Un paro histórico
Los futbolistas decidieron sostener el paro, y por lo tanto, el fútbol argentino continúa sin reanudarse. Sin embargo, no es la primera vez que los torneos no siguen su curso a raíz de medidas de fuerza. Eso sí, nunca antes la causa había sido por atrasos salariales. Repasá los antecedentes.
Lucas Casterán @Luky_Casteran
lcasteran@ole.com.ar
Después de tanta incertidumbre, el fútbol argentino continúa sin reanudarse. Y eso que su vuelta estaba programada para inicialmente para el primer fin de semana de febrero. Pero ni siquiera un mes más tarde se pudo llegar a un acuerdo entre las partes (dirigentes y AFA, por un lado; futbolistas y gremio, por el otro). Y al menos este viernes, la pelota seguirá sin volver a rodar. A pesar de que el Gobierno le había girado a la AFA el dinero por la rescisión del Fútbol para Todos y de la vaquita de los equipos de Primera para juntar más dinero, desde Futbolistas Argentinos Agremiados (con el apoyo de los jugadores) resolvieron mantener el paro hasta que se salde la deuda completa con el dinero acreditado en las cuentas de los jugadores. A lo sumo, algunos clubes podrían largar a la cancha los juveniles. Sin embargo, ésta no es la primera vez que Argentina no tiene fútbol por medidas de fuerzas o que esas decisiones llevan a que no jueguen los profesionales. Eso sí, nunca antes la causa había sido por atrasos salariales. Repasá los antecedentes.
La primera huelga de la historia terminó siendo uno de los desencadenantes para la instauración del profesionalismo. En 1931, los jugadores pretendían revocar la llamada 'Ley candado', que prohibía la libertad de contratación, y pretendían tener el pase libre. A raíz de ello, los futbolistas Mario Evaristo, Carricaberry, Marassi, Figueroa, Giúdice, Bartolucci, Zurdo y Corvetto fueron expulsados de la Asociación Amateur. Tras ocho días de disputa, y con la intervención del presidente José Félix Uriburu, los clubes resolvieron hacerle contrato a sus jugadores. Un mes más tarde, esto produjo el tercer (y último) cisma en el fútbol argentino con la creación de la Liga Argentina de Football, que agrupaba a los cinco grandes y 13 clubes más.
El siguiente paro fue en 1948 y se originó a partir del pedido de los futbolistas por una mejora salarial, reconocimiento gremial, libre contratación y apertura del libro de pases. La huelga duró seis meses y terminó en mayo de 1949, cuando el Ministerio de Trabajo aprobó un Convenio de Trabajo tras una reunión con Futbolistas Argentinos Agremiados y la AFA. De todos modos, como se puso un tope salarial de 1.500 pesos, hubo un éxodo masivo de figuras, principalmente a Colombia. Así fue que Alfredo Di Stéfano, Adolfo Pedernera, y Néstor Rossi, entre otros, abandonaron el fútbol argentino.
En 1971 hubo dos. El primero fue el 5 de marzo, duró apenas dos días y nació por la decisión de los clubes de limitar a 20 el cupo de profesionales (era 25). El interventor de la AFA, Juan Martín Onetto Gaona, determinó la reapertura del libro de pases y le dio la razón al gremio. El otro ocurrió el 4 de noviembre. El objetivo era que los equipos reconozcan a los futbolistas como trabajadores y no como trabajadores deportivos ante una AFA que pretendía anular el Convenio de Trabajo. El 22 de noviembre consiguieron que el Ministerio de Trabajo lo reconozca.
El 11 de agosto de 1975, la AFA rechazó firmar el Convenio Colectivo de Trabajo. El Ministerio de Trabajo intimó a que se levante la medida de fuerza y cuatro días más tarde se levantó el paro. Igualmente, esto llevó a que River se juegue la chance de cortar una sequía de 18 años sin títulos con el Metropolitano con pibes de la cuarta y de la quinta. En cancha de Vélez, el Millonario pudo ganar 1-0 con tanto de Rubén Bruno para ponerle fin a la racha más grande sin ser campeón de su historia.
En 1983, una fecha se postergó por un paro de la Asociación Argentina de Arbitros, y en 1984 hubo un paro de un día por jugadores de Boca que pedían el pase libre.
El 18 de enero 1985, el conflicto se originó porque Boca no quería darle la libertad de acción a Ricardo Gareca y a Oscar Ruggeri. Tras 12 días se llegó a un acuerdo. El Tigre y el Cabezón pasaron a River, mientras que Jorge Olarticoechea y Carlos Tapia hicieron el camino inverso.
En 1988, Claudio Zacarías, de San Lorenzo, fue herido tras una bomba que cayó en la entrada al vestuario visitante. El paro se levantó a la semana, con la promesa de AFA de aumentar las medidas de seguridad. El futbolista, a su vez, inició un juicio que terminó con la exoneración de los clubes, de la provincia de Córdoba y de la AFA.
En julio de 1998, Agremiados inició una huelga porque Gustavo Campagnuolo, Marcelo Pontiroli, Mauro Potenzoni, Sergio Castillo, Pablo Guede y Eduardo Fuentes, de Deportivo Español, reclamaban el pase libre, algo que finalmente lograron.
Y en febrero de 1999, hubo otro que se originó porque la Justicia impedía que se reanude el ascenso por hechos de violencia.
En fin, los paros no son nada nuevo en el fútbol argentino. Lo que está claro es que este deporte hace mucho tiempo que dejo de ser simplemente un juego. Al menos en el profesionalismo, donde hay demasiados factores circundantes que lo llevaron a la situación de hoy: el dinero que se mueve es mucho y, además, es una fuente incalculable de poder, entre otras cosas. ¿Qué te han hecho, fútbol querido?
