Trump califica de “caza de brujas” las investigaciones sobre la influencia rusa en las elecciones

El Senado niega a Michael Flynn la inmunidad que había solicitado a cambio de declarar

Cristina F. Pereda
Washington, El País
El presidente Donald Trump calificó de “caza de brujas” la investigación parlamentaria sobre los posibles contactos entre su campaña electoral y Rusia. El mandatario republicano escribió en la mañana del viernes que las pesquisas se deben a una invención de la prensa estadounidense y del Partido Demócrata en respuesta al resultado electoral. Se trata del último intento del presidente para desacreditar el trabajo de los Comités de Inteligencia de la Cámara y el Senado, que buscan determinar si Moscú interfirió en las elecciones en coordinación con su campaña electoral. La Casa Blanca aseguró posteriormente que Flynn “debe testificar”, según el portavoz Sean Spicer y que no teme al contenido de sus declaraciones.


Trump cumple 10 semanas en la presidencia sin librarse en un solo momento de la tormenta política que gira a su alrededor. El jueves por la noche se supo que, el general Michael Flynn, el exasesor de seguridad nacional que abandonó el cargo tras conocerse que recibió pagos de empresas rusas, pidió inmunidad al FBI a cambio de declarar en la investigación. Sus abogados hicieron la misma oferta a las comisiones parlamentarias y, al menos en el caso del Senado, se la han denegado, según adelantó este viernes NBC.

La petición de Flynn llegaba también horas después de que el Comité de Inteligencia del Senado celebrase la primera audiencia pública sobre la influencia rusa en las elecciones. Los líderes del Comité alertaron durante la jornada de la amenaza “sin precedentes” que suponen las capacidades informáticas rusas para la democracia de EE UU y calificaron su oleada propagandística de “inaudita”. El interrogante sigue siendo si los operativos rusos, que atacaron los sistemas informáticos de la campaña demócrata para obtener información, actuaron en coordinación con el equipo de Trump.

Se desconoce también qué habría llevado a Flynn —y a Trump, en su apoyo— a solicitar inmunidad antes de declarar. El presidente afirmó en un acto de campaña en septiembre que “si no eres culpable de un crimen, ¿para qué necesitas inmunidad?. Trump hablaba entonces de los asesores de Clinton interrogados por el FBI en el caso de los correos electrónicos. En una referencia similar, Flynn declaró a la CNN que “cuando te dan inmunidad, es porque probablemente hayas cometido un delito”.

La carta enviada por su abogado atribuye la petición a que “ninguna persona razonable se sometería a un interrogatorio en un ambiente de caza de brujas y tan politizado sin garantías de que no será acusado injustamente”. Flynn, dicen sus asesores, “tiene una historia que contar y muchas ganas de contarla cuando así lo permitan las circunstancias”. Los senadores, sin embargo, no estudiarán la inmunidad hasta que no hayan avanzado más sus investigaciones y determinen qué puede ofrecer Flynn a cambio, según fuentes parlamentarias consultadas por los medios estadounidenses.

El vendaval causado por las investigaciones del caso ruso regresó a la Casa Blanca esta semana tras conocerse además que el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Devin Nunes, había consultado pruebas proporcionadas por miembros del equipo de Trump. Nunes hizo saltar las alarmas cuando acudió al edificio presidencial para acceder a los documentos. El número dos del comité, el representante demócrata Adam Schiff, ha solicitado que se aparte de la investigación por sospechas de que se haya coordinado con la Administración Trump.

La Casa Blanca ha calificado esa visita de “adecuada” y “rutinaria”. El portavoz de la Administración, Sean Spicer, declaró este viernes que desconoce qué información maneja el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara y que la Casa Blanca ha invitado a su número dos para que consulte los mismos documentos. Spicer añadió que el gabinete cuenta con “nuevos materiales” que aclararán “de qué hablaba Trump” cuando dijo que había sido espiado y que el verdadero problema son las filtraciones a los medios.

Mientras Nunes intenta apagar esta crisis, agravada aún más por las alegaciones del propio Trump de que fue espiado por encargo de su antecesor, el diario The New York Times identificó a los dos empleados de la Casa Blanca le proporcionaron documentos recabados por las agencias de inteligencia. Uno de ellos, Ezra Cohen-Watnick, pertenece al Consejo Nacional de Seguridad y formaba parte del equipo personal de Flynn.

La información obtenida por estos asesores, que Nunes compartió después con el propio Trump, se limita a conversaciones de embajadores y otros funcionarios extranjeros sobre cómo establecer relación con la nueva Administración, según el Times. Esta práctica, habitual en toda transición política, está enmarcada en graves sospechas tanto por las alegaciones de Trump de que fue espiado como por los contactos de su equipo con operativos rusos. El último forzó al fiscal general Jeff Sessions a apartarse de la investigación que también lleva a cabo el Departamento de Justicia porque ocultó al Senado que se había entrevistado en dos ocasiones con el embajador de Moscú en Washington.

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