F1: Bottas gana en Rusia, Vettel es más líder y Alonso ni sale
El finlandés de Mercedes estrenó su casillero de triunfos y el alemán fue segundo por delante de Kimi. El asturiano abandonó en la vuelta de formación.
Manuel Franco
As
En ese universo paralelo donde algunos habitan están los que solo se dedican a lo suyo sin ir más allá, sin que lo que pasa a su alrededor altere lo más mínimo su ánimo. Suerte. Y ahí vive Kimi Raikkonen. “¿Cómo es que estamos detrás de Bottas?”, preguntó al muro al saber de boxes. “Está liderando la carrera, Kimi”, fue la paciente respuesta. El finlandés de Ferrari era tercero, había salido segundo… y tercero terminó. Claro está, por detrás de Bottas, al que solo pudo ver de lejos y para preguntar evidencias.
Otra cosa fue Sebastian Vettel, entra en la otra clase de pilotos y personas, las que están pendientes de todo en busca de un objetivo, en ocasiones común, casi siempre la victoria. Por eso lo intentó de todas las formas posibles después de una mala salida en la que Valtteri Bottas, el sustituto del campeón del mundo, el piloto llamado a ser el amigo feo de Lewis Hamilton en la fiesta, sustentó su primera victoria en Fórmula 1.
Tras ponerse primero el finlandés de Mercedes fue lo más rápido posible hasta llegar a una ventaja de cinco segundos en la vuelta quince, de casi seis en la veinte… pero después llegó la reacción del tetracampeón que en la 27 estaba a solo dos. E intentó la jugada maestra de estrategia, se quedó más tiempo en la pista en su única parada para intentar volar en esas vueltas de más y salir por delante de su rival tras cambiar neumáticos.
No lo consiguió y apareció a 4,2 segundos de Bottas cuando faltaban solo 17 vueltas para el final. A partir de ese instante fue una contrarreloj de dos rodadores de motor potente y piernas poderosas, primero Vettel dejó la diferencia en apenas un segundo a falta de diez vueltas, después reaccionó Bottas, las distancias eran de tres décimas por vuelta a favor de uno u otro.
Mientras esa lucha era protagonista en la pista, fuera del asfalto las cámaras buscaban el gesto resignado de Fernando Alonso y un helado que solo existía en la metáfora, como forma de decir una broma en vez lo que el corazón le pedía gritar al asturiano. No pudo ni empezar la carrera por un problema en el motor Honda de su McLaren, se quedó parado tras la vuelta de formación a la salida del pit lane. Se levantó y ahí lo dejó mirando el coche como el que ve una araña de lejos, a salvo de la tragedia. Algo que pudo evitar Bottas con un pilotaje sereno y tranquilo, como su rostro después de la victoria, apenas un sonrisa ligera.
Se acercaba Vettel, con vuelta rápida a falta de dos para el final. Pero nada. Intento fallido y Mercedes regresa al triunfo con el actor inesperado. Porque Lewis Hamilton vagaba en la nada, cuarto puesto a más de veinte segundos de Raikkonen. “¿Cómo podemos estar tan lejos de Kimi?”, se preguntaba el inglés. Preguntas sencillas de responder. No fue tan fácil puntuar para Carlos Sainz, décimo el madrileño tras partir decimocuarto y adelantar varios coches, entre ellos a su compañero Daniil Kvyat en su casa.
Gran carrera del español, antes del gran premio de Barcelona. Ahí todo debe ser mejor. Aunque no para Bottas, aquí ya ha sido más feliz de lo que será nunca. Volveremos a ver una batalla Ferrari-Mercedes, quizá Hamilton haya vuelto de estas vacaciones rusas, quizá Alonso pueda participar…y todo será mejor. Barcelona espera. Habrá sonrisas.
Manuel Franco
As
En ese universo paralelo donde algunos habitan están los que solo se dedican a lo suyo sin ir más allá, sin que lo que pasa a su alrededor altere lo más mínimo su ánimo. Suerte. Y ahí vive Kimi Raikkonen. “¿Cómo es que estamos detrás de Bottas?”, preguntó al muro al saber de boxes. “Está liderando la carrera, Kimi”, fue la paciente respuesta. El finlandés de Ferrari era tercero, había salido segundo… y tercero terminó. Claro está, por detrás de Bottas, al que solo pudo ver de lejos y para preguntar evidencias.
Otra cosa fue Sebastian Vettel, entra en la otra clase de pilotos y personas, las que están pendientes de todo en busca de un objetivo, en ocasiones común, casi siempre la victoria. Por eso lo intentó de todas las formas posibles después de una mala salida en la que Valtteri Bottas, el sustituto del campeón del mundo, el piloto llamado a ser el amigo feo de Lewis Hamilton en la fiesta, sustentó su primera victoria en Fórmula 1.
Tras ponerse primero el finlandés de Mercedes fue lo más rápido posible hasta llegar a una ventaja de cinco segundos en la vuelta quince, de casi seis en la veinte… pero después llegó la reacción del tetracampeón que en la 27 estaba a solo dos. E intentó la jugada maestra de estrategia, se quedó más tiempo en la pista en su única parada para intentar volar en esas vueltas de más y salir por delante de su rival tras cambiar neumáticos.
No lo consiguió y apareció a 4,2 segundos de Bottas cuando faltaban solo 17 vueltas para el final. A partir de ese instante fue una contrarreloj de dos rodadores de motor potente y piernas poderosas, primero Vettel dejó la diferencia en apenas un segundo a falta de diez vueltas, después reaccionó Bottas, las distancias eran de tres décimas por vuelta a favor de uno u otro.
Mientras esa lucha era protagonista en la pista, fuera del asfalto las cámaras buscaban el gesto resignado de Fernando Alonso y un helado que solo existía en la metáfora, como forma de decir una broma en vez lo que el corazón le pedía gritar al asturiano. No pudo ni empezar la carrera por un problema en el motor Honda de su McLaren, se quedó parado tras la vuelta de formación a la salida del pit lane. Se levantó y ahí lo dejó mirando el coche como el que ve una araña de lejos, a salvo de la tragedia. Algo que pudo evitar Bottas con un pilotaje sereno y tranquilo, como su rostro después de la victoria, apenas un sonrisa ligera.
Se acercaba Vettel, con vuelta rápida a falta de dos para el final. Pero nada. Intento fallido y Mercedes regresa al triunfo con el actor inesperado. Porque Lewis Hamilton vagaba en la nada, cuarto puesto a más de veinte segundos de Raikkonen. “¿Cómo podemos estar tan lejos de Kimi?”, se preguntaba el inglés. Preguntas sencillas de responder. No fue tan fácil puntuar para Carlos Sainz, décimo el madrileño tras partir decimocuarto y adelantar varios coches, entre ellos a su compañero Daniil Kvyat en su casa.
Gran carrera del español, antes del gran premio de Barcelona. Ahí todo debe ser mejor. Aunque no para Bottas, aquí ya ha sido más feliz de lo que será nunca. Volveremos a ver una batalla Ferrari-Mercedes, quizá Hamilton haya vuelto de estas vacaciones rusas, quizá Alonso pueda participar…y todo será mejor. Barcelona espera. Habrá sonrisas.