Federer golpea a Nadal por tercera vez este año
Derrotó a Nadal, que estuvo más cerca que en Indian Wells, por 6-3 y 6-4. El suizo, de 35 años, sigue intratable. Alzó los tres grandes títulos del año.
Jesús Mínguez
As
El capítulo 37 del duelo entre Rafa Nadal y Roger Federer cayó, como en las cuatro últimas ocasiones, del lado del suizo, que se llevó la final del Masters 1.000 de Miami por 6-3 y 6-4 en 1h:34. Cayo Vizcaíno sigue siendo territorio sin conquistar para el español, que ha tropezado cinco veces en el último partido de un torneo que su gran rival levantó por tercera vez, tras las de 2005 y 2006.
En Crandon Park comenzó la rivalidad, cuando hace 13 temporadas un chaval de 17 tumbó al ya por entonces número uno. Esta vez, el más veterano (35) ganó al de menos edad (30). Pero desde ese 2004, muchas cosas han pasado. Este año, por ejemplo, los dos han resucitado después de un 2016 condicionado por las lesiones. Y Federer lleva ya los títulos de Australia, Indian Wells y Miami. Los tres más importantes. Y tres victorias sobre Rafa Nadal. Intratable. Número cuatro del mundo mañana, con el de Manacor quinto.
Hervía la pista púrpura de Crandon Park, recalentada por la quemazón del sol (unos 30º abajo) y por la tensión que genera siempre el gran clásico del tenis mundial. La tez morena del español se tornaba roja mientras los chorros de sudor corrían. Ventiladores en la silla de cambios, parasoles, toallas con hielo... Viento también, pero no refrescante sino abrasador. Los dos gigantes, que habían perdido el pulso a enfrentarse, se veían por tercera vez este año.
Nadal, que cayó en cinco sets en la final de Australia, salió dispuesto a revertir la sensación de superioridad que dejó el suizo en los octavos de Indian Wells, donde le pasó por encima (6-2 y 6-3). Y cambió el guión. El revés, otras veces vulnerable del de Basilea, se ha transmutado este año en un estilete fino y preciso. Por ahí pinchó el español en California, así que esta vez no insistió por ese lado. Se aplicó a tirarle bolas al drive y consiguió alargar los puntos. Convirtió el partido, en la fase inicial, en un diálogo y no un monólogo. Pero en la primera manga tuvo cuatro bolas de break para meter presión y no consiguió convertirlas. Sí lo hizo el campeón de 18 'grandes' para 5-3, a la sexta de que dispuso, y sacó para ponerse por arriba.
Federer había neutralizado durante el torneo cuatro bolas de partido, a Berdych y Kyrgios. Y había pasado dos horas en pista más que Nadal, que alargando el partido podría tener más opciones. Pero el saque sostuvo al suizo, que sólo perdió cuatro puntos con su servicio en el segundo parcial y volvió a romper para 5-4. Acabó con 29 golpes ganadores (por 15 de Nadal) y 19 errores no forzados (frente a los 23 del español). También tuvo suerte, como tocado por una varita, con varias bolas que se quedaron en la red.
Nadal estuvo más cerca, pero el suizo luce desde que arrancó el curso, quizá, su mejor tenis de siempre. Es más completo. Es su 91 título, su 26 Masters 1.000. Ni Nadal, que todavía luce un 23-14 en el cara a cara, puede ganarle. Y eso que su año es magnífico, con tres finales ya. Habrá que esperar a la tierra... si Federer se aviene a bajar a ella.
Jesús Mínguez
As
El capítulo 37 del duelo entre Rafa Nadal y Roger Federer cayó, como en las cuatro últimas ocasiones, del lado del suizo, que se llevó la final del Masters 1.000 de Miami por 6-3 y 6-4 en 1h:34. Cayo Vizcaíno sigue siendo territorio sin conquistar para el español, que ha tropezado cinco veces en el último partido de un torneo que su gran rival levantó por tercera vez, tras las de 2005 y 2006.
En Crandon Park comenzó la rivalidad, cuando hace 13 temporadas un chaval de 17 tumbó al ya por entonces número uno. Esta vez, el más veterano (35) ganó al de menos edad (30). Pero desde ese 2004, muchas cosas han pasado. Este año, por ejemplo, los dos han resucitado después de un 2016 condicionado por las lesiones. Y Federer lleva ya los títulos de Australia, Indian Wells y Miami. Los tres más importantes. Y tres victorias sobre Rafa Nadal. Intratable. Número cuatro del mundo mañana, con el de Manacor quinto.
Hervía la pista púrpura de Crandon Park, recalentada por la quemazón del sol (unos 30º abajo) y por la tensión que genera siempre el gran clásico del tenis mundial. La tez morena del español se tornaba roja mientras los chorros de sudor corrían. Ventiladores en la silla de cambios, parasoles, toallas con hielo... Viento también, pero no refrescante sino abrasador. Los dos gigantes, que habían perdido el pulso a enfrentarse, se veían por tercera vez este año.
Nadal, que cayó en cinco sets en la final de Australia, salió dispuesto a revertir la sensación de superioridad que dejó el suizo en los octavos de Indian Wells, donde le pasó por encima (6-2 y 6-3). Y cambió el guión. El revés, otras veces vulnerable del de Basilea, se ha transmutado este año en un estilete fino y preciso. Por ahí pinchó el español en California, así que esta vez no insistió por ese lado. Se aplicó a tirarle bolas al drive y consiguió alargar los puntos. Convirtió el partido, en la fase inicial, en un diálogo y no un monólogo. Pero en la primera manga tuvo cuatro bolas de break para meter presión y no consiguió convertirlas. Sí lo hizo el campeón de 18 'grandes' para 5-3, a la sexta de que dispuso, y sacó para ponerse por arriba.
Federer había neutralizado durante el torneo cuatro bolas de partido, a Berdych y Kyrgios. Y había pasado dos horas en pista más que Nadal, que alargando el partido podría tener más opciones. Pero el saque sostuvo al suizo, que sólo perdió cuatro puntos con su servicio en el segundo parcial y volvió a romper para 5-4. Acabó con 29 golpes ganadores (por 15 de Nadal) y 19 errores no forzados (frente a los 23 del español). También tuvo suerte, como tocado por una varita, con varias bolas que se quedaron en la red.
Nadal estuvo más cerca, pero el suizo luce desde que arrancó el curso, quizá, su mejor tenis de siempre. Es más completo. Es su 91 título, su 26 Masters 1.000. Ni Nadal, que todavía luce un 23-14 en el cara a cara, puede ganarle. Y eso que su año es magnífico, con tres finales ya. Habrá que esperar a la tierra... si Federer se aviene a bajar a ella.