A Piqué empiezan a pesarle los pitos
Alfredo Relaño, As
Me desagrada mucho que piten a Piqué con la Selección. ¿Cómo podríamos terminar con esto? En su artículo de ayer, Sarah Castro, nuestra delegada en Colombia, que asistió al partido, mostraba su asombro. Veía inconcebible que en su país ocurriera eso, que se trasladaran a la Selección las fobias entre equipos. Piqué ha sido siempre ejemplar con La Roja, nadie deja de reconocerle eso. En Murcia, sin ir más lejos, casi se descoyunta al intentar sacar el balón de la escuadra con un salto sensacional. Ha hecho con Sergio Ramos una pareja imponente. Tan distintos como son en todo, ellos saben sobrellevar sus diferencias.
Cierto que no es el primero al que le ha pasado esto. Carlos debutó como internacional en El Molinón ante Brasil cuando era el nueve del Oviedo y escuchó una bronca continua. Más atrás en el tiempo, le pasó a Luis Suárez en el Bernabéu, porque la gente quería a Rial, y a Di Stéfano en el Camp Nou por un equívoco en torno a un escrito suyo en un periódico inglés. Pero aquello fueron cosas puntuales. Lo de Piqué se repite en cada partido dentro del territorio español, porque vaya donde vaya La Roja siempre habrá su buena mitad de madridistas. Y muchos de ellos aprovechan la ocasión para pitar a Piqué por sus constantes agravios al Madrid.
Lo que más rabia me da de esto es el equívoco. Se le pita por antimadridista, no porque haya sobre él sospechas de antiespañol, pero en estos días de tensión hay quien mezcla interesado ambos temas. Hay la manía de identificar al Madrid con España y al Barça con Cataluña. Eso viene de antiguo. Pero en este caso y en este momento eso me parece particularmente tóxico. Cierto que también Piqué podría hacer algo más por el asunto, si se abstuviera de repetir y repetir andanadas contra el Madrid, en vez de buscar culpables donde no los hay. Y lo malo es que el próximo partido de La Roja en España será el de Italia... en el Bernabéu.
Me desagrada mucho que piten a Piqué con la Selección. ¿Cómo podríamos terminar con esto? En su artículo de ayer, Sarah Castro, nuestra delegada en Colombia, que asistió al partido, mostraba su asombro. Veía inconcebible que en su país ocurriera eso, que se trasladaran a la Selección las fobias entre equipos. Piqué ha sido siempre ejemplar con La Roja, nadie deja de reconocerle eso. En Murcia, sin ir más lejos, casi se descoyunta al intentar sacar el balón de la escuadra con un salto sensacional. Ha hecho con Sergio Ramos una pareja imponente. Tan distintos como son en todo, ellos saben sobrellevar sus diferencias.
Cierto que no es el primero al que le ha pasado esto. Carlos debutó como internacional en El Molinón ante Brasil cuando era el nueve del Oviedo y escuchó una bronca continua. Más atrás en el tiempo, le pasó a Luis Suárez en el Bernabéu, porque la gente quería a Rial, y a Di Stéfano en el Camp Nou por un equívoco en torno a un escrito suyo en un periódico inglés. Pero aquello fueron cosas puntuales. Lo de Piqué se repite en cada partido dentro del territorio español, porque vaya donde vaya La Roja siempre habrá su buena mitad de madridistas. Y muchos de ellos aprovechan la ocasión para pitar a Piqué por sus constantes agravios al Madrid.
Lo que más rabia me da de esto es el equívoco. Se le pita por antimadridista, no porque haya sobre él sospechas de antiespañol, pero en estos días de tensión hay quien mezcla interesado ambos temas. Hay la manía de identificar al Madrid con España y al Barça con Cataluña. Eso viene de antiguo. Pero en este caso y en este momento eso me parece particularmente tóxico. Cierto que también Piqué podría hacer algo más por el asunto, si se abstuviera de repetir y repetir andanadas contra el Madrid, en vez de buscar culpables donde no los hay. Y lo malo es que el próximo partido de La Roja en España será el de Italia... en el Bernabéu.