El Atleti lo logra: tercero y punto
El Atlético cumplió el objetivo de asegurar la tercera plaza tras sacar un empate en el Villamarín. Ceballos hizo un golazo y Savic aseguró la Champions.
Patricia Cazón
As
Lo logró. Ya es definitivo: el Atlético acabará esta temporada tercero. Da igual qué pase el próximo domingo, ya nada le moverá de ahí. Eso sí, según pareció ayer, la temporada para los del Cholo se terminó el miércoles, ante el Madrid, la Champions. Cuando lo del Villamarín comenzó, ya era lo que buscaba, tercero, y un punto, el empate, le bastaba para no dejar de serlo: eso pautó sus piernas. Quizá agotadas del miércoles, su primera parte fue un recital de pases horizontales o atrás. Ni uno delante, ni una vez se acercó a Adán. Tarde tranquila para el portero de un equipo que no se jugaba nada, salvo el orgullo. Y ponerle una tirita a una temporada con más gris que luces.
Si para el aficionado del Betis al principio la alegría estaba más en mirar al palco, donde saludaba Serra Ferrer, el futuro que viene de la mano de un pasado estupendo, pronto se trasladó al césped. En una jornada de transistores, la primera jugada de peligro vino justo después de que el código morse de la radio contara que el Madrid le había hecho un gol al Sevilla. Emitía la tele la repetición del de Nacho y se colaba fulgurante el bueno de Joaquín entre la defensa del Atleti para provocar la primera parada de Oblak. Al Atleti, incluso, ya perder le valdría. Seguía sin estar. Ni siquiera los primeros minutos del partido le habían espabilado. No creaba, no asustaba, no defendía.
En el minuto 25, Correa ya calentaba en la banda. Lo envió Simeone justo después del segundo aviso del Betis: falta lateral de Joaquín que sobrevoló el área de Oblak y que terminó en un balón al poste de Ceballos. Pero ni por esas despertó el Atleti que, lo único que hizo, fue complicarse el partido que le queda, el del Athletic, ese que no es un partido sino la despedida a un estadio, el suyo, el Calderón, tras casi 51 años.
Ya sin laterales derechos ni Godín, Simeone además ayer perdió a Filipe y Giménez. Ambos apercibidos, vieron la quinta amarilla en un rato: ya sólo dos defensas le quedan al Cholo, Savic y Lucas. El más difícil todavía. Al final acaba quitándose el traje negro y jugándolo él...
Tras el descanso, como si hubiese tomado café, el Atleti intentó ponerle más ritmo pero lo que cambió el partido fue Ceballos. Si el TAS lo permite, mañana podría ser rojiblanco y, ante la mirada de Simeone, no dejó de repartir clase cada vez que tocó un balón. En una de esas inició una jugada con un caño a Giménez que derivó en córner y terminó con una volea suya que se le vino encima a Oblak. Go-la-zo. Hasta el portero no estaba. Su café al descanso había sido descafeinado.
El movimiento de Simeone en el banquillo fue inmediato. Pero no pensando en este partido sino en el que viene: quitó a Filipe para aprender a jugar sin él, entraron Torres y Gaitán, salió Gameiro, de nuevo nada. El efecto fue el primer tiro entre los tres palos del Atleti: fue gol, y lo envolvió la polémica.
Porque lo marcó Savic, después de que Koke colgara una falta al área y Saúl lo peinara y además lo tocara con el puño. El árbitro, que se lo había pasado pipa desenfundando amarillas por doquier, eso no lo vio y el gol subió al marcador. El Betis se fue en tromba hacia Oblak de nuevo. Pero el portero, ahora sí, se había tomado el café adecuado: voló ante Cejudo para despejar un balón que era gol y volvió a volar de nuevo para blocar el rechace. Aquí moriría el partido aunque aún le quedaran 15 minutos. El Betis había cumplido, dar otra imagen, mejor. El Atleti también: derribado en la orilla de la Copa y la Champions, en Liga no dejó escapar lo que quería. Tercero, la puerta directa a la Champions.
Temporada over.
