El triunfo de “CONFIRMADO: Clinton dio las armas químicas a El Asad” y otras noticias falsas

Los expertos de EE UU alertan de que numerosas publicaciones siguen difundiendo mentiras por su rentabilidad económica

Cristina F. Pereda
Washington, El País
El presidente Donald Trump preguntaba este sábado a sus seguidores en Pensilvania que dónde habían oído hablar por primera vez de las “noticias falsas”. Acto seguido se señaló a sí mismo. Como candidato, Trump utilizó la expresión para atacar a los medios de comunicación que, según él, publicaban información para perjudicarle. Sin embargo, el mandatario también estaba apuntando a un fenómeno real que no ocurre precisamente en la redacción de The New York Times ni de CNN, sus enemigos preferidos. La explosión de páginas web que difunden teorías conspirativas y contenido claramente falso, se consolidó en las pasadas elecciones y ha logrado hacerse un hueco gracias a su rentabilidad económica.


La divulgación de noticias falsas se ha extendido hasta tal punto que la Universidad de Harvard ha creado un manual para detectarlas. La guía recomienda comprobar el nombre del supuesto medio de comunicación y considerar como un factor sospechoso el uso de mayúsculas en los titulares. Tras el ataque químico cometido hace unas semanas por el régimen sirio contra la población civil, los estadounidenses pudieron leer uno de ellos: “ALERTA: Ahora Sabemos Dónde Obtuvo Siria el Gas Sarín, CONFIRMADA la Implicación de Hillary”.

La web que lo publicó, DonaldTrumpNews.co, es solo un ejemplo. Sus competidores son WorldPoliticus.com, donde se puede leer cómo la ex asesora de seguridad nacional Susan Rice supuestamente consultó documentos de inteligencia sobre la campaña de Trump y Whitehouse.news. Esta última ha publicado que el escándalo sobre la posible colaboración entre Trump y el Kremlin que investiga el FBI “es una operación política de Obama”.

Grandes compañías de Internet como Google y Facebook se han sumado a los esfuerzos para verificar el contenido de estas páginas y denunciar falsedades en las redes sociales. Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Stanford acerca de las ‘fake news’ alerta de un reto aún mayor: “¿quién es el árbitro de la verdad?”. La facilidad para difundir información falsa, amplificada por el efecto de las redes sociales, se suma a la credibilidad que muchos usuarios dan a estas noticias, creando una receta de consecuencias impredecibles.

El desafío que representan se ha agravado aún más al conocer que los ciberataques rusos durante la campaña electoral se aprovecharon de la existencia de estas páginas para difundir información falsa sobre Clinton. Uno de los medios que publicó más conspiraciones en relación a la demócrata fue Russia Today, cuyos ejecutivos han sido identificados por la Oficina del Director Nacional de Inteligencia de EE UU como muy cercanos al aparato de política exterior del Kremlin.

EE UU ha dejado atrás las especulaciones de si fueron precisamente estas noticias las que ayudaron a Trump, pero los expertos alertan de que las mismas páginas que se beneficiaron económicamente al publicar información falsa de su rival, lo siguen haciendo ahora porque Trump se ha convertido en un aliado al difundir las mismas mentiras.

Pasadas las elecciones, las páginas de noticias falsas prestan ahora atención a la actualidad. USANewsPost.us publicó que Georgia se ha convertido en “el primer Estado que prohíbe la cultura musulmana en un movimiento histórico para restaurar los valores occidentales”. Este es el tipo de titular que revela la dificultad de rastrear noticias que combinan verdad y mentira. Un legislador de Georgia sí presentó un proyecto de ley discriminatorio para prohibir velos y burkas, pero nunca fue aprobado. La misma web afirma que Chelsea Clinton está en la cárcel y que el —inexistente— asesino del juez Antonin Scalia, fallecido hace más de un año, ha sido detenido en la frontera con México.

Casi el 40% del contenido publicado durante las elecciones en Facebook por tres páginas asociadas con la ultraderecha estadounidense era falso, como estos dos últimos titulares, según una investigación de Buzzfeed. Las webs tienen además un número de seguidores en las redes equiparable al de los grandes medios: frente a los 1,6 millones de seguidores de POLITICO o 2,5 de CNN Politics, las páginas Right Wing News y Freedom Daily tienen 3,1 y 1,9 millones de seguidores en Facebook. Ambas están consideradas entre las cabeceras que publicaron más contenido falso antes de las elecciones.

Para responder ante ellas, medios tradicionales, empresas, usuarios e instituciones como Harvard tendrán que mirar además fuera de sus fronteras, ya que las mayores creaciones de noticias falsas ni siquiera tienen sus raíces en EE UU. La investigación de Buzzfeed reveló que más de 140 páginas web favorables al republicano fueron creadas antes de las elecciones en la misma ciudad de Macedonia, a casi 10.000 kilómetros de Washington.

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