Renzi se mira en el espejo de Macron
El PD, despojado ya del ala más a la izquierda del partido, decide el domingo quién será su secretario general y candidato a las elecciones de de 2018
Daniel Verdú
Roma, El País
El próximo domingo, tras cinco meses rebobinando una historia que encalló el 4 de diciembre en el referéndum constitucional perdido inesperadamente, Matteo Renzi volverá a unas elecciones primarias del PD para aspirar de nuevo a lo que ya fue un día: secretario general del partido y candidato a primer ministro. Esta vez, deberá servir para conquistar un espacio más amplio y eficaz. Competirá con quien él mismo nombró como ministro de Justicia -sigue en el cargo-, Andrea Orlando, y con el gobernador de la Apulia, Michele Emiliano. La posibilidades de ambos son escasas, pero aspiran, al menos, a llegar al 50% de los votos y condicionar la futura política de renziana.
Las primarias serán abiertas y pueden votar todos los simpatizantes que se inscriban y paguen dos euros. Se prevé una participación baja, de poco más de un millón de votantes (cuando Pier Luigi Bersani ganó en 2012, lo hizo con el triple de afluencia), y una cierta desgana por revivir lo mismo, pero con menos ilusión. Es lo que algunos llaman despectivamente "un reflujo político". La ventaja de Renzi, que necesitaría el 50% de los votos más uno para reiniciar su proyecto, parece incuestionable. La primera ronda de votaciones, restringida a los círculos de militantes del partido, y filtro para quien no superase el 5% de apoyos, fue muy reveladora: Renzi obtuvo 176.743 votos (66,7%), Orlando 66.917 (25,3%) y Emiliano, 21.219 (8%).
De esto modo, lo que comenzó como un error garrafal reconocido por él mismo —la convocatoria del referéndum— es hoy una oportunidad política, señala uno de sus colaboradores, para ganar en legitimidad y en rango de votantes. “Ahora puede deshacer el camino andado y recuperar la legitimidad a través de las urnas en unas elecciones. Si supera esta fase, tendrá mucha más fuerza y habrá acercado el partido mucho más al centro”. El único antídoto a la tremenda fuerza popular del Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, situado por delante del PD en las encuestas. Esta noche, los tres candidatos esbozarán las líneas de sus propuestas en el primer debate televisado.
A Michele Emiliano, el aspirante peor colocado, se le supone un proyecto situado más a la izquierda. Gobernador de la Apulia, flirteó hasta el último momento con la corriente escindida del PD. En el caso de Orlando, en el fondo una criatura política creada por el propio Renzi, la propuesta se encuentra más cercana a la de quién le nombró ministro de Justicia, pero juega la baza del consenso y del alejamiento del carácter explosivo y, a veces, impositivo del ex líder. Cuenta con el apoyo de históricas figuras como el que fue primer ministro italiaano, Romano Prodi y de otras viejas glorias que todavía no perdonan la insolencia de Renzi cuando se proclamó rottamatore [desguazador y renovador] del PD mirando hacia ellos.
La realidad es que esa facción, encabezada por viejos líderes como Bersani o Massimo D'Alema, ha terminado marchándose y formando su propio partido. Y de fondo subyace ahora la tentación de convertir el PD en un partido nación, un artefacto al estilo estadounidense diseñado estratégicamente para atraer perfiles de distintos signos, también de la tambaleante Forza Italia y del resto de posiciones centristas y europeístas. Un amplio espectro electoral, pensado más para votantes que para militantes, y que solo fue capaz de ocupar hasta ahora la democracia cristiana y que podría encontrar su reflejo en el proyecto de Emmanuel Macron para la segunda vuelta presidencial. Y los vínculos empiezan a abundar. De hecho, el propio Renzi ha reconocido que le copió el nombre para la campaña de primarias: In cammino (por En Marche).
Miguel Gotor, senador escindido recientemente del PD y fundador de nuevo partido más a la izquierda, cree que si gana Renzi el partido tomará claramente una deriva neocentrista. “Ahora busca un pequeño plebiscito, porque el grande, el del 4 de diciembre, lo perdió. Pero se arriesga al efecto Fillon o Hamon [ambos candidatos lograron batir a los favoritos de los republicanos y los socialistas en Francia]. Las primarias pueden ser una señal de salud, pero también de crisis de un partido”, apunta Gotor abriendo la posibilidad de que Orlando sorprenda al favorito y de que ello desemboque en un descalabro como el de los socialistas franceses el domingo. “Renzi quiere estar en misa y repicar, y eso, en lugar de ampliar el espectro del partido, lo hace más estrecho”. Justo lo contrario de lo que necesitaría el PD en las próximas elecciones.