Lo que viene ahora será el regalo, el adiós al Calderón, aunque ya le falten tantos nombres. Godín, Giménez, Filipe, Juanfran... Ay.
Patricia Cazón
As
Lo logró. Ya es definitivo: el Atlético acabará esta temporada tercero. Da igual qué pase el próximo domingo, ya nada le moverá de ahí. Eso sí, según pareció ayer, la temporada para los del Cholo se terminó el miércoles, ante el Madrid, la Champions. Cuando lo del Villamarín comenzó, ya era lo que buscaba, tercero, y un punto, el empate, le bastaba para no dejar de serlo: eso pautó sus piernas. Quizá agotadas del miércoles, su primera parte fue un recital de pases horizontales o atrás. Ni uno delante, ni una vez se acercó a Adán. Tarde tranquila para el portero de un equipo que no se jugaba nada, salvo el orgullo. Y ponerle una tirita a una temporada con más gris que luces.
Si para el aficionado del Betis al principio la alegría estaba más en mirar al palco, donde saludaba Serra Ferrer, el futuro que viene de la mano de un pasado estupendo, pronto se trasladó al césped. En una jornada de transistores, la primera jugada de peligro vino justo después de que el código morse de la radio contara que el Madrid le había hecho un gol al Sevilla. Emitía la tele la repetición del de Nacho y se colaba fulgurante el bueno de Joaquín entre la defensa del Atleti para provocar la primera parada de Oblak. Al Atleti, incluso, ya perder le valdría. Seguía sin estar. Ni siquiera los primeros minutos del partido le habían espabilado. No creaba, no asustaba, no defendía.
En el minuto 25, Correa ya calentaba en la banda. Lo envió Simeone justo después del segundo aviso del Betis: falta lateral de Joaquín que sobrevoló el área de Oblak y que terminó en un balón al poste de Ceballos. Pero ni por esas despertó el Atleti que, lo único que hizo, fue complicarse el partido que le queda, el del Athletic, ese que no es un partido sino la despedida a un estadio, el suyo, el Calderón, tras casi 51 años.
Ya sin laterales derechos ni Godín, Simeone además ayer perdió a Filipe y Giménez. Ambos apercibidos, vieron la quinta amarilla en un rato: ya sólo dos defensas le quedan al Cholo, Savic y Lucas. El más difícil todavía. Al final acaba quitándose el traje negro y jugándolo él...
Tras el descanso, como si hubiese tomado café, el Atleti intentó ponerle más ritmo pero lo que cambió el partido fue Ceballos. Si el TAS lo permite, mañana podría ser rojiblanco y, ante la mirada de Simeone, no dejó de repartir clase cada vez que tocó un balón. En una de esas inició una jugada con un caño a Giménez que derivó en córner y terminó con una volea suya que se le vino encima a Oblak. Go-la-zo. Hasta el portero no estaba. Su café al descanso había sido descafeinado.
El movimiento de Simeone en el banquillo fue inmediato. Pero no pensando en este partido sino en el que viene: quitó a Filipe para aprender a jugar sin él, entraron Torres y Gaitán, salió Gameiro, de nuevo nada. El efecto fue el primer tiro entre los tres palos del Atleti: fue gol, y lo envolvió la polémica.
Porque lo marcó Savic, después de que Koke colgara una falta al área y Saúl lo peinara y además lo tocara con el puño. El árbitro, que se lo había pasado pipa desenfundando amarillas por doquier, eso no lo vio y el gol subió al marcador. El Betis se fue en tromba hacia Oblak de nuevo. Pero el portero, ahora sí, se había tomado el café adecuado: voló ante Cejudo para despejar un balón que era gol y volvió a volar de nuevo para blocar el rechace. Aquí moriría el partido aunque aún le quedaran 15 minutos. El Betis había cumplido, dar otra imagen, mejor. El Atleti también: derribado en la orilla de la Copa y la Champions, en Liga no dejó escapar lo que quería. Tercero, la puerta directa a la Champions.
Temporada over.
Lo que viene ahora será el regalo, el adiós al Calderón, aunque ya le falten tantos nombres. Godín, Giménez, Filipe, Juanfran... Ay.