Austria, de criticar la valla del vecino a construir la suya

El Gobierno austriaco acogió 90.000 solicitantes de asilo, pero después blindó su paso por Eslovenia

Sara Velert
Madrid, El País
Austria se convirtió al final del verano de 2015 en el país de tránsito de centenares de miles de refugiados de camino a Alemania o Suecia. En pocos meses, y tras acoger a 90.000 solicitantes de asilo, el Gobierno austriaco dio un giro a la sombra del auge ultraderechista y decidió blindar su territorio. Envió a 500 soldados a Spielfeld, en el límite con Eslovenia, y construyó en torno a este control fronterizo varios kilómetros de valla después de haber criticado duramente a Hungría por construir su alambrada.


El muro de Spielfeld, que el Ejecutivo austriaco describió como "una puerta con estructuras adyacentes" para distanciarse de la imagen del muro húngaro, desencadenó finalmente un efecto dominó hacia el sur que acabó por cerrar la ruta de los Balcanes a los refugiados.

Ahora apenas llegan ya migrantes a Spielfeld, pero la valla sigue ahí. Austria teme una nueva llegada masiva de refugiados y se ha planteado también fortificar la frontera con Italia —una decisión suspendida de momento ante las protestas de Roma— y con Hungría.

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