Hamsik frena a la Juve y da emoción al campeonato
Mirko Calemme
As
La Juventus logró llevarse un punto del calentísimo San Paolo de Nápoles en el día del regreso de Higuaín a Fuorigrotta. Fue un partido muy intenso, que los napolitanos pasaron casi enteramente en el área rival (los remates locales fueron 17, ante los 4 de los bianconeri, de los cuales apenas uno a puerta), aunque sin la puntería necesaria para conseguir la victoria.
El recibimiento para Gonzalo Higuaín, como era de esperar, fue de todo menos que amistoso. En los alrededores del San Paolo se distribuyeron silbatos y, desde el calentamiento, cada vez que el argentino tocaba el balón el estadio temblaba por los pitos y los insultos de los tifosi, que no le perdonaron a su exhéroe haberse marchado para vestir la camiseta del peor rival.
El parón dejó tocados a ambos onces: Sarri tuvo que renunciar a Reina (salió de inicio el brasileño Rafael), Allegri a Cuadrado y Dybala, utilizando a Lemina en la banda derecha y Pjanic por detrás del Pipita.
El partido se puso enseguida cuesta abajo para la Vecchia Signora, que abrió la lata tras apenas 7 minutos: tras un rechace con la cabeza de Albiol, una bonita combinación entre Pjanic y Khedira puso al exmadridista solo ante el meta rival, al que batió sin apuros, silenciando el San Paolo. A partir de entonces los de Allegri, con dos compactas y ordenadas líneas de cuatro, defendieron la ventaja dejando poquísimos huecos al Nápoles, que controló el balón y tuvo sus ocasiones para poner las tablas, pero las desperdició.
Hasta que, en el comienzo de la reanudación, llegó el merecido premio para los azzurri: una pared parecida a la del gol bianconero, entre Mertens y Hamsik, empujó al capitán partenopeo en el corazón del área, sólo ante Buffon. No falló, marcando el 1-1, y ahora sólo le faltan cuatro dianas para alcanzar el histórico récord de Maradona. Poco después, además, Mertens aprovechó un mal pase de Asamoah que sorprendió a Buffon, pero, con poco ángulo, solo logró hacer topar el balón con el palo.
El susto despertó a la Juventus, a la que se volvió a ver en el área de Rafael, aunque sin crear nunca peligro. Allegri, para el tramo final, sacó a Cuadrado y Dybala, pero su elección apenas tuvo efectos. El Nápoles, de hecho, siguió empujando hasta el pitido final, sin éxito: los de Turín pudieron llevarse a su casa un punto sufrido y fundamental para conservar una ventaja sobre el Roma que se ha reducido a seis puntos, pero que sigue dejándolos bastante tranquilos. El miércoles, siempre en el San Paolo, el último capítulo de los Napoli-Juve de este curso: en juego estará la final de Copa.
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La Juventus logró llevarse un punto del calentísimo San Paolo de Nápoles en el día del regreso de Higuaín a Fuorigrotta. Fue un partido muy intenso, que los napolitanos pasaron casi enteramente en el área rival (los remates locales fueron 17, ante los 4 de los bianconeri, de los cuales apenas uno a puerta), aunque sin la puntería necesaria para conseguir la victoria.
El recibimiento para Gonzalo Higuaín, como era de esperar, fue de todo menos que amistoso. En los alrededores del San Paolo se distribuyeron silbatos y, desde el calentamiento, cada vez que el argentino tocaba el balón el estadio temblaba por los pitos y los insultos de los tifosi, que no le perdonaron a su exhéroe haberse marchado para vestir la camiseta del peor rival.
El parón dejó tocados a ambos onces: Sarri tuvo que renunciar a Reina (salió de inicio el brasileño Rafael), Allegri a Cuadrado y Dybala, utilizando a Lemina en la banda derecha y Pjanic por detrás del Pipita.
El partido se puso enseguida cuesta abajo para la Vecchia Signora, que abrió la lata tras apenas 7 minutos: tras un rechace con la cabeza de Albiol, una bonita combinación entre Pjanic y Khedira puso al exmadridista solo ante el meta rival, al que batió sin apuros, silenciando el San Paolo. A partir de entonces los de Allegri, con dos compactas y ordenadas líneas de cuatro, defendieron la ventaja dejando poquísimos huecos al Nápoles, que controló el balón y tuvo sus ocasiones para poner las tablas, pero las desperdició.
Hasta que, en el comienzo de la reanudación, llegó el merecido premio para los azzurri: una pared parecida a la del gol bianconero, entre Mertens y Hamsik, empujó al capitán partenopeo en el corazón del área, sólo ante Buffon. No falló, marcando el 1-1, y ahora sólo le faltan cuatro dianas para alcanzar el histórico récord de Maradona. Poco después, además, Mertens aprovechó un mal pase de Asamoah que sorprendió a Buffon, pero, con poco ángulo, solo logró hacer topar el balón con el palo.
El susto despertó a la Juventus, a la que se volvió a ver en el área de Rafael, aunque sin crear nunca peligro. Allegri, para el tramo final, sacó a Cuadrado y Dybala, pero su elección apenas tuvo efectos. El Nápoles, de hecho, siguió empujando hasta el pitido final, sin éxito: los de Turín pudieron llevarse a su casa un punto sufrido y fundamental para conservar una ventaja sobre el Roma que se ha reducido a seis puntos, pero que sigue dejándolos bastante tranquilos. El miércoles, siempre en el San Paolo, el último capítulo de los Napoli-Juve de este curso: en juego estará la final de Copa.