Lucas Casterán @Luky_Casteran
lcasteran@ole.com.ar
Después de tanta incertidumbre, el fútbol argentino continúa sin reanudarse. Y eso que su vuelta estaba programada para inicialmente para el primer fin de semana de febrero. Pero ni siquiera un mes más tarde se pudo llegar a un acuerdo entre las partes (dirigentes y AFA, por un lado; futbolistas y gremio, por el otro). Y al menos este viernes, la pelota seguirá sin volver a rodar. A pesar de que el Gobierno le había girado a la AFA el dinero por la rescisión del Fútbol para Todos y de la vaquita de los equipos de Primera para juntar más dinero, desde Futbolistas Argentinos Agremiados (con el apoyo de los jugadores) resolvieron mantener el paro hasta que se salde la deuda completa con el dinero acreditado en las cuentas de los jugadores. A lo sumo, algunos clubes podrían largar a la cancha los juveniles. Sin embargo, ésta no es la primera vez que Argentina no tiene fútbol por medidas de fuerzas o que esas decisiones llevan a que no jueguen los profesionales. Eso sí, nunca antes la causa había sido por atrasos salariales. Repasá los antecedentes.
La primera huelga de la historia terminó siendo uno de los desencadenantes para la instauración del profesionalismo. En 1931, los jugadores pretendían revocar la llamada 'Ley candado', que prohibía la libertad de contratación, y pretendían tener el pase libre. A raíz de ello, los futbolistas Mario Evaristo, Carricaberry, Marassi, Figueroa, Giúdice, Bartolucci, Zurdo y Corvetto fueron expulsados de la Asociación Amateur. Tras ocho días de disputa, y con la intervención del presidente José Félix Uriburu, los clubes resolvieron hacerle contrato a sus jugadores. Un mes más tarde, esto produjo el tercer (y último) cisma en el fútbol argentino con la creación de la Liga Argentina de Football, que agrupaba a los cinco grandes y 13 clubes más.
El siguiente paro fue en 1948 y se originó a partir del pedido de los futbolistas por una mejora salarial, reconocimiento gremial, libre contratación y apertura del libro de pases. La huelga duró seis meses y terminó en mayo de 1949, cuando el Ministerio de Trabajo aprobó un Convenio de Trabajo tras una reunión con Futbolistas Argentinos Agremiados y la AFA. De todos modos, como se puso un tope salarial de 1.500 pesos, hubo un éxodo masivo de figuras, principalmente a Colombia. Así fue que Alfredo Di Stéfano, Adolfo Pedernera, y Néstor Rossi, entre otros, abandonaron el fútbol argentino.
En 1971 hubo dos. El primero fue el 5 de marzo, duró apenas dos días y nació por la decisión de los clubes de limitar a 20 el cupo de profesionales (era 25). El interventor de la AFA, Juan Martín Onetto Gaona, determinó la reapertura del libro de pases y le dio la razón al gremio. El otro ocurrió el 4 de noviembre. El objetivo era que los equipos reconozcan a los futbolistas como trabajadores y no como trabajadores deportivos ante una AFA que pretendía anular el Convenio de Trabajo. El 22 de noviembre consiguieron que el Ministerio de Trabajo lo reconozca.
El 11 de agosto de 1975, la AFA rechazó firmar el Convenio Colectivo de Trabajo. El Ministerio de Trabajo intimó a que se levante la medida de fuerza y cuatro días más tarde se levantó el paro. Igualmente, esto llevó a que River se juegue la chance de cortar una sequía de 18 años sin títulos con el Metropolitano con pibes de la cuarta y de la quinta. En cancha de Vélez, el Millonario pudo ganar 1-0 con tanto de Rubén Bruno para ponerle fin a la racha más grande sin ser campeón de su historia.
En 1983, una fecha se postergó por un paro de la Asociación Argentina de Arbitros, y en 1984 hubo un paro de un día por jugadores de Boca que pedían el pase libre.
El 18 de enero 1985, el conflicto se originó porque Boca no quería darle la libertad de acción a Ricardo Gareca y a Oscar Ruggeri. Tras 12 días se llegó a un acuerdo. El Tigre y el Cabezón pasaron a River, mientras que Jorge Olarticoechea y Carlos Tapia hicieron el camino inverso.
En 1988, Claudio Zacarías, de San Lorenzo, fue herido tras una bomba que cayó en la entrada al vestuario visitante. El paro se levantó a la semana, con la promesa de AFA de aumentar las medidas de seguridad. El futbolista, a su vez, inició un juicio que terminó con la exoneración de los clubes, de la provincia de Córdoba y de la AFA.
En julio de 1998, Agremiados inició una huelga porque Gustavo Campagnuolo, Marcelo Pontiroli, Mauro Potenzoni, Sergio Castillo, Pablo Guede y Eduardo Fuentes, de Deportivo Español, reclamaban el pase libre, algo que finalmente lograron.
Y en febrero de 1999, hubo otro que se originó porque la Justicia impedía que se reanude el ascenso por hechos de violencia.
En fin, los paros no son nada nuevo en el fútbol argentino. Lo que está claro es que este deporte hace mucho tiempo que dejo de ser simplemente un juego. Al menos en el profesionalismo, donde hay demasiados factores circundantes que lo llevaron a la situación de hoy: el dinero que se mueve es mucho y, además, es una fuente incalculable de poder, entre otras cosas. ¿Qué te han hecho, fútbol querido?