El yerno de Donald Trump refuerza su poder en la Casa Blanca
Jared Kushner, esposo de una hija del presidente, viaja a Irak acompañando al jefe del Estado Mayor tras haber preparado la visita del líder chino
Amanda Mars
Washington, El País
Antes que el consejero de Seguridad Nacional o que el Secretario de Estado, el primer alto cargo de la Administración de Donald Trump en visitar Irak no ha sido sino su yerno, Jared Kushner, consejero presidencial y personaje cada vez más influyente en Washington. El viaje, que comenzó el lunes y del que no se conocen muchos detalles, deja claro que el creciente poder de este empresario de 36 años y su esposa, la primogénita del presidente, Ivanka Trump, ya con puesto formal en la Casa Blanca.
Desde los primeros días de la nueva presidencia, Trump confió a este joven un papel relevante como el de asesor principal y una labor crítica como el mediar en el conflicto palestino-israelí, atendiendo a su condición de judío, pero su figura no ha hecho más que crecer desde entonces, eclipsando en muchas ocasiones al secretario de Estado, Rex Tillerson. Ha intervenido en las encuentros con México y en las reuniones preparatorios de la próxima visita del presidente chino, Xi Jinping, y él le atribuyen muchos analistas una influencia definitiva a la hora de suavizar algunas de las políticas sociales del presidente republicano. La semana pasada también le nombraron responsable de la nueva oficina de Innovación Americana, un organismo que, grosso modo, busca reformar la Administración pública con fómrulas empresariales.
A Irak se desplazó sin previo anuncio por invitación del jefe del Estado mayor conjunto, el general Joseph Dunford, y en compañía también de Thomas Bossert, consejero de seguridad de Trump, con el fin de conocer de primera mano la situación. En una reunión con el primer ministro iraquí, Haider Al-Abadi, analizaron "la batalla de Mosul y el apoyo de la alianza internacional al problema de las personas desplazadas”, según un comunicado de la oficina del Gobierno iraquí.
La Administración de Trump ha prometido reforzar la lucha contra el terrorismo islámico y acelerar la caída del autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Naciones Unidas afirmó este martes que está ampliando sus campos de refugiados debido a los intensos bombardeos en Mosul por parte de las fuerzas iraquíes y estadounidenses en el marco de dicha ofensiva contra el ISI. La segunda ciudad más poblada de Irak está a punto de ser recuperada por las fuerzas iraquíes, pero afronta el difícil reto de la convivencia posterior y Estados Unidos debe calibrar su papel en esa etapa.
Este es el nuevo terreno en el que ha entrado el yerno del presidente, hijo de una familia multimillonaria y demócrata de Nueva Jersey que tiene unas cuantas cosas en común con su suegro: ambos nacieron ya ricos y crecieron en el mercado inmobiliario desde muy jóvenes. Con solo 25 años, Kushner ya compró su propio medio de comunicación, The New York Observer, por unos 10 millones de dólares.
También Ivanka Trump se ha convertido en miembro de pleno derecho del equipo de su padre en la Casa Blanca En las primeras semanas de Administración despertó las críticas por su participación en reuniones de alto nivel como las mantenidas con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, o la canciller alemana, Angela Merkel, cuando la empresa no tenía ningún cargo oficial que lo justificara y, en cambio, sí suscitaba suspicacias por trato de favor para sus negocios. La semana pasada fue nombrada asistente especial del presidente, lo que oficializa un papel los críticos han calificado de nepotismo claro. Con una fortuna conjunta de más de 700 millones de dólares, el joven matrimonio no cobra por estos servicios presidenciales.
Amanda Mars
Washington, El País
Antes que el consejero de Seguridad Nacional o que el Secretario de Estado, el primer alto cargo de la Administración de Donald Trump en visitar Irak no ha sido sino su yerno, Jared Kushner, consejero presidencial y personaje cada vez más influyente en Washington. El viaje, que comenzó el lunes y del que no se conocen muchos detalles, deja claro que el creciente poder de este empresario de 36 años y su esposa, la primogénita del presidente, Ivanka Trump, ya con puesto formal en la Casa Blanca.
Desde los primeros días de la nueva presidencia, Trump confió a este joven un papel relevante como el de asesor principal y una labor crítica como el mediar en el conflicto palestino-israelí, atendiendo a su condición de judío, pero su figura no ha hecho más que crecer desde entonces, eclipsando en muchas ocasiones al secretario de Estado, Rex Tillerson. Ha intervenido en las encuentros con México y en las reuniones preparatorios de la próxima visita del presidente chino, Xi Jinping, y él le atribuyen muchos analistas una influencia definitiva a la hora de suavizar algunas de las políticas sociales del presidente republicano. La semana pasada también le nombraron responsable de la nueva oficina de Innovación Americana, un organismo que, grosso modo, busca reformar la Administración pública con fómrulas empresariales.
A Irak se desplazó sin previo anuncio por invitación del jefe del Estado mayor conjunto, el general Joseph Dunford, y en compañía también de Thomas Bossert, consejero de seguridad de Trump, con el fin de conocer de primera mano la situación. En una reunión con el primer ministro iraquí, Haider Al-Abadi, analizaron "la batalla de Mosul y el apoyo de la alianza internacional al problema de las personas desplazadas”, según un comunicado de la oficina del Gobierno iraquí.
La Administración de Trump ha prometido reforzar la lucha contra el terrorismo islámico y acelerar la caída del autodenominado Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). Naciones Unidas afirmó este martes que está ampliando sus campos de refugiados debido a los intensos bombardeos en Mosul por parte de las fuerzas iraquíes y estadounidenses en el marco de dicha ofensiva contra el ISI. La segunda ciudad más poblada de Irak está a punto de ser recuperada por las fuerzas iraquíes, pero afronta el difícil reto de la convivencia posterior y Estados Unidos debe calibrar su papel en esa etapa.
Este es el nuevo terreno en el que ha entrado el yerno del presidente, hijo de una familia multimillonaria y demócrata de Nueva Jersey que tiene unas cuantas cosas en común con su suegro: ambos nacieron ya ricos y crecieron en el mercado inmobiliario desde muy jóvenes. Con solo 25 años, Kushner ya compró su propio medio de comunicación, The New York Observer, por unos 10 millones de dólares.
También Ivanka Trump se ha convertido en miembro de pleno derecho del equipo de su padre en la Casa Blanca En las primeras semanas de Administración despertó las críticas por su participación en reuniones de alto nivel como las mantenidas con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, o la canciller alemana, Angela Merkel, cuando la empresa no tenía ningún cargo oficial que lo justificara y, en cambio, sí suscitaba suspicacias por trato de favor para sus negocios. La semana pasada fue nombrada asistente especial del presidente, lo que oficializa un papel los críticos han calificado de nepotismo claro. Con una fortuna conjunta de más de 700 millones de dólares, el joven matrimonio no cobra por estos servicios presidenciales.