Las tarjetas de embarque serán historia: bastará con el reconocimiento facial
KLM y JetBlue van a comenzar a probar sistemas de identificación biométricos
José Mendiola Zuriarrain
El País
Se trata de una secuencia que los más viajeros conocen bien: tras superar el minucioso control de seguridad, toca una nueva parada en la puerta de embarque en la que hay que presentar una vez más el billete y algún documento identificativo. En este proceso se pierde mucho tiempo puesto que no todo el mundo tiene la documentación requerida a mano y por otro lado, los empleados de la aerolínea deben comprobar, una a una, la identidad de los viajeros. Se trata de un engorro para todos: para los pasajeros es una pérdida de tiempo innecesaria y para la línea, todo el tiempo que la aeronave se encuentre detenida supone un coste adicional. Sin embargo, la tecnología ha llegado para facilitar enormemente este trámite.
Tanto la holandesa KLM como la estadounidense JetBlue han comenzado a probar un sistema mediante el cual la identificación de los pasajeros se realizará mediante el rostro, evitando de esta manera la necesidad de llevar la tarjeta de embarque y el documento de identidad. Con este sistema, el pasajero simplemente deberá dirigirse a la puerta de embarque y detenerse ante un punto de control en el que un sistema automatizado identificará el rostro y lo validará dando luz verde al embarque. Mediante este sistema el embarque no solo es mucho más rápido, sino que también será mucho más seguro ya que la identificación biométrica apenas plantea errores.
El sistema que propone JetBlue y que pondrá en práctica este mismo mes en el vuelo Boston- Aruba, parte del mismo procedimiento: el pasajero deberá presentarse ante un puesto de control totalmente automatizado y previo al de seguridad, en el que presentará al escáner de la máquina tanto el pasaporte como la tarjeta de embarque. Cuando la línea aérea llame a la puerta a los pasajeros, estos únicamente deben pasar por un control -nuevamente automatizado- en el que cual mostrarán su rostro y el sistema validará con una luz verde la identidad y el embarque del pasajero.
Delta, por su parte, también ha comenzado a probar sistemas de identificación biométricos basados no solo en reconocimiento del rostro, sino también mediante la huella dactilar. Parece que se trata de un camino de no retorno y no un experimento ocasional: “Nos dirigimos hacia un sistema en el que en el futuro solo el iris o el rostro serán necesarios para realizar un embarque”, afirmó el responsable de operaciones de la aerolínea Gill West.
José Mendiola Zuriarrain
El País
Se trata de una secuencia que los más viajeros conocen bien: tras superar el minucioso control de seguridad, toca una nueva parada en la puerta de embarque en la que hay que presentar una vez más el billete y algún documento identificativo. En este proceso se pierde mucho tiempo puesto que no todo el mundo tiene la documentación requerida a mano y por otro lado, los empleados de la aerolínea deben comprobar, una a una, la identidad de los viajeros. Se trata de un engorro para todos: para los pasajeros es una pérdida de tiempo innecesaria y para la línea, todo el tiempo que la aeronave se encuentre detenida supone un coste adicional. Sin embargo, la tecnología ha llegado para facilitar enormemente este trámite.
Tanto la holandesa KLM como la estadounidense JetBlue han comenzado a probar un sistema mediante el cual la identificación de los pasajeros se realizará mediante el rostro, evitando de esta manera la necesidad de llevar la tarjeta de embarque y el documento de identidad. Con este sistema, el pasajero simplemente deberá dirigirse a la puerta de embarque y detenerse ante un punto de control en el que un sistema automatizado identificará el rostro y lo validará dando luz verde al embarque. Mediante este sistema el embarque no solo es mucho más rápido, sino que también será mucho más seguro ya que la identificación biométrica apenas plantea errores.
El sistema que propone JetBlue y que pondrá en práctica este mismo mes en el vuelo Boston- Aruba, parte del mismo procedimiento: el pasajero deberá presentarse ante un puesto de control totalmente automatizado y previo al de seguridad, en el que presentará al escáner de la máquina tanto el pasaporte como la tarjeta de embarque. Cuando la línea aérea llame a la puerta a los pasajeros, estos únicamente deben pasar por un control -nuevamente automatizado- en el que cual mostrarán su rostro y el sistema validará con una luz verde la identidad y el embarque del pasajero.
Delta, por su parte, también ha comenzado a probar sistemas de identificación biométricos basados no solo en reconocimiento del rostro, sino también mediante la huella dactilar. Parece que se trata de un camino de no retorno y no un experimento ocasional: “Nos dirigimos hacia un sistema en el que en el futuro solo el iris o el rostro serán necesarios para realizar un embarque”, afirmó el responsable de operaciones de la aerolínea Gill West.