Isco o Bale: las razones de la elección de Zidane en Cardiff
El español ejecuta desde el pase y ofrece juego entre líneas, mientras que el galés se expresa desde la velocidad. Y Alex Sandro es la pieza más débil de la Juve...
Javier Sillés
As
Con la calma que le acostumbra Zidane compareció en sala de prensa poco dispuesto a responder la batería de preguntas sobre Isco y Bale. El técnico galo no se posicionó en el debate y dejó la puerta abierta de la titularidad de ambos jugadores. "Los dos son muy buenos. Jugaron juntos este año 16 partidos… se habla de uno y otro, pero también pueden jugar juntos. Lo importante es que lleguen a este tramo final de la temporada muy bien, Gareth un poco menos que Isco porque ha tenido menos minutos", argumentó.
Isco o Bale, el interrogante permanece. Las singularidades de cada uno matizan el perfil táctico del Real Madrid y ponen en un brete a Zidane, que debe resolver un dilema de alcance valorando también el trazo de la Juventus y el estado físico del galés, que aseguró no estar en plenitud tras su lesión.
Asimismo, Isco asoma en las cercanías del área como filtrador del último pase y surtidor de balones para Cristiano y Benzema. Resultan difíciles de predecir sus movimientos entre la defensa y la medular. Su presencia en el once obligaría a la Juve a tener que reajustarse en esa parcela para impedir que reciba desahogado. Si juega con tres centrales (Barzagli, Bonucci y Chiellini, aunque es un sistema móvil al actuar Alves más como centrocampista y Barzagli como lateral) podría quedar descubierto en esa zona e inerme ante el talento de Isco como asistente (diez pases de gol esta temporada). Lo lógico es que Allegri remueva el cesto y se reorganice con un hombre más en el centro del campo (Marchisio sería el beneficiado) para equilibrar las fuerzas.
Su contribución defensiva levanta mayores suspicacias para la final de Cardiff. No por su falta de implicación en la recuperación, más bien por la jerarquía que da la Juventus a sus alas. Alex Sandro y Mandzukic forman una conexión pujante en la izquierda. La titularidad de Bale compensaría la presumible superioridad numérica italiana en ese costado y liberaría a Casemiro, también a Modric, de tener que realizar ayudas continuas. Al brasileño le permitiría vigilar de cerca a Dybala como falso mediapunta y socorrer a Marcelo y Kroos en la banda derecha ante una amenaza de rango como Dani Alves.
No es una cuestión menor. La pieza que más chirría en esta Juventus de Allegri es la aplicación defensiva de Alex Sandro. El brasileño no es un lateral experimentado en campo propio, con tendencia a perder su espalda y cuya competencia deja ciertas dudas en el uno contra uno. Hay que decir que salió respaldado de la eliminatoria contra el Barcelona. Con todo, la alianza de Carvajal y Bale puede desmontar a la Juventus pese al esfuerzo de Mandzukiz, que no rehuye sus obligaciones sin balón. Un dos para dos que ya ha dado éxitos visibles a este Madrid.
De igual forma, la titularidad de Bale reforzaría la identidad de ida y vuelta que definió al equipo de Zidane durante el curso pasado y un buen tramo de esta campaña. La verticalidad de Bale inflama los contraataques en velocidad y conducción. Isco, en cambio, lo hace desde el pase. Diferencias individuales con efecto inmediato en el patrón futbolístico del Madrid. Momento de Zidane.
Javier Sillés
As
Con la calma que le acostumbra Zidane compareció en sala de prensa poco dispuesto a responder la batería de preguntas sobre Isco y Bale. El técnico galo no se posicionó en el debate y dejó la puerta abierta de la titularidad de ambos jugadores. "Los dos son muy buenos. Jugaron juntos este año 16 partidos… se habla de uno y otro, pero también pueden jugar juntos. Lo importante es que lleguen a este tramo final de la temporada muy bien, Gareth un poco menos que Isco porque ha tenido menos minutos", argumentó.
El Madrid con Isco
El malagueño es un miembro diferencial en el 4-4-2, con rombo en la medular, que tan buenas noticias ha traído al conjunto blanco en este final de curso. Es el enlace ideal entre las referencias ofensivas (Benzema y Cristiano) y el mediocampo. Nadie como él para aparecer entre líneas y abrir franjas de pase para los compañeros. Casemiro, Modric y Kroos encuentran en su figura una salida en corto, escalonado el equipo y preparado para escribir el guión ofensivo (ver captura inferior). Facilita el gobierno del juego, que el Madrid precisará poseer ante una Juventus de alto voltaje en sus transiciones. Todo a partir del balón y de la asociación (promedia 13 pases más por encuentro que Bale).Asimismo, Isco asoma en las cercanías del área como filtrador del último pase y surtidor de balones para Cristiano y Benzema. Resultan difíciles de predecir sus movimientos entre la defensa y la medular. Su presencia en el once obligaría a la Juve a tener que reajustarse en esa parcela para impedir que reciba desahogado. Si juega con tres centrales (Barzagli, Bonucci y Chiellini, aunque es un sistema móvil al actuar Alves más como centrocampista y Barzagli como lateral) podría quedar descubierto en esa zona e inerme ante el talento de Isco como asistente (diez pases de gol esta temporada). Lo lógico es que Allegri remueva el cesto y se reorganice con un hombre más en el centro del campo (Marchisio sería el beneficiado) para equilibrar las fuerzas.
Su contribución defensiva levanta mayores suspicacias para la final de Cardiff. No por su falta de implicación en la recuperación, más bien por la jerarquía que da la Juventus a sus alas. Alex Sandro y Mandzukic forman una conexión pujante en la izquierda. La titularidad de Bale compensaría la presumible superioridad numérica italiana en ese costado y liberaría a Casemiro, también a Modric, de tener que realizar ayudas continuas. Al brasileño le permitiría vigilar de cerca a Dybala como falso mediapunta y socorrer a Marcelo y Kroos en la banda derecha ante una amenaza de rango como Dani Alves.
El Madrid con Bale
El regreso de Bale, lesionado desde el derbi liguero ante el Atlético del 9 de abril, no supondría un simple cambio de cromos, también variaría la disposición del Madrid sobre el terreno de juego. En un partido de esta exigencia, Zidane no parece que vaya a volver al 4-3-3 que rompió a su equipo en diferentes momentos. El Madrid se organizaría con casi total seguridad con un 4-4-2 con el galés en la derecha. No sería del todo simétrico a pesar de que Kroos se inclinaría hacia la izquierda. El Madrid perdería peso y juego en la medular sin Isco. Sin embargo, Bale aportaría amplitud y profundidad por banda (cuatro centros por partido) y en zona de remate.No es una cuestión menor. La pieza que más chirría en esta Juventus de Allegri es la aplicación defensiva de Alex Sandro. El brasileño no es un lateral experimentado en campo propio, con tendencia a perder su espalda y cuya competencia deja ciertas dudas en el uno contra uno. Hay que decir que salió respaldado de la eliminatoria contra el Barcelona. Con todo, la alianza de Carvajal y Bale puede desmontar a la Juventus pese al esfuerzo de Mandzukiz, que no rehuye sus obligaciones sin balón. Un dos para dos que ya ha dado éxitos visibles a este Madrid.
De igual forma, la titularidad de Bale reforzaría la identidad de ida y vuelta que definió al equipo de Zidane durante el curso pasado y un buen tramo de esta campaña. La verticalidad de Bale inflama los contraataques en velocidad y conducción. Isco, en cambio, lo hace desde el pase. Diferencias individuales con efecto inmediato en el patrón futbolístico del Madrid. Momento de Zidane.