A 3 meses de Misicuni, no mejora el suministro de agua en Cochabamba

Varios barrios de Cochabamba reciben agua entre una y dos veces por semana; no obstante, pagan el servicio en red. Autoridades descartan una crisis.

Leny Chuquimia / Cochabamba
"Estamos igual que antes, no hay mejora. La situación del agua es grave”, dice Nathaly Salvatierra, vecina del barrio cochabambino Cerro Blanco. Después de tres meses de la inauguración de Misicuni, su casa recibe agua por cañería dos veces por semana y la situación se repite en otras zonas de Cercado, según verificó Página Siete en una visita a la Llajta.


Para los habitantes de Cerro Blanco, barrio aledaño al aeropuerto Wilstermann, la fuente principal de abastecimiento son los cisternas particulares y el agua embotellada. Esa situación se replica en otros sectores del sur, centro y norte de Cochabamba.

El 28 de marzo pasado, el presidente Evo Morales abrió las válvulas de la represa de Misicuni, obra que se había dilatado por más de 60 años. Tres meses después de la inauguración no llega la prometida solución definitiva al problema de suministro de agua en la capital valluna.

El presidente de Misicuni, Jorge Alvarado, asegura que los embalses tienen la capacidad para el suministro pero no así la red de distribución del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa). El gerente de esta instancia edil, Gamal Serhan, sostiene que el megaproyecto es una solución parcial al déficit histórico de líquido.

Ambos directivos coinciden en que los volúmenes de dotación se incrementarán desde agosto, cuando Semapa termine la nueva abducción. Descartan otra crisis de agua en Cochabamba.

Y llegan las facturas

"No crean que sólo es en los barrios alejados, mi madre vive en el centro y me dijo que tiene agua una vez a la semana”, señala Salvatierra. El problema del agua es una constante en el área metropolitana desde que tiene uso de razón, un problema al que los cochabambinos se han adaptado.

Ante la falta del líquido, han aprendido a administrar el agua que reciben por cañería y a conseguir la faltante. "Nosotros compramos de los cisternas y desde hace años las casas son construidas con tanques elevados o depósitos subterráneos para no sufrir de escasez”.

En el barrio Cerro Blanco, los vecinos reciben agua dos veces por semanas desde las 2:00 o 3:00. El líquido llega en un chorro débil que desaparece a las 6:00 o 7:00.

"De forma constante tenemos que hacer uso de los cisternas que nos cobran siete bolivianos por turril. Yo pago entre 60 y 70 bolivianos por agua para unos cuatro días, hasta que pueda recibir más”, afirma Nathaly.

La CPE instituye el acceso universal y equitativo al agua como un derecho humano y vital. Uno de los detonantes de la histórica "Guerra del agua”, el año 2000, fue la escasez y las altas tarifas del recurso.

En muchos barrios cochabambinos, actualmente los vecinos deben invertir hasta el 20% de un sueldo mínimo para acceder al agua. En barrios como Cerro Blanco, una familia paga hasta 70 bolivianos a la semana, lo que significa 280 bolivianos al mes.

"Pero igual llega la factura, salga o no el agua de la cañería”, reclama Salvatierra. "Unos 30 bolivianos, por el mantenimiento, es lo mínimo que pagamos por el agua en red que recibimos una vez por semana”.

Conexiones sin red

En otros barrios, como Tingani, en la zona norte, el servicio de agua llega dos o tres veces por semana, indistintamente por la mañana o por la tarde. Ello significa un problema para familias como la de José Fernández.

"Mi esposa y yo trabajamos, no estamos en casa; entonces, debemos dejar la pila abierta para que llene el tanque o los turriles. Pero ese también es otro problema porque mientras no sale agua, sale aire y eso hace correr el medidor y a fin de mes la sorpresa llega en tu factura con una deuda de hasta 100 bolivianos”, dice.

Su esposa, Irene Rocabado, comenta que "por lo menos” a su casa llega el agua. "A la parte alta del barrio sólo va el cisterna. No hay presión para que el líquido suba hasta las calles de arriba”.

