Venezuela arremete contra a la OEA un día antes de la reunión extraordinaria por su crisis
La ministra de exteriores, Delcy Rodríguez, critica y menosprecia al secretario general de la organización
Nicolás Alonso
Washington, El País
Venezuela ataca a última hora, pero ya es tarde. Su canciller, Delcy Rodríguez, acudió este lunes a Washington en un intento desesperado de exponer una imagen positiva y bondadosa de su Gobierno frente a los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), 18 de los cuales denunciaron la semana pasada las graves violaciones democráticas del país bolivariano. Durante un discurso largo, en ocasiones irrelevante, la ministra de exteriores criticó una supuesta ofensiva para “agredir” a Venezuela, fraguada por el secretario general de la organización, Luis Almagro.
Durante un discurso de más de 40 minutos, Rodríguez denunció fuertemente las “acciones injerencistas” de la OEA por la convocatoria de una reunión extraordinaria este martes para evaluar la crisis venezolana. La canciller acusó a los solicitantes de esta reunión de obedecer a los “poderes imperiales” y les criticó por la declaración divulgada el pasado jueves, firmada por 14 países y apoyada por otros 4, en que insisten al régimen venezolano a que libere sus presos políticos y devuelva la legitimidad a los procesos democráticos.
Pero la diana central de las amenazas del régimen de Nicolás Maduro está fijada en Almagro, al que Venezuela considera ser un “mentiroso, malhechor y traidor a la dignidad diplomática”, según afirmó la canciller, sentada a escasos centímetros del secretario general. Rodríguez, desligándose del vocabulario diplomático habitual, le acusó de ser un “oscuro personaje” obsesionado con “desestabilizar y acabar con la revolución bolivariana” desde que llegó al cargo.
La ministra venezolana descalificó el informe presentado por Almagro hace más de diez días en el que detallaba una “ruptura del orden democrático en Venezuela” y solicitaba la suspensión del país en la OEA si éste no convoca elecciones de manera inminente.
Atendiendo a una retórica conspirativa —según la cual los esfuerzos de algunos países miembros y Almagro tienen como objetivo “crear un ambiente de que algo grave ocurre en Venezuela”—, Rodríguez trazó la imagen de un país exento de problemas, estable y plagado de ayudas sociales a sus ciudadanos, que repasó para defender las bondades su gobierno.
Sin embargo, una infinidad de documentación recogida por organizaciones internacionales, la OEA y Gobiernos de la región, indican serias violaciones de derechos humanos, detenciones y represalias a oponentes políticos, y una severa crisis humanitaria. Según ha informado este periódico, los venezolanos carecen de atención sanitaria, pese a que Rodríguez presumió de lo contrario, y sufren de una escasez de productos básicos como el papel higiénico o el pan.
Los embajadores de los 34 países que forman el Consejo Permanente escucharon en silencio a la canciller venezolana, pero era un discurso que ya conocían. Sus aliados, entre ellos Nicaragua o Bolivia, expresaron su apoyo. Sus rivales, de manera coincidental o planeada y al contrario que en otras ocasiones, no debatieron con la ministra venezolana, prefirieron esperar a mañana martes, cuando se celebre, en la misma sala, la reunión extraordinaria.
El intento, desesperado, de Rodríguez para rescatar el declive diplomático que atraviesa su país no funcionó. “Estamos en la hora de los valientes y los dignos”, afirmó la canciller para cerrar su discurso. Pero la hora no era este lunes. Quizás sí lo sea este martes, a las dos de la tarde, cuando los países miembros podrían dar comienzo a una intensa confrontación diplomática con el país bolivariano, que podría concluir con la suspensión del país como miembro de la OEA.
Nicolás Alonso
Washington, El País
Venezuela ataca a última hora, pero ya es tarde. Su canciller, Delcy Rodríguez, acudió este lunes a Washington en un intento desesperado de exponer una imagen positiva y bondadosa de su Gobierno frente a los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA), 18 de los cuales denunciaron la semana pasada las graves violaciones democráticas del país bolivariano. Durante un discurso largo, en ocasiones irrelevante, la ministra de exteriores criticó una supuesta ofensiva para “agredir” a Venezuela, fraguada por el secretario general de la organización, Luis Almagro.
Durante un discurso de más de 40 minutos, Rodríguez denunció fuertemente las “acciones injerencistas” de la OEA por la convocatoria de una reunión extraordinaria este martes para evaluar la crisis venezolana. La canciller acusó a los solicitantes de esta reunión de obedecer a los “poderes imperiales” y les criticó por la declaración divulgada el pasado jueves, firmada por 14 países y apoyada por otros 4, en que insisten al régimen venezolano a que libere sus presos políticos y devuelva la legitimidad a los procesos democráticos.
Pero la diana central de las amenazas del régimen de Nicolás Maduro está fijada en Almagro, al que Venezuela considera ser un “mentiroso, malhechor y traidor a la dignidad diplomática”, según afirmó la canciller, sentada a escasos centímetros del secretario general. Rodríguez, desligándose del vocabulario diplomático habitual, le acusó de ser un “oscuro personaje” obsesionado con “desestabilizar y acabar con la revolución bolivariana” desde que llegó al cargo.
La ministra venezolana descalificó el informe presentado por Almagro hace más de diez días en el que detallaba una “ruptura del orden democrático en Venezuela” y solicitaba la suspensión del país en la OEA si éste no convoca elecciones de manera inminente.
Atendiendo a una retórica conspirativa —según la cual los esfuerzos de algunos países miembros y Almagro tienen como objetivo “crear un ambiente de que algo grave ocurre en Venezuela”—, Rodríguez trazó la imagen de un país exento de problemas, estable y plagado de ayudas sociales a sus ciudadanos, que repasó para defender las bondades su gobierno.
Sin embargo, una infinidad de documentación recogida por organizaciones internacionales, la OEA y Gobiernos de la región, indican serias violaciones de derechos humanos, detenciones y represalias a oponentes políticos, y una severa crisis humanitaria. Según ha informado este periódico, los venezolanos carecen de atención sanitaria, pese a que Rodríguez presumió de lo contrario, y sufren de una escasez de productos básicos como el papel higiénico o el pan.
Los embajadores de los 34 países que forman el Consejo Permanente escucharon en silencio a la canciller venezolana, pero era un discurso que ya conocían. Sus aliados, entre ellos Nicaragua o Bolivia, expresaron su apoyo. Sus rivales, de manera coincidental o planeada y al contrario que en otras ocasiones, no debatieron con la ministra venezolana, prefirieron esperar a mañana martes, cuando se celebre, en la misma sala, la reunión extraordinaria.
El intento, desesperado, de Rodríguez para rescatar el declive diplomático que atraviesa su país no funcionó. “Estamos en la hora de los valientes y los dignos”, afirmó la canciller para cerrar su discurso. Pero la hora no era este lunes. Quizás sí lo sea este martes, a las dos de la tarde, cuando los países miembros podrían dar comienzo a una intensa confrontación diplomática con el país bolivariano, que podría concluir con la suspensión del país como miembro de la OEA.