El primer ministro rumano cae en una moción de censura
Sorin Grindeanu cesa en el cargo al perder una moción de censura presentada por su propio partido y su socio de coalición
EFE
Bucarest
Los diputados socialdemócratas y liberales derribaron este miércoles en Rumanía a su propio Ejecutivo con una moción de censura presentada contra el primer ministro Sorin Grindeanu, quien ha estado apenas seis meses en el cargo.
En una votación que finalmente fue pública realizada de forma conjunta por la Cámara baja y el Senado, la moción recibió el apoyo de 241 diputados, ocho más que el mínimo exigido de 233.
Solo diez parlamentarios votaron en contra, mientras que el resto se abstuvo.
El trasfondo de la moción es una disputa entre Grindeanu y el líder del Partido Socialdemócrata (PSD), Liviu Dragnea, quien no puede ser primer ministro por haber sido condenado el año pasado por corrupción.
A pesar de ello, el "hombre fuerte" del partido habría exigido al jefe de Gobierno impulsar medidas para aliviar las penas de políticos corruptos, lo que éste rechazó, según la prensa rumana.
Durante el debate parlamentario, Dragnea acusó a Grindeanu de ofrecer "resultados mediocres" al frente del Ejecutivo.
El primer ministro, por su parte, destacó el fuerte crecimiento económico (un 5,6%) de Rumanía en el primer trimestre del año.
"Hasta ahora no entiendo por qué estoy aquí. La gente tampoco lo entiende", dijo Grindeanu antes de la votación en el Parlamento.
Algunos analistas consideran que Dragnea busca reemplazar a Grindeanu, también expulsado del PSD, por alguien más sumiso.
Tras la moción, Dragnea sostuvo que la alianza de Gobierno es víctima de presiones para no cumplir con el programa de las elecciones de diciembre pasado.
"Todavía hay presiones para que la coalición no logré llevar a cabo el programa de Gobierno hasta el final", dijo el líder socialdemócrata en rueda de prensa.
"Ha fracasado el intento de un grupo de ciudadanos, políticos y empresarios de tomar por la fuerza el Gobierno", aseguró el dirigente socialdemócrata, quien expresó su esperanza en que la investidura del nuevo gabinete se produzca la semana que viene.
En ese sentido, descartó cualquier posibilidad de elecciones adelantadas en Rumanía, el segundo país más pobre de la Unión Europea (UE) tras Bulgaria y donde la corrupción es uno de los mayores problemas.
Tras la moción, Grindeanu criticó que la dirección socialdemócrata hubiera defendido una votación no secreta, ante el miedo de que hubiera "traidores" en sus propias filas.
"Toda esta locura política puede traer la pérdida del Gobierno por parte del PSD", señaló el destituido primer ministro, quien fue expulsado del partido la semana pasada.
Dragnea había pedido oficialmente su dimisión por no cumplir el programa electoral del PSD, aunque los analistas apuntan que la razón fue la negativa de Grindeanu a impulsar medidas en beneficio de políticos condenados por corrupción, lo que hubiese beneficiado al propio líder socialdemócrata.
Un primer intento de reformar el código penal en ese sentido desató en febrero las mayores protestas sociales en Rumanía desde la caída del comunismo en 1989.
El presidente rumano, el liberal Klaus Iohannis, deberá ahora designar al nuevo primer ministro, a propuesta del PSD y su aliado, el liberal ALDE.
Para ello, ha convocado una reunión entre los partidos políticos que posiblemente tenga lugar a partir del lunes próximo.
La persona elegida por Iohannis, que no ha de ser necesariamente un militante del PSD, dispondrá de diez días para obtener el voto de confianza en el Parlamento, donde presentará a los nuevos ministros y su programa de Gobierno.
Durante una visita a Berlín, el presidente dijo este martes que "no se prevé un largo bloqueo político" y que nombrará a un primer ministro "íntegro".
De hecho, organizaciones cívicas como "La corrupción mata" o " Resistencia" han pedido en una carta abierta que se designe a un jefe de gabinete sin antecedentes penales y que respete la independencia de la Justicia.
Mientras, la oposición conservadoras habló este miércoles de "un ajuste de cuenta similar a las mafias entre dos clanes del PSD", lo que socava su legitimidad para formar Gobierno.
Grindeanu seguirá al frente del Ejecutivo, con poderes limitados, hasta que se encuentre un nuevo primer ministro.
