Temer reiteró que no destituirá a ministros solo por sospechas de corrupción
Brasil, EFE
El presidente brasileño, Michel Temer, reiteró hoy que los ocho ministros salpicados por declaraciones de exdirectivos del grupo Odebrecht sobre la corrupción que campeó en el país mantendrán sus cargos, a menos mientras no haya pruebas que los incriminen.
“No voy a dimitir o exonerar simplemente porque alguien habló” de la supuesta implicación de un ministro en esas prácticas, declaró el mandatario a la Radio Jovem Pam, al tiempo que volvió a insistir en que un ministro sólo perderá su cargo “si hubiera pruebas robustas” en su contra.
Los testimonios prestados por exdirectivos del grupo Odebrecht en el marco de un acuerdo de cooperación judicial implican en asuntos de corrupción a ocho ministros, incluidos entre casi un centenar de dirigentes políticos de catorce partidos que serán investigados.
En esa larga lista están los ministros de la Presidencia, Eliseu Padilha; Secretaría General, Wellington Moreira Franco; Ciencia y Tecnología, Gilberto Kassab; Integración Nacional, Helder Barbalho; Relaciones Exteriores, Aloysio Nunes; Agricultura, Blairo Maggi; Ciudades, Bruno Araújo; e Industria y Comercio, Marcos Pereira.
Según dijo Temer, “es preciso” que la justicia investigue, “como ha sido pedido” por la Corte Suprema, y “después se verá si se llega a una denuncia” formal, lo cual “no significaría culpabilidad, pero sí que hay fuertes elementos” contra los ministros sospechosos.
Temer reiteró de esa manera lo que ya había adelantado hace unas semanas, cuando era inminente la divulgación de los testimonios del grupo Odebrecht, y aclaró que a menos que la justicia acepte algún tipo de acusación contra alguno de sus ministros e inicie un juicio formal, los implicados mantendrán sus cargos en el gabinete.
El gobernante también insistió en que las investigaciones contra políticos “no pueden perjudicar la gobernabilidad” ni “paralizar al Gobierno”, que se esforzará por llevar adelante su profunda agenda de reformas, que apuntan a recuperar a la economía brasileña tras dos años de una profunda recesión.
El presidente brasileño, Michel Temer, reiteró hoy que los ocho ministros salpicados por declaraciones de exdirectivos del grupo Odebrecht sobre la corrupción que campeó en el país mantendrán sus cargos, a menos mientras no haya pruebas que los incriminen.
“No voy a dimitir o exonerar simplemente porque alguien habló” de la supuesta implicación de un ministro en esas prácticas, declaró el mandatario a la Radio Jovem Pam, al tiempo que volvió a insistir en que un ministro sólo perderá su cargo “si hubiera pruebas robustas” en su contra.
Los testimonios prestados por exdirectivos del grupo Odebrecht en el marco de un acuerdo de cooperación judicial implican en asuntos de corrupción a ocho ministros, incluidos entre casi un centenar de dirigentes políticos de catorce partidos que serán investigados.
En esa larga lista están los ministros de la Presidencia, Eliseu Padilha; Secretaría General, Wellington Moreira Franco; Ciencia y Tecnología, Gilberto Kassab; Integración Nacional, Helder Barbalho; Relaciones Exteriores, Aloysio Nunes; Agricultura, Blairo Maggi; Ciudades, Bruno Araújo; e Industria y Comercio, Marcos Pereira.
Según dijo Temer, “es preciso” que la justicia investigue, “como ha sido pedido” por la Corte Suprema, y “después se verá si se llega a una denuncia” formal, lo cual “no significaría culpabilidad, pero sí que hay fuertes elementos” contra los ministros sospechosos.
Temer reiteró de esa manera lo que ya había adelantado hace unas semanas, cuando era inminente la divulgación de los testimonios del grupo Odebrecht, y aclaró que a menos que la justicia acepte algún tipo de acusación contra alguno de sus ministros e inicie un juicio formal, los implicados mantendrán sus cargos en el gabinete.
El gobernante también insistió en que las investigaciones contra políticos “no pueden perjudicar la gobernabilidad” ni “paralizar al Gobierno”, que se esforzará por llevar adelante su profunda agenda de reformas, que apuntan a recuperar a la economía brasileña tras dos años de una profunda recesión.