemos ventaja, todavía tenemos que lograr dos triunfos más. Nadie se olvida de lo que pasó el año pasado con el 2-0”. Entonces, Cleveland se mostró intratable en el tercer encuentro (120-90), los Warriors se recuperaron, vencieron en el cuarto (97-108) y lo que vino después fue algo inédito. Con 3-1, los Warriors se descompusieron. Curry no estaba en su mejor forma física, Bogut se lesionó y Draymond Green fue sancionado y se perdió un partido clave, el quinto. Los Cavaliers remontaron y ganaron el anillo.
El problema para el equipo de LeBron James es que Curry vuelve a brillar como en sus mejores días y el domingo consiguió su primer triple doble en las finales con 32 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias. Y que Kevin Durant, tras recuperarse de la lesión que sufrió el 28 de febrero y disputar los tres últimos partidos de la temporada regular, se ha mostrado pletórico. A los 38 puntos, nueve rebotes y ocho asistencias del primer partido, añadió 33 puntos, 13 rebotes, seis asistencias, tres robos y cinco tapones en el segundo.
Y Klay Thompson, tras cinco partidos muy por debajo de sus prestaciones habituales, con solo seis puntos y un 0 de 5 en triples en el primero de la final, se recuperó y aportó 22 puntos y 7 rebotes en el segundo. Draymond Green, Iguodala, Pachulia y Clark, entre otros, redondean las prestaciones de un equipo que funciona como un reloj, capaz de hacer inútiles los alardes de LeBron, que logró su octavo triple doble en unas finales con 29 puntos, 14 asistencias y 11 rebotes, y las aportaciones de Kevin Love, con 27 puntos y siete rebotes, y Kyrie Irving, con 19 puntos.
Tyronn Lue, el entrenador de los Cavaliers, se expresó tras el primer partido en la misma dirección en que lo habían hecho Gregg Popovich y Pau Gasol cuando los Spurs fueron eliminados en la final del Oeste: “Los Warriors son el mejor equipo que he visto nunca. Baten récords sin parar todos los años”. Draymond Green, resumió: “Nuestro objetivo es crear una dinastía y ser excepcionales cada vez que estamos en la cancha”.