En los barrios alejados de la zona sur cochabambina aún no hay una red matriz de cañerías de agua potable. Y en otros sectores, aunque la conexión fue instalada, aún no funciona.

"Aquí no hay agua por red. Se supone que ya hay las cañerías porque recién han pavimentado con esa condición, pero aún no estamos conectados”, señala Álex Maldonado, en el barrio San José de la Bala.

Con su esposa tiene un consultorio dental en casa. La vivienda fue construida con un depósito subterráneo y un tanque elevado; de lo contrario el agua no abastecería las necesidades domésticas y del local médico.

"Los cisternas particulares vienen todos los días, pero los municipales sólo una vez al mes así que hay que comprar agua de los privados”, indica Maldonado. Y de ésa no hay garantías.

Por precaución, el dentista echa cloro al líquido que recibe en sus depósitos y para el consumo compra agua embotellada. Cada mes debe invertir 400 bolivianos en su suministro.

Según datos de Semapa, en Cochabamba el costo del metro cúbico de agua por red es de cinco bolivianos. Asciende a 35 bolivianos en cisternas, mientras que cada botellón de 20 litros de agua envasada es de 25 bolivianos.

El histórico déficit

"Cochabamba siempre ha vivido una situación crítica de agua. El año pasado fue especialmente difícil porque tuvimos la crisis más dura quizás en los últimos 30 años. Esto debido a que las precipitaciones pluviales no fueron tan importantes como normalmente son”, afirmó el gerente de Semapa Cochabamba, Gamal Serhan.

Recordó que todas las fuentes de agua para la capital valluna están fuera del municipio de Cercado. En este entendido Wara Wara, Escalerani y Misicuni brindan el 60% del líquido que se consume en la Llajta.

"El otro 40% proviene de nuestras fuentes subterráneas. Tenemos una batería de pozos en El Paso, en Quillacollo y otra en Vinto”, informó Serhan .

Según los datos proporcionados por la autoridad, la demanda de agua en Cochabamba es de alrededor de 1.800 litros por segundo. Semapa provee cerca de 900 litros por segundo. "Es decir, que solamente logramos abastecer la mitad de la cantidad requerida” dijo.

Por este motivo el suministro de agua a los barrios no puede ser continuo sino de acuerdo a un plan de racionamiento. "Normalmente los barrios alejados reciben el líquido unos dos días a la semana”, explicó.

El presidente de la Empresa Misicuni, Jorge Alvarado, señaló que actualmente Misicuni dota de 320 litros por segundo a Cochabamba aunque tiene disponibilidad de distribuir 1.000 litros por segundo. "En este momento estamos entregando ese volumen (320) porque Semapa no tiene capacidad en su ducto; si se aumenta empieza a reventar por todo lado”, manifestó.

Prevé que el volumen se incrementará a 500 litros por segundo -capacidad de la planta de Cala Cala- a partir de agosto cuando la hidroeléctrica entre en funcionamiento. El gerente de Semapa señaló que el nuevo ducto estará listo en julio, "lo que podría solucionar el racionamiento”.

"En este momento, en Misicuni tenemos acumulados 37 millones de metros cúbicos de agua y la altura de la reserva es de 66 metros”.

Sobre Misicuni

Dimensión La represa de Misicuni tiene una altura de 120 metros, es la más grande del país.
Embalse La capacidad de almacenamiento es de 180 millones de metros cúbicos, volumen que la convierte en una laguna gigantesca.

Dotación Con los embalses llenos, durante la segunda fase de Misicuni se prevé la dotación de 3.000 litros de agua por segundo. En cuatro años, cuando se complete la tercera fase, esta cantidad será duplicada.

Tiempo Prevén que la megaobra abastezca al área metropolitana de Cochabamba por dos décadas.

Jorge Alvarado, pdte. Misicuni

"La situación está igual, sigue la escasez. Han abierto las válvulas de Misicuni pero no sentimos la mejora en nuestros hogares”.

Nathaly Salvatierra, vecina

Alvarado: Sin Misicuni la escasez sería mayor

"Si no fuera el agua que estamos dando habría un racionamiento más fuerte que el del año pasado”, dijo el presidente de Misicuni, Jorge Alvarado. Manifestó que se preparan proyectos a diseño final para llegar de forma directa a la zona sur de Cochabamba, uno de los sectores con mayor escasez.

