El Gobierno de Trump dice que el acuerdo nuclear iraní “ha fracasado” y ordena revisarlo
Washington analizará el levantamiento de sanciones a Teherán incluido en el pacto
Joan Faus
Washington, El País
Tras elevar el tono ante Siria y Corea del Norte, el Gobierno de Donald Trump lo hizo este miércoles ante Irán, otro enemigo de Estados Unidos. El secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que el acuerdo nuclear iraní “ha fracasado a la hora de cumplir su objetivo” de evitar el desarrollo atómico de Teherán y esgrimió que “solo pospone el objetivo”.
Fueron las palabras más duras hasta el momento sobre Irán en los tres meses de Administración de Trump, que ha criticado el acuerdo nuclear pero que no ha revelado si se saldrá de él. Tillerson explicó que se va a llevar a cabo una “revisión completa” del pacto de 2015 entre Irán, EE UU y otras cinco potencias porque, esgrimió, “ignoró completamente” todas las otras amenazas que entraña Teherán, por ejemplo como Estado patrocinador de terrorismo.
“Un Irán sin restricciones tiene el potencial de seguir el mismo camino que Corea del Norte y llevarse consigo al mundo. Estados Unidos quiere evitar una segunda prueba de que la paciencia estratégica es una táctica fallida”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense en una rueda de prensa.
La declaración llega al día siguiente de que Tillerson mandara una carta al líder del Congreso, Paul Ryan, en que anunciaba que Irán está cumpliendo el acuerdo nuclear pero que lo someterá a una revisión interna, incluidas las sanciones estadounidenses que se levantaron como parte de ese pacto. Una hipotética restauración de las penalizaciones supondría un golpe casi mortal al acuerdo de 2015 entre Irán, EE UU y otras cinco potencias dado que se basó en el fin de las millonarias sanciones —en sectores como el financiero y energético que estrangularon a la economía iraní— a cambio de que Teherán limitara su programa atómico.
Trump ha ordenado al Consejo de Seguridad Nacional que lidere una revisión entre varias agencias gubernamentales del acuerdo nuclear, en vigor desde enero de 2016, que “evaluará si la suspensión de las sanciones relacionadas con Irán conforme al JCPOA es vital a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”, según anunció Tillerson utilizando el acrónimo en inglés del pacto nuclear.
El jefe de la diplomacia estadounidense advirtió de que Irán “se mantiene como un Estado líder patrocinador de terror mediante muchas plataformas y métodos”.
La certificación del cumplimiento iraní tiene que comunicarse al Congreso cada 90 días y el plazo expiraba el martes. Es la primera comunicación de este tipo bajo la presidencia de Trump, que ha criticado duramente el acuerdo con Teherán —lo ha llamado “el peor acuerdo jamás negociado”—, pero no ha dicho si Washington lo respetará, se saldrá de él o buscara cambiarlo.
Irán integra la lista del Departamento de Estado de países patrocinadores de terrorismo. Irán apoya a Hezbollah en Líbano y a los rebeldes houthis en Yemen. También sufre penalizaciones estadounidenses por violaciones de derechos humanos y de otro tipo.
En febrero, EE UU impuso nuevas sanciones a Irán en respuesta a su última prueba con un misil balístico y que estaban desvinculadas del pacto nuclear. Unos días antes, el presidente republicano había advertido a Teherán de que estaba “jugando con fuego” y que él no iba a ser tan “amable” como su predecesor, el demócrata Barack Obama, que hizo de la firma del pacto nuclear una parte central de su legado en política exterior.
Los defensores del pacto esgrimen que hace más seguro al mundo y aleja a Irán de desarrollar un arma atómica, mientras que los críticos, como el Partido Republicano e Israel, alegan que simplemente pospone la carrera nuclear y carece de mecanismos adecuados de supervisión.
La revisión estadounidense del pacto se conoce a los pocos días de que los siete países firmantes —Irán, EE UU, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China— se reúnan el próximo martes en Viena para un análisis semestral del acuerdo.
