Merkel advierte a los británicos de que no se hagan “ilusiones” con el Brexit

La canciller alemana afirma en el Bundestag que primero hay que negociar la salida y solo después la relación con Londres

Ana Carbajosa
Berlín, El País
Primero los términos del divorcio y solo después se verá qué tipo de relación establece la UE con Londres. Es lo que ha venido a decir la canciller alemana, Angela Merkel, en su intervención este jueves ante el Parlamento en Berlín, donde ha pedido a los británicos que no se hagan "ilusiones" de que van a mantener sus privilegios comunitarios tras el Brexit. Los líderes de la Unión Europea se reúnen este fin de semana en un encuentro crucial para definir las líneas de la negociación con Londres.


"Solo podremos cerrar un acuerdo y definir la relación en el futuro, cuando todas las preguntas sobre la salida estén resultas […] incluidas las obligaciones financieras”, ha dicho Merkel. La canciller insistió en lo obvio, en que “Reino Unido no gozará [después del Brexit] de los mismos derechos que los miembros de la UE”. Pero lo dijo, porque según ella, “da la impresión de que algunos británicos se hacen ilusiones y eso es una pérdida de tiempo”. En un discurso leído y de tono firme y medido, Merkel adelantó que su actitud durante las negociaciones será “justa y constructiva”.

La canciller no se desmarcó de las grandes líneas que emanan de Bruselas, haciendo hincapié en la necesidad de abordar las negociaciones del Brexit desde la unidad europea. Hay que hacer frente común y evitar que el proceso de divorcio divida aún más a una UE con crecientes fisuras, consecuencia de la marea eurófoba que no amaina. La Unión es “una excepcional historia de éxito”, dijo la canciller, a poco más de una semana de que los franceses decidan en una segunda vuelta electoral si se decantan por una candidata que echa pestes de la UE —Le Pen— y lo que representa o por un candidato europeísta, Macron. La situación en Alemania es bien distinta. En septiembre habrá también elecciones, pero los dos grandes partidos en liza profesan una inquebrantable fe europeísta.

Con su discurso, Merkel, al frente de la gran potencia europea, ha dejado claro que primero habrá que hacer las peliagudas cuentas de la ruptura y solo después ver qué tipo de acuerdos definirán la nueva relación con los exsocios. Esos acuerdos, no serán advirtió Merkel, tan favorables ni brindarán un acceso tan preferencial a los mercados europeos, como los que rigen entre los miembros de la UE. El proceso formal de divorcio se inició el pasado 29 de marzo, después de que una estrecha mayoría de británicos votara en referéndum salirse de la UE y debe durar dos años. Pero habrá que esperar hasta el ocho de junio, fecha prevista para las elecciones anticipadas en Reino Unido, para que empiecen a producirse avances reales en el proceso.

Alemania y Reino Unido mantienen una tupida relación comercial que en 2016 se materializó en 86.000 millones de euros en exportaciones alemanas a territorio británico y unos 35.000 en dirección contraria. Además del comercio, la situación de los europeos residentes en Reino Unido —100.000 alemanes—, la lucha antiterrorista, la inmigración o los lazos en Defensa son solo algunos de los temas prioritarios que definen la relación tanto de Alemania como de la UE con Londres.

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