El PSD ganó las elecciones de diciembre pasado con un abrumador 45,5 por ciento de los votos.
EFE
Bucarest
Los diputados socialdemócratas y liberales derribaron este miércoles en Rumanía a su propio Ejecutivo con una moción de censura presentada contra el primer ministro Sorin Grindeanu, quien ha estado apenas seis meses en el cargo.
En una votación que finalmente fue pública realizada de forma conjunta por la Cámara baja y el Senado, la moción recibió el apoyo de 241 diputados, ocho más que el mínimo exigido de 233.
Solo diez parlamentarios votaron en contra, mientras que el resto se abstuvo.
El trasfondo de la moción es una disputa entre Grindeanu y el líder del Partido Socialdemócrata (PSD), Liviu Dragnea, quien no puede ser primer ministro por haber sido condenado el año pasado por corrupción.
A pesar de ello, el "hombre fuerte" del partido habría exigido al jefe de Gobierno impulsar medidas para aliviar las penas de políticos corruptos, lo que éste rechazó, según la prensa rumana.
Durante el debate parlamentario, Dragnea acusó a Grindeanu de ofrecer "resultados mediocres" al frente del Ejecutivo.
El primer ministro, por su parte, destacó el fuerte crecimiento económico (un 5,6%) de Rumanía en el primer trimestre del año.
"Hasta ahora no entiendo por qué estoy aquí. La gente tampoco lo entiende", dijo Grindeanu antes de la votación en el Parlamento.
Algunos analistas consideran que Dragnea busca reemplazar a Grindeanu, también expulsado del PSD, por alguien más sumiso.
Tras la moción, Dragnea sostuvo que la alianza de Gobierno es víctima de presiones para no cumplir con el programa de las elecciones de diciembre pasado.
"Todavía hay presiones para que la coalición no logré llevar a cabo el programa de Gobierno hasta el final", dijo el líder socialdemócrata en rueda de prensa.
"Ha fracasado el intento de un grupo de ciudadanos, políticos y empresarios de tomar por la fuerza el Gobierno", aseguró el dirigente socialdemócrata, quien expresó su esperanza en que la investidura del nuevo gabinete se produzca la semana que viene.
En ese sentido, descartó cualquier posibilidad de elecciones adelantadas en Rumanía, el segundo país más pobre de la Unión Europea (UE) tras Bulgaria y donde la corrupción es uno de los mayores problemas.
Tras la moción, Grindeanu criticó que la dirección socialdemócrata hubiera defendido una votación no secreta, ante el miedo de que hubiera "traidores" en sus propias filas.
"Toda esta locura política puede traer la pérdida del Gobierno por parte del PSD", señaló el destituido primer ministro, quien fue expulsado del partido la semana pasada.
Dragnea había pedido oficialmente su dimisión por no cumplir el programa electoral del PSD, aunque los analistas apuntan que la razón fue la negativa de Grindeanu a impulsar medidas en beneficio de políticos condenados por corrupción, lo que hubiese beneficiado al propio líder socialdemócrata.
Un primer intento de reformar el código penal en ese sentido desató en febrero las mayores protestas sociales en Rumanía desde la caída del comunismo en 1989.
El presidente rumano, el liberal Klaus Iohannis, deberá ahora designar al nuevo primer ministro, a propuesta del PSD y su aliado, el liberal ALDE.
Para ello, ha convocado una reunión entre los partidos políticos que posiblemente tenga lugar a partir del lunes próximo.
La persona elegida por Iohannis, que no ha de ser necesariamente un militante del PSD, dispondrá de diez días para obtener el voto de confianza en el Parlamento, donde presentará a los nuevos ministros y su programa de Gobierno.
Durante una visita a Berlín, el presidente dijo este martes que "no se prevé un largo bloqueo político" y que nombrará a un primer ministro "íntegro".
De hecho, organizaciones cívicas como "La corrupción mata" o " Resistencia" han pedido en una carta abierta que se designe a un jefe de gabinete sin antecedentes penales y que respete la independencia de la Justicia.
Mientras, la oposición conservadoras habló este miércoles de "un ajuste de cuenta similar a las mafias entre dos clanes del PSD", lo que socava su legitimidad para formar Gobierno.
Grindeanu seguirá al frente del Ejecutivo, con poderes limitados, hasta que se encuentre un nuevo primer ministro.
El PSD ganó las elecciones de diciembre pasado con un abrumador 45,5 por ciento de los votos.