"La disponibilidad que tenemos es de aproximadamente de 1.000 litros por segundo. Nosotros estamos dotando de agua y somos la solución al problema de este momento. Si no, seguramente habría un racionamiento mucho más fuerte que el año pasado”, manifestó Alvarado.

Recordó que actualmente la empresa entrega 320 litros por segundo al Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa). Explicó que este volumen representa el 40% de la disponibilidad del recurso para la capital valluna. "Tenemos suficiente agua como para abastecer a Cochabamba hasta el mes de diciembre”, dijo.

La autoridad indicó que aún está pendiente la construcción de la tercera fase de Misicuni. Esa consiste en la canalización de los ríos Putucuni y Viscachani por medio de túneles.

Actualmente el volumen de reservas disponibles en la represa de Misicuni es de 1.000 litros por segundo, un tercio de lo previsto para la segunda fase. Al final de la tercera etapa, prevista para cuatro años, el volumen disponible será de 6.000 litros por segundo.

Al momento, en Misicuni aún se realizan trabajos complementarios como el vertedero que sirve para evacuar rebalses. "Es una situación que aún no se va a dar y puede que no se vea en muchos años, pero es algo que la represa debe tener”, indicó.

También hace falta en el estribo izquierdo la estabilización de dos taludes que tuvieron algunos derrumbes. En ese sector se harán pantallas atirantadas. "Finalmente tenemos que construir el portal de salida de los túneles que van a venir de Viscachani y Putucuni de la tercera fase. Tenemos los recursos necesarios y máximo hasta fin de año estaremos licitando estos tres elementos”, sostuvo.

Adelantó que la hidroeléctrica se encuentra en la fase final. "Este mes se harán pruebas de las turbinas en seco y a partir del 15 de julio se van a empezar las pruebas con agua”, dijo.

Serhan: "Misicuni es una solución parcial”

"Una solución parcial”, así califica a Misicuni -en su segunda fase- el gerente de Semapa, Gamal Serhan. Recalca que es necesario terminar la tercera fase de la represa y plantea, entretanto, llevar agua a Cochabamba desde Corani.

"Misicuni es una solución parcial a la provisión de agua. El problema es que fue pensada para abastecer a los siete municipios del área metropolitana y hoy nosotros (municipio de Cercado) somos los únicos que estamos construyendo una abducción que nos permita aprovechar las aguas de este megaproyecto”, indicó.

Señaló que en la temporada de lluvias pasada Misicuni sólo logró almacenar, en volúmenes de aguas muertas, cinco millones de metros cúbicos. Estos serán aprovechados por Semapa al término de la abducción.

"Pero las previsiones de Misicuni con la segunda fase (actualmente concluida) no alcanzan a cubrir la demanda de agua del área metropolitana”, dijo.
La demanda de los siete municipios juntos es de cerca de 3.500 litros de agua por segundo, mientras que la capacidad de Misicuni en esta segunda fase es de una provisión de sólo 1.100 litros, sostuvo.

"No alcanza. Para eso hay que construir la tercera fase. Pero nosotros hemos propuesto como alternativa traer agua desde Corani (en el municipio de Colomi), ya que sería mucho más barato, rápido y nos daría un mayor caudal”, explicó.

Esta propuesta ya fue planteada en la década de los años 90 cuando la Llajta atravesaba una de sus profundas crisis de agua, similar a la de 2016. Entonces se propuso aprovechar el 10% del embalse de la represa de Corani para dotar de 450 litros por segundo a Cochabamba. Estimaron una inversión de más de 10 millones de dólares.

Esa fuente no abastecería a toda la región metropolitana pero sería suficiente para el municipio de Cercado. "En este momento el sobrevolumen de aguas muertas de cinco millones de metros cúbicos alcanza para dotarnos de lo requerido hasta fin de año”.

Sostuvo que es necesario guardar reservas para 2018 la generación de energía eléctrica. "De esa manera podremos incrementar el volumen de agua que podamos aprovechar”, dijo Serhan.

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