Isco se abre camino hasta Cardiff
El malagueño suma tres asistencias y dos goles desde la lesión de Bale, que todavía no se entrena con el Madrid
Eleonora Giovio
Madrid, El País
Como la noche del 3-0 al Atlético, en la ida de las semifinales de la Champions, no hubo fotos de grupo en el vestuario del Madrid el miércoles en Balaídos (1-4). A las redes sociales algunos jugadores subieron únicamente imágenes del partido contra el Celta y de la celebración de un gol de Cristiano. “Un poquito más cerca”, “Ya sólo pensamos en el domingo”, “Hasta el final vamos Real”, eran los mensajes que acompañaban esas fotos. Nadie quiere desatar la euforia pese a que el equipo necesita solo un punto el domingo ante el Málaga para ser campeón. En el vuelo de regreso de Galicia, no hubo gritos. Los técnicos revisaban las imágenes del encuentro y los jugadores estaban entretenidos con los videojuegos.
Este Madrid disfruta. No sólo Cristiano, en plenitud después del plan de descanso que pactó con Zidane. También Isco. Desde la lesión de Gareth Bale en el clásico (23 de abril), el malagueño ha jugado cinco partidos (340 minutos) y suma dos goles y tres asistencias. Uno de los dos tantos lo marcó en el Calderón en la vuelta de las semifinales de Champions. Las últimas dos asistencias se las dio el miércoles a Cristiano Ronaldo. Una, tras un recorte al borde del área; la otra, aguantando sin caerse las entradas de dos rivales y metiendo un balón en profundidad.
Los técnicos que tuvieron al malagueño en las categorías inferiores del Valencia aseguraban estos meses que en cuanto Isco tuviera las mismas oportunidades que los demás marcaría la diferencia. Isco ha ganado peso en el equipo a medida que ha ido desapareciendo Bale de las alineaciones y ha ganado terreno para hacerse con la titularidad en Cardiff. Por el pico de forma, por la condición física y el desparpajo y por lo que está aportando al equipo.
La final de la Champions se juega en tierras galesas el próximo 3 de junio y Bale, que tuvo que pedir el cambio el día del clásico por una rotura en el sóleo, todavía no ha empezado a entrenarse con el grupo. “No hay fecha de vuelta”, explica Zidane. La idea del técnico francés era recuperar a Bale antes de que acabara la Liga. Quería que el galés tuviera al menos un par de partidos de rodaje. Para probarse y coger confianza.
Plazos más largos
Sin embargo, a tres días del último enfrentamiento liguero, el extremo todavía no se ha unido al trabajo de grupo. Pisa el césped, pero sigue haciendo recuperación individual. No hay rodaje posible para él salvo los entrenamientos. Los plazos de Bale, además, siempre suelen ser más largos que los de los demás por el temor a las recaídas (es la séptima lesión que sufre en el sóleo desde que está en el Madrid) y por el aguante al dolor, menor que el de alguno de sus compañeros.
Este año estuvo parado tres meses por una operación en los tendones del tobillo derecho. A la vuelta, enganchó ocho partidos (sin llegar a coger nunca velocidad de crucero), notó molestias en el pie operado y paró otros dos. Regresó el día del clásico. No quería faltar (sólo ha jugado 57 partidos de 103 en las dos últimas temporadas y se ha perdido 38 por lesión), pero aguantó 38 minutos.
Quedan algo más de dos semanas para la final de la Champions. En la mejor de los casos, Bale llegaría con unos 10 días de entrenamiento con el grupo. ¿Suficientes para que juegue de titular? ¿Suficientes para que Zidane arriesgue con él y prescinda de un jugador más en forma y más rodado? El técnico espera a Carvajal, que se está recuperando de una rotura muscular. Con Bale las dudas continúan. Isco, mientras, va ganando terreno.
Eleonora Giovio
Madrid, El País
Como la noche del 3-0 al Atlético, en la ida de las semifinales de la Champions, no hubo fotos de grupo en el vestuario del Madrid el miércoles en Balaídos (1-4). A las redes sociales algunos jugadores subieron únicamente imágenes del partido contra el Celta y de la celebración de un gol de Cristiano. “Un poquito más cerca”, “Ya sólo pensamos en el domingo”, “Hasta el final vamos Real”, eran los mensajes que acompañaban esas fotos. Nadie quiere desatar la euforia pese a que el equipo necesita solo un punto el domingo ante el Málaga para ser campeón. En el vuelo de regreso de Galicia, no hubo gritos. Los técnicos revisaban las imágenes del encuentro y los jugadores estaban entretenidos con los videojuegos.
Este Madrid disfruta. No sólo Cristiano, en plenitud después del plan de descanso que pactó con Zidane. También Isco. Desde la lesión de Gareth Bale en el clásico (23 de abril), el malagueño ha jugado cinco partidos (340 minutos) y suma dos goles y tres asistencias. Uno de los dos tantos lo marcó en el Calderón en la vuelta de las semifinales de Champions. Las últimas dos asistencias se las dio el miércoles a Cristiano Ronaldo. Una, tras un recorte al borde del área; la otra, aguantando sin caerse las entradas de dos rivales y metiendo un balón en profundidad.
Los técnicos que tuvieron al malagueño en las categorías inferiores del Valencia aseguraban estos meses que en cuanto Isco tuviera las mismas oportunidades que los demás marcaría la diferencia. Isco ha ganado peso en el equipo a medida que ha ido desapareciendo Bale de las alineaciones y ha ganado terreno para hacerse con la titularidad en Cardiff. Por el pico de forma, por la condición física y el desparpajo y por lo que está aportando al equipo.
La final de la Champions se juega en tierras galesas el próximo 3 de junio y Bale, que tuvo que pedir el cambio el día del clásico por una rotura en el sóleo, todavía no ha empezado a entrenarse con el grupo. “No hay fecha de vuelta”, explica Zidane. La idea del técnico francés era recuperar a Bale antes de que acabara la Liga. Quería que el galés tuviera al menos un par de partidos de rodaje. Para probarse y coger confianza.
Plazos más largos
Sin embargo, a tres días del último enfrentamiento liguero, el extremo todavía no se ha unido al trabajo de grupo. Pisa el césped, pero sigue haciendo recuperación individual. No hay rodaje posible para él salvo los entrenamientos. Los plazos de Bale, además, siempre suelen ser más largos que los de los demás por el temor a las recaídas (es la séptima lesión que sufre en el sóleo desde que está en el Madrid) y por el aguante al dolor, menor que el de alguno de sus compañeros.
Este año estuvo parado tres meses por una operación en los tendones del tobillo derecho. A la vuelta, enganchó ocho partidos (sin llegar a coger nunca velocidad de crucero), notó molestias en el pie operado y paró otros dos. Regresó el día del clásico. No quería faltar (sólo ha jugado 57 partidos de 103 en las dos últimas temporadas y se ha perdido 38 por lesión), pero aguantó 38 minutos.
Quedan algo más de dos semanas para la final de la Champions. En la mejor de los casos, Bale llegaría con unos 10 días de entrenamiento con el grupo. ¿Suficientes para que juegue de titular? ¿Suficientes para que Zidane arriesgue con él y prescinda de un jugador más en forma y más rodado? El técnico espera a Carvajal, que se está recuperando de una rotura muscular. Con Bale las dudas continúan. Isco, mientras, va ganando terreno.