Joan Faus
Washington, El País
Tras elevar el tono ante Siria y Corea del Norte, el Gobierno de Donald Trump lo hizo este miércoles ante Irán, otro enemigo de Estados Unidos. El secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que el acuerdo nuclear iraní “ha fracasado a la hora de cumplir su objetivo” de evitar el desarrollo atómico de Teherán y esgrimió que “solo pospone el objetivo”.
Fueron las palabras más duras hasta el momento sobre Irán en los tres meses de Administración de Trump, que ha criticado el acuerdo nuclear pero que no ha revelado si se saldrá de él. Tillerson explicó que se va a llevar a cabo una “revisión completa” del pacto de 2015 entre Irán, EE UU y otras cinco potencias porque, esgrimió, “ignoró completamente” todas las otras amenazas que entraña Teherán, por ejemplo como Estado patrocinador de terrorismo.
“Un Irán sin restricciones tiene el potencial de seguir el mismo camino que Corea del Norte y llevarse consigo al mundo. Estados Unidos quiere evitar una segunda prueba de que la paciencia estratégica es una táctica fallida”, dijo el jefe de la diplomacia estadounidense en una rueda de prensa.
La declaración llega al día siguiente de que Tillerson mandara una carta al líder del Congreso, Paul Ryan, en que anunciaba que Irán está cumpliendo el acuerdo nuclear pero que lo someterá a una revisión interna, incluidas las sanciones estadounidenses que se levantaron como parte de ese pacto. Una hipotética restauración de las penalizaciones supondría un golpe casi mortal al acuerdo de 2015 entre Irán, EE UU y otras cinco potencias dado que se basó en el fin de las millonarias sanciones —en sectores como el financiero y energético que estrangularon a la economía iraní— a cambio de que Teherán limitara su programa atómico.
Trump ha ordenado al Consejo de Seguridad Nacional que lidere una revisión entre varias agencias gubernamentales del acuerdo nuclear, en vigor desde enero de 2016, que “evaluará si la suspensión de las sanciones relacionadas con Irán conforme al JCPOA es vital a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”, según anunció Tillerson utilizando el acrónimo en inglés del pacto nuclear.
El jefe de la diplomacia estadounidense advirtió de que Irán “se mantiene como un Estado líder patrocinador de terror mediante muchas plataformas y métodos”.
La certificación del cumplimiento iraní tiene que comunicarse al Congreso cada 90 días y el plazo expiraba el martes. Es la primera comunicación de este tipo bajo la presidencia de Trump, que ha criticado duramente el acuerdo con Teherán —lo ha llamado “el peor acuerdo jamás negociado”—, pero no ha dicho si Washington lo respetará, se saldrá de él o buscara cambiarlo.
Irán integra la lista del Departamento de Estado de países patrocinadores de terrorismo. Irán apoya a Hezbollah en Líbano y a los rebeldes houthis en Yemen. También sufre penalizaciones estadounidenses por violaciones de derechos humanos y de otro tipo.
En febrero, EE UU impuso nuevas sanciones a Irán en respuesta a su última prueba con un misil balístico y que estaban desvinculadas del pacto nuclear. Unos días antes, el presidente republicano había advertido a Teherán de que estaba “jugando con fuego” y que él no iba a ser tan “amable” como su predecesor, el demócrata Barack Obama, que hizo de la firma del pacto nuclear una parte central de su legado en política exterior.
Los defensores del pacto esgrimen que hace más seguro al mundo y aleja a Irán de desarrollar un arma atómica, mientras que los críticos, como el Partido Republicano e Israel, alegan que simplemente pospone la carrera nuclear y carece de mecanismos adecuados de supervisión.
La revisión estadounidense del pacto se conoce a los pocos días de que los siete países firmantes —Irán, EE UU, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China— se reúnan el próximo martes en Viena para un análisis semestral del acuerdo.