Dos de los atacantes de Londres habían sido investigados por la policía

Khuram Butt, de 27 años, estuvo bajo el radar por sus vínculos con el islam radical hace dos años

María R. Sahuquillo
Londres (Enviada especial), El País
La eficacia de la inteligencia británica vuelve a estar en cuestión. Dos de los terroristas que el sábado por la noche acabaron con la vida de siete personas en Londres eran conocidos por las autoridades británicas aunque estas “no tenían evidencias de que estuviesen preparando un ataque”, según han informado este lunes. Khuram Shazad Butt, ciudadano británico de origen paquistaní de 27 años, padre de dos niños, había estado en el radar de la policía por sus vínculos con el islam radical. Además, había sido apartado de las actividades de dos mezquitas de su barrio, Barking, en el este de Londres, por sus comentarios y su comportamiento. El segundo de los atacantes es Rachid Redouane, de 30 —que también usaba el apellido Elkhdar y afirmaba ser marroquí y libio—, no era conocido por la policía. El tercero, cuya identidad no ha sido difundida, sí estuvo fichado, según informó Mark Rowley, responsable de la Brigada Antiterrorista, que no dio más detalles sobre las circunstancias que habían llevado a ponerle bajo investigación.


Butt, a quien sus vecinos describen como un forofo del equipo de fútbol Arsenal, y que, según han contado, se fue radicalizando durante los últimos años, aparece en un documental de la cadena Channel 4 sobre yihadistas británicos emitido el año pasado (Los yihadistas de la puerta de al lado), en el que fue captado por una cámara durante un altercado con la policía tras rezar frente a una bandera negra que se asocia al ISIS en un parque de Londres. Un documental en el que aparece también un británico que voló a Siria para luchar junto al ISIS y que se sospecha que ha participado en varios asesinatos difundidos por el grupo terrorista.

El británico de origen paquistaní, que había trabajado en la compañía de transportes de Londres y a quien sus amigos llamaban Abs, fue expulsado de la mezquita Jabir Bin Zayd, en Barking, tras varias confrontaciones con el Iman, al que reclamaba que “solo dios manda” antes había recibido varios toques de atención por interpelar a los fieles con maneras muy agresivas para que no votasen en las elecciones de 2015. La mezquita del Este de Londres, a la que comenzó a acudir después, también vetó su entrada. Esta vez, por su cercanía a Al-Muhajiroun, un grupo considerado terrorista en Reino Unido, cuyo líder Anjem Choudary está en prisión por reclutar yihadistas para viajar a Siria e Irak para combatir en las filas del autodenominado Estado Islámico.

Además, varias personas habían alertado a la policía sobre su actitud. Uno de sus amigos se puso en contacto con las autoridades a través de la línea especial contra el terrorismo, alarmado por sus ideas radicales, después de una conversación sobre un atentado yihadista que Butt justificó y apoyó, según ha contado a la BBC. También una vecina de su edificio, madre de tres hijos, alertó a las autoridades de que el hombre estaba adoctrinando a los chavales que frecuentaban un parque del barrio. "Les estaba diciendo ‘Estoy preparado para hacer todo lo necesario en el nombre de Alá. Estoy preparado en el nombre de Alá para hacer aquello que se necesite, aunque eso signifique matar a mi propia madre", ha relatado la mujer al diario The Guardian. Tras escucharlo y tomar varias fotografías de Butt para que pudieran identificarlo, inmediatamente acudió a la comisaría. Como el amigo que se atrevió a denunciarlo, critica que nunca se volvieron a poner en contacto con ella.

El responsable antiterrorista Rowley reconoció que Butt había sido investigado en 2015 y que las autoridades habían recibido varias alertas ciudadanas sobre su comportamiento. Sin embargo, después de examinar el caso, se determinó que no había indicios de que estuviese involucrado en actividades terroristas ni que estuviese planeando un ataque. Por eso su caso "se trasladó los escalones inferiores" de las 500 investigaciones activas sobre terrorismo. "No he visto nada que indique que se tomó en ese momento una mala decisión", ha dicho Rowley.

El caso de Butt supone un nuevo golpe para la inteligencia británica que, por tercera vez, ha tenido en el foco a una persona que después ha llevado a cabo un atentado mortal. Los investigadores tuvieron en su radar al terrorista de Mánchester, que mató a 22 personas, y también al autor del atentado del pasado 22 de marzo en el Puente de Westminster, en el que murieron siete.

Ayer, antes de que la policía hiciese públicos los nombres de los atacantes, la jefa de Scotland Yard, Cressida Dick, comentó en una entrevista con la BBC que a veces es inevitable que se produzcan grietas en el sistema. “En ocasiones se producen casos en los que estas personas eran conocidas por las agencias”, ha dicho Dick, que ha asegurado que las autoridades han frustrado cinco ataques en las últimas nueve semanas; 18 desde 2013.

La policía trata ahora de reconstruir las últimas horas de los atacantes, antes de que se dirigieran al Puente de Londres con una furgoneta con la que embistieron a una multitud y que abandonaron para dirigirse a Borough Market, donde apuñalaron a varias personas. Además, está investigando su entorno para determinar cómo planearon el ataque y si contaron con colaboración. Ayer, las autoridades efectuaron dos nuevas redadas en Barking —donde vivían los atacantes identificados— y en East Ham, donde detuvo a varias personas. El domingo ya había detenido en la misma zona a 12 personas y de ellos mantiene bajo custodia 10, seis mujeres y cuatro hombres.

La policía, bajo el foco mediático, ha recalcado que en la actualidad tiene abiertas 500 investigaciones que involucran a 3.000 potenciales sospechosos. “Un pequeño número de esas investigaciones prioritarias pueden derivar en la planificación de un ataque, y esas investigaciones necesitan una gran cantidad de nuestros recursos”, han dicho en un comunicado que coincide con las críticas del líder de la oposición, Jeremy Corbyn, y del alcalde de Londres, Sadiq Khan (ambos laboristas) a la primera ministra, Theresa May, por los recortes a los fondos destinados a la policía. “Nuestro trabajo necesariamente requiere que tomemos decisiones difíciles sobre cómo priorizar los recursos que tenemos en un momento en que Reino Unido está haciendo frente a una durísima amenaza terrorista”, han añadido.

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