Ruleta rusa en Turín
Turín, AS
La Juventus, prueba del algodón para un Barça ciclotímico. La remontada ante el PSG y la derrota frente al Málaga muestran las dos caras de los culés.
AI Barça de este curso no hay por dónde cogerlo. Tan pronto le hace cuatro al City como le devuelven tres en Manchester. Se deja empatar en el Clásico o gana dos veces en el Calderón. Le meten cuatro en París y responde con la mayor remontada de la historia. Le echa el aliento al Madrid y luego pierde en Riazor y La Rosaleda... Es imposible saber qué Barça se verá hoy en Turín.
Allí le espera exactamente lo contrario. La Vecchia Signora es una máquina fiable e implacable. En breve levantará su sexto Scudetto consecutivo. Y no engaña a nadie. No juega para divertir. Sólo para ganar. Su urgencia histórica, como fue del Barça, es Europa. Tiene dos Champions pero un camino de espinas en las finales: Ajax, Hamburgo, Dortmund, Madrid, Milán, Barça...
El plan de la Juve
Allegri prepara una jaula para aislar a Messi de la creación.
Apoyado en el admirable Buffon y los fiables Barzagli, Bonucci y Chiellini, la Juve ha planificado un equipo cortoplacista. Fichajes del perfil de Alves, Khedira o Higuaín responden a ese proyecto. El soplo de aire fresco es Dybala, señalado como heredero de Messi. Su irrupción (23 goles en 46 partidos la temporada pasada) sorprendió al mismo Allegri. Este año le ha costado algo más rendir (14 en 35).
Las dudas del Barça
De la montaña rusa azulgrana se sabe poco. Tampoco el sistema que plantará en el bello Juventus Stadium. En principio, Mascherano será el mediocentro en un 4-3-3 con todas las vacas sagradas.
Está ya escrito que el Barça es lo que quiera su tridente. Todos tienen cosas que demostrar hoy. Messi, 11 goles en la Champions, ha desaparecido en varios partidos de jerarquía. En Turín anuncian una jaula para el argentino, tan incómodo cuando le preparan ese marcaje mixto. Suárez tendrá una cámara pendiente de su duelo con Chiellini y Neymar, que ha podido quemar al Barça en la Liga, la opción de redimirse.
Es una partida de ajedrez de 180’. El Barça acepta su favoritismo. Pero la Juve crece en ese escenario. Es ahí cuando suena más fuerte que nunca: “Fino alla fine, forza Juventus”.