Bauza no se supo defender

Walter Vargas
wvargas@ole.com.ar
Hay cuentas oportunas más allá de eventuales noticias que puedan surgir el lunes, el martes o después. Cuentas que atañen a Bauza y no se deducen sólo de la magra sumatoria de puntos de su ciclo.


Retomemos algunos conceptos que había trazado Jorge Trasmonte. ¿Perfiló Bauza algo aproximado a una identidad? No. Ni de lejos. La Selección jamás tuvo puntos de contacto con los equipos de Bauza conocidos ni alentó expectativas de un nuevo Bauza capaz de parir una nueva Selección. Dispuso a los jugadores en la cancha como quien tira volantes publicitarios desde una avioneta… y que se arreglen. Jugadores, además, que salvo honrosas excepciones emanaron de las convocatorias del Partido Conservador Patonista. Es cierto que hay nombres que magnetizan. Mascherano, Agüero, Higuaín, Di María… pero hay trampa ahí. Son cracks, pero el problema es que en la Selección no juegan como cracks y a fuerza de repetirse el desencanto se supone que un entrenador de la Selección debe romper con la inercia. Pues de eso, Bauza, nada. Apostó a seducir a las estrellas con una pasmosa puerilidad en un tipo con tantos años en el fútbol. A tales estrellas les da lo mismo que el DT sea Martino, Bauza, el Pelado Díaz o Caruso, a condición de que no los perturben demasiado.

Sin crédito como seleccionador, como estratega y como líder grupal, ¿de dónde es genuino agarrarse para romper una lanza por la continuidad de Bauza? ¿En la defensa del cumplimiento de los contratos? Mala noticias: no lo ha elegido la flamante conducción de la AFA y si alguien ha conspirado contra el Patón ha sido el Patón mismo con su cóctel de impericia, despiste y arrogancia.

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