La Liga Norte termina a empujones en el Senado a cuenta de la inmigración
Los senadores del partido xenófobo pretendían impedir que se aprobase una ley para otorgar la nacionalidad a los hijos de los inmigrantes nacidos
Daniel Verdú
Roma, El País
El debate sobre la inmigración en Italia alcanza ya unos niveles de populismo y zafiedad que, como ha quedado demostrado esta mañana en el Palacio Madama, rozan la violencia en sede parlamentaria. Tras la petición de la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, de que la ciudad no acepte más migrantes, el Senado ha vivido un lamentable episodio este jueves durante la aprobación de la ley Ius Soli, que prevé dar la nacionalidad a todos aquellos hijos de extranjeros que nazcan en Italia. La Liga Norte (LN), que lleva haciendo campaña en contra de esta norma varias semanas, ha provocado un forcejeo que ha terminado con la ministra de Educación, Valeria Fedeli, por los suelos y en la enfermería.
La ley, que ya obtuvo la aprobación de la cámara de diputados en 2015 y debe pasar este jueves el trámite del Senado (los números apuntan a su aprobación definitiva), prevé dar la ciudadanía italiana a todos los hijos de inmigrantes nacidos en el país que hayan cursado un primer ciclo de educación elemental. En el momento del debate, varios parlamentarios han empezado a gritar consignas como “paremos la invasión”, “Primero los italianos” o un “a tomar por…” al presidente del Senado, Pietro Grasso.
Poco después, han sacado carteles de protesta y el cabeza de grupo para la LN en el Senado, Marco Centinaio, ha corrido hacia una de las sillas de la mesa presidencial para sentarse e impedir que se aprobase la ley. En medio del forcejeo para desalojarlo y para arrebatarle a otros miembros de la Liga Norte sus cartelitos, la ministra Fedeli ha caído al suelo y se ha hecho daño en un brazo.
El suceso trae a la memoria los años más burdos y ultras de la Liga Norte, los tiempos en los que el antiguo líder, Umbeto Bossi, se abría camino con un estilo agresivo y que el partido había intentado dejar atrás para conquistar espacios de centro. Sin embargo, el tema de la inmigración, en un país donde se espera que este año desembarquen 200.000 migrantes procedentes de Libia, se ha convertido en un caladero de votos para partidos La Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas.
No hay duda de que Italia sufre actualmente una presión migratoria que, en ocasiones, el resto de países de la UE no comparte. Pero en este escenario de crisis humanitaria, es fácil crear un incendio incontrolado con una pequeña cerilla. El mismo Beppe Grillo, desde su blog, mezcló esta semana la acogida de refugiados con los campamentos de gitanos rumanos y la inseguridad en el metro. Un inconexo tutti frutti sociológico que, visto el ascenso de la xenófoba Liga Norte en las últimas elecciones administrativas, todavía produce réditos electorales.
Daniel Verdú
Roma, El País
El debate sobre la inmigración en Italia alcanza ya unos niveles de populismo y zafiedad que, como ha quedado demostrado esta mañana en el Palacio Madama, rozan la violencia en sede parlamentaria. Tras la petición de la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, de que la ciudad no acepte más migrantes, el Senado ha vivido un lamentable episodio este jueves durante la aprobación de la ley Ius Soli, que prevé dar la nacionalidad a todos aquellos hijos de extranjeros que nazcan en Italia. La Liga Norte (LN), que lleva haciendo campaña en contra de esta norma varias semanas, ha provocado un forcejeo que ha terminado con la ministra de Educación, Valeria Fedeli, por los suelos y en la enfermería.
La ley, que ya obtuvo la aprobación de la cámara de diputados en 2015 y debe pasar este jueves el trámite del Senado (los números apuntan a su aprobación definitiva), prevé dar la ciudadanía italiana a todos los hijos de inmigrantes nacidos en el país que hayan cursado un primer ciclo de educación elemental. En el momento del debate, varios parlamentarios han empezado a gritar consignas como “paremos la invasión”, “Primero los italianos” o un “a tomar por…” al presidente del Senado, Pietro Grasso.
Poco después, han sacado carteles de protesta y el cabeza de grupo para la LN en el Senado, Marco Centinaio, ha corrido hacia una de las sillas de la mesa presidencial para sentarse e impedir que se aprobase la ley. En medio del forcejeo para desalojarlo y para arrebatarle a otros miembros de la Liga Norte sus cartelitos, la ministra Fedeli ha caído al suelo y se ha hecho daño en un brazo.
El suceso trae a la memoria los años más burdos y ultras de la Liga Norte, los tiempos en los que el antiguo líder, Umbeto Bossi, se abría camino con un estilo agresivo y que el partido había intentado dejar atrás para conquistar espacios de centro. Sin embargo, el tema de la inmigración, en un país donde se espera que este año desembarquen 200.000 migrantes procedentes de Libia, se ha convertido en un caladero de votos para partidos La Liga Norte y el Movimiento Cinco Estrellas.
No hay duda de que Italia sufre actualmente una presión migratoria que, en ocasiones, el resto de países de la UE no comparte. Pero en este escenario de crisis humanitaria, es fácil crear un incendio incontrolado con una pequeña cerilla. El mismo Beppe Grillo, desde su blog, mezcló esta semana la acogida de refugiados con los campamentos de gitanos rumanos y la inseguridad en el metro. Un inconexo tutti frutti sociológico que, visto el ascenso de la xenófoba Liga Norte en las últimas elecciones administrativas, todavía produce réditos electorales.