Campeón de otoño
Los números del Boca de Guillermo son contundentes: si el torneo fuera corto, se hubiera consagrado con la victoria contra Defensa. Si sostiene estos resultados...
Leandro Contento
lcontento@ole.com.ar
"Boca aprovechó la derrota de San Lorenzo en Victoria y se consagró sin jugar”.
“La historia de Darío Benedetto, el héroe de la definición contra Defensa”.
“Guillermo ganó su primer título como técnico de Boca y se lo dedicó a su mujer y sus hijos”.
“Los hinchas famosos celebraron en las redes sociales”.
“La intimidad del vestuario: llantos, risas y cargadas contra River”.
“Angelici ya piensa en lo que viene: quiere a Tevez otra vez en Boca”.
Los diarios ya se hubieran agotado. El equipo ya estaría clasificado a la zona de grupos de la Libertadores 2018. El Mellizo ya se hubiese sacado de encima la mufa de la edición anterior. Y la mitad más uno del país seguiría festejando en cada rincón de la Argentina. Si el torneo fuera corto, si como la mayoría de las veces hubiera jugado de manera semestral, Boca ya sería el campeón y con números que lo convierten en uno de los mejores equipos de los últimos tiempos. Un campeón que no hubiese tenido la necesidad de completar las 19 fechas para consagrarse, ya que le hubiese alcanzado con el triunfo del sábado ante el Halcón para asegurarse el título. Un Boca para la historia: 40 puntos en 18 partidos, siendo el equipo que más partidos ganó (12), el que menos perdió (dos), el que más goles convirtió (¡41!) y uno de los que menos recibieron: 16. Una maquinita.
Boca podrá no desplegar el nivel de juego que pretende el DT. La defensa podrá no ser la más segura del torneo. El mediocampo no se caracterizará precisamente por su orden y su solidez. Y hay jugadores clave que cuando faltan se hacen sentir. Todo eso es verdad y está a la vista. Pero sus números, al mismo tiempo, son irreprochables. No existe equipo en la Argentina más efectivo y rendidor que el de Guillermo. Y el futuro pinta todavía más alentador. Antes de la reanudación del campeonato, el cálculo que hacían en Boca era que con lograr diez triunfos más en las 16 fechas siguientes, el título no correría peligro, no se podía escapar. Pasaron cuatro y ganó tres, y de los 12 rivales que resta enfrentar, sólo Estudiantes, River y Newell’s, con los que se medirá entre las fechas 23 y 25, se ubican hoy entre los primeros diez de la tabla.
Hay varios factores que juegan a favor de Boca para conseguir el único título que vale, el de los 30 partidos. Uno es que no juega Copa y no habrá fecha de Eliminatorias hasta el final del torneo. El otro: que ningún equipo demostró hasta el momento tener con qué hacerle fuerza. San Lorenzo ganó dos de sus últimos cinco partidos; Newell’s se hace fuerte de local, pero afuera le cuesta; y Estudiantes se recuperó, pero dejó demasiados puntos en el camino. Atrás viene River, en alza, pero a ocho puntos. Lejos.
Boca se trepó a la punta en el cierre del 2016, luego de la victoria en el Monumental, y no la soltó más. Nunca, tampoco, había sacado tanta ventaja de puntos a sus perseguidores como ahora. Falta la otra mitad del trabajo.
Leandro Contento
lcontento@ole.com.ar
"Boca aprovechó la derrota de San Lorenzo en Victoria y se consagró sin jugar”.
“La historia de Darío Benedetto, el héroe de la definición contra Defensa”.
“Guillermo ganó su primer título como técnico de Boca y se lo dedicó a su mujer y sus hijos”.
“Los hinchas famosos celebraron en las redes sociales”.
“La intimidad del vestuario: llantos, risas y cargadas contra River”.
“Angelici ya piensa en lo que viene: quiere a Tevez otra vez en Boca”.
Los diarios ya se hubieran agotado. El equipo ya estaría clasificado a la zona de grupos de la Libertadores 2018. El Mellizo ya se hubiese sacado de encima la mufa de la edición anterior. Y la mitad más uno del país seguiría festejando en cada rincón de la Argentina. Si el torneo fuera corto, si como la mayoría de las veces hubiera jugado de manera semestral, Boca ya sería el campeón y con números que lo convierten en uno de los mejores equipos de los últimos tiempos. Un campeón que no hubiese tenido la necesidad de completar las 19 fechas para consagrarse, ya que le hubiese alcanzado con el triunfo del sábado ante el Halcón para asegurarse el título. Un Boca para la historia: 40 puntos en 18 partidos, siendo el equipo que más partidos ganó (12), el que menos perdió (dos), el que más goles convirtió (¡41!) y uno de los que menos recibieron: 16. Una maquinita.
Boca podrá no desplegar el nivel de juego que pretende el DT. La defensa podrá no ser la más segura del torneo. El mediocampo no se caracterizará precisamente por su orden y su solidez. Y hay jugadores clave que cuando faltan se hacen sentir. Todo eso es verdad y está a la vista. Pero sus números, al mismo tiempo, son irreprochables. No existe equipo en la Argentina más efectivo y rendidor que el de Guillermo. Y el futuro pinta todavía más alentador. Antes de la reanudación del campeonato, el cálculo que hacían en Boca era que con lograr diez triunfos más en las 16 fechas siguientes, el título no correría peligro, no se podía escapar. Pasaron cuatro y ganó tres, y de los 12 rivales que resta enfrentar, sólo Estudiantes, River y Newell’s, con los que se medirá entre las fechas 23 y 25, se ubican hoy entre los primeros diez de la tabla.
Hay varios factores que juegan a favor de Boca para conseguir el único título que vale, el de los 30 partidos. Uno es que no juega Copa y no habrá fecha de Eliminatorias hasta el final del torneo. El otro: que ningún equipo demostró hasta el momento tener con qué hacerle fuerza. San Lorenzo ganó dos de sus últimos cinco partidos; Newell’s se hace fuerte de local, pero afuera le cuesta; y Estudiantes se recuperó, pero dejó demasiados puntos en el camino. Atrás viene River, en alza, pero a ocho puntos. Lejos.
Boca se trepó a la punta en el cierre del 2016, luego de la victoria en el Monumental, y no la soltó más. Nunca, tampoco, había sacado tanta ventaja de puntos a sus perseguidores como ahora. Falta la otra mitad del trabajo.