Daniel Verdú
Roma, El País
El próximo domingo, tras cinco meses rebobinando una historia que encalló el 4 de diciembre en el referéndum constitucional perdido inesperadamente, Matteo Renzi volverá a unas elecciones primarias del PD para aspirar de nuevo a lo que ya fue un día: secretario general del partido y candidato a primer ministro. Esta vez, deberá servir para conquistar un espacio más amplio y eficaz. Competirá con quien él mismo nombró como ministro de Justicia -sigue en el cargo-, Andrea Orlando, y con el gobernador de la Apulia, Michele Emiliano. La posibilidades de ambos son escasas, pero aspiran, al menos, a llegar al 50% de los votos y condicionar la futura política de renziana.
Las primarias serán abiertas y pueden votar todos los simpatizantes que se inscriban y paguen dos euros. Se prevé una participación baja, de poco más de un millón de votantes (cuando Pier Luigi Bersani ganó en 2012, lo hizo con el triple de afluencia), y una cierta desgana por revivir lo mismo, pero con menos ilusión. Es lo que algunos llaman despectivamente "un reflujo político". La ventaja de Renzi, que necesitaría el 50% de los votos más uno para reiniciar su proyecto, parece incuestionable. La primera ronda de votaciones, restringida a los círculos de militantes del partido, y filtro para quien no superase el 5% de apoyos, fue muy reveladora: Renzi obtuvo 176.743 votos (66,7%), Orlando 66.917 (25,3%) y Emiliano, 21.219 (8%).
De esto modo, lo que comenzó como un error garrafal reconocido por él mismo —la convocatoria del referéndum— es hoy una oportunidad política, señala uno de sus colaboradores, para ganar en legitimidad y en rango de votantes. “Ahora puede deshacer el camino andado y recuperar la legitimidad a través de las urnas en unas elecciones. Si supera esta fase, tendrá mucha más fuerza y habrá acercado el partido mucho más al centro”. El único antídoto a la tremenda fuerza popular del Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, situado por delante del PD en las encuestas. Esta noche, los tres candidatos esbozarán las líneas de sus propuestas en el primer debate televisado.
A Michele Emiliano, el aspirante peor colocado, se le supone un proyecto situado más a la izquierda. Gobernador de la Apulia, flirteó hasta el último momento con la corriente escindida del PD. En el caso de Orlando, en el fondo una criatura política creada por el propio Renzi, la propuesta se encuentra más cercana a la de quién le nombró ministro de Justicia, pero juega la baza del consenso y del alejamiento del carácter explosivo y, a veces, impositivo del ex líder. Cuenta con el apoyo de históricas figuras como el que fue primer ministro italiaano, Romano Prodi y de otras viejas glorias que todavía no perdonan la insolencia de Renzi cuando se proclamó rottamatore [desguazador y renovador] del PD mirando hacia ellos.
La realidad es que esa facción, encabezada por viejos líderes como Bersani o Massimo D'Alema, ha terminado marchándose y formando su propio partido. Y de fondo subyace ahora la tentación de convertir el PD en un partido nación, un artefacto al estilo estadounidense diseñado estratégicamente para atraer perfiles de distintos signos, también de la tambaleante Forza Italia y del resto de posiciones centristas y europeístas. Un amplio espectro electoral, pensado más para votantes que para militantes, y que solo fue capaz de ocupar hasta ahora la democracia cristiana y que podría encontrar su reflejo en el proyecto de Emmanuel Macron para la segunda vuelta presidencial. Y los vínculos empiezan a abundar. De hecho, el propio Renzi ha reconocido que le copió el nombre para la campaña de primarias: In cammino (por En Marche).
Miguel Gotor, senador escindido recientemente del PD y fundador de nuevo partido más a la izquierda, cree que si gana Renzi el partido tomará claramente una deriva neocentrista. “Ahora busca un pequeño plebiscito, porque el grande, el del 4 de diciembre, lo perdió. Pero se arriesga al efecto Fillon o Hamon [ambos candidatos lograron batir a los favoritos de los republicanos y los socialistas en Francia]. Las primarias pueden ser una señal de salud, pero también de crisis de un partido”, apunta Gotor abriendo la posibilidad de que Orlando sorprenda al favorito y de que ello desemboque en un descalabro como el de los socialistas franceses el domingo. “Renzi quiere estar en misa y repicar, y eso, en lugar de ampliar el espectro del partido, lo hace más estrecho”. Justo lo contrario de lo que necesitaría el PD en las próximas elecciones.