Guillermo expulsó a Pablo Pérez por golpear a un juvenil

Pablo Pérez habló sobre la patada que le pegó al pibe Fernández en la práctica y que motivó que Gustavo lo echara del entrenamiento. "Me estaba volviendo loco pero no pasó nada. Se armó mucho lío pero está todo bien", reconoció el volante.

Olé
Fue la noticia de la mañana en el entrenamiento de Boca: en un ensayo de fútbol a cargo de Gustavo Barros Schelotto, Pablo Pérez fue echado de la práctica por el hermano de Guillermo al pegarle una patada al pibe Tomás Fernández. Un rato después, en una entrevista del programa 90 Minutos de Fox Sports, el volante xeneize le bajó los decibeles al incidente al que calificó como una situación "normal". "El chico me encaró como 50 veces y no lo podía parar... ¡Me estaba volviendo loco! Fue una patada de viejo cascarrabias, pero no pasó nada. Se armó mucho lío porque justo estaban las cámaras de TV filmando, si no era algo totalmente normal", explicó.


Una vez echado del entrenamiento, el temperamental futbolista se duchó en el vestuario y se fue a su casa. El aclaró por qué lo hizo en lugar de hablar en ese momento con el cuerpo técnico. "Me bañé, me cambié y me fui. Creo que ni siquiera me peiné. Ni hablé con el pibe, pobre. Pensé: "me voy rápido, el técnico debe estar caliente, yo también, mejor lo hablo mañana". Gustavo se habrá enojado porque esa no fue la primera patada que pegué pero mañana (miércoles) llego al entrenamiento y en dos segundos lo hablo con ellos y se arregla. Está todo bien. Esto no nos tiene que desviar. Esta es una semana tranquila, habiendo ganado el domingo de local, es una lástima porque se va a hablar más de la patada que de lo bien que jugó el equipo este fin de semana", manifestó.

Pérez, quien volvería el sábado al equipo para el partido con Estudiantes tras cumplir la fecha de suspensión, hizo autocrítica por su rol de referente dentro del plantel: "No hay nerviosismo en el grupo ni nada de eso. Fue una situación personal. Me enojé porque no lo podía parar a este chico, que la rompió en el entrenamiento. Estaba todo tranquilo hasta ese momento. Ya había hecho dos o tres foules y había pedido disculpas. En ese momento no pedí porque estaba ahogado, cansado y también caliente. Puedo decir con total sinceridad que es lo más normal que puede ocurrir. Obviamente que esto hay que evitarlo. Estoy en contra de la exposición y siempre les digo eso a mis compañeros así que ahora que me pasó a mí, me da bronca".

Luego, bromeó sobre el tema ("Con una amarilla esto se arreglaba, ja") y recordó una anécdota: "Yo en Newell's me crié con el Flaco Schiavi y, en los entrenamientos, la patada más suave que te daba era de la cintura para arriba. Era terrible".

Por último, se refirió a la lucha por el campeonato. "Tenemos que pelear con River, que no está lejos; con Estudiantes, que ahora tenemos la chance de poder alejarnos; y con Newell's", cerró.

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