Pelotazo en contra

No siempre revolearla es la mejor opción para despejar el peligro en el arco propio. Rossi, ante Talleres, tiró un pelotazo y la jugada terminó en el gol del empate de Talleres. "Dividimos la pelota en un lugar donde no teníamos que hacerlo", admitió Guillermo.

Vicente Muglia @VicenMuglia
vmuglia@ole.com.ar
En los últimos años en el fútbol argentino comenzó a observarse un recurso que va de la mano de un determinado estilo futbolístico: salir jugando desde el fondo. El Newell's de Martino, el Lanús de Almirón y el Defensa y Justicia de Holan son los máximos exponentes de esta búsqueda que provoca cierta polémica. Para sus detractores, es correr un riesgo innecesario. Para sus defensores, en cambio, es la mejor manera de generar superioridades numéricas detrás de las sucesivas líneas de presión y de poder avanzar en el campo sin resignar la posesión, en una acción que precisa de todo un trabajo colectivo.


Ejemplos a favor y en contra hay varios. En la fecha anterior, en un momento puntual, Boca decidió salir jugando a partir de su arquero Rossi y la jugada, luego de 13 pases consecutivos, terminó en el gol de Benedetto para el 2-0 ante Banfield. Este domingo, en la Bombonera, ocurrió un ejemplo en contrario. Otra vez Rossi tenía que poner en juego la pelota desde el fondo. En esta ocasión, un tiro libre al lado del área. En lugar de intentar iniciar el juego por abajo, el arquero decidió revolearla. Como para darle la razón a los amantes del "saque si quiere ganar". El recurso del famoso pelotazo a dividir, que se utiliza para alejar el peligro, no siempre es lo más efectivo como muchos quieren hacer creer. Así como salir jugando no te da la seguridad de que la jugada va a terminar en una situación favorable para convertir, el pelotazo tampoco garantiza nada. Ni en ataque ni en defensa. Y Talleres lo demostró. El saque de Rossi, que llegó a la altura del círculo central, fue rechazado de cabeza, hacia adelante, por un solitario Guiñazú. La pelota la recibió Ramis, en tres cuartos de cancha, quien la tocó también de cabeza para Reynoso. El 10, de primera, habilitó otra vez a Ramis para que se filtrara entre los centrales y definiera a un costado de Rossi. Así, la T aprovechó el regalito y puso el 1 a 1.

El error fue marcado por Guillermo Barros Schelotto en la conferencia de prensa. "Nos equivocamos en decisiones fáciles. Faltaban 30 segundos para que terminara el primer tiempo y dividimos una pelota en un lugar donde no teníamos que hacerlo", explicó, sin dudas molesto con su arquero por repartir el destino del balón en partes iguales cuando era propiedad de Boca.

Por lo general, el "tirarla a dividir" conlleva una serie de movimientos colectivos con el objetivo de buscar ganar la segunda pelota o el rebote, una estrategia en la que trabajan varios equipos. Es la famosa "segunda jugada". Lo que hizo Rossi, en cambio, fue revolearla hacia un sector donde Boca no estaba preparado numérica ni posicionalmente para interceptar ese hipotético rebote. Y así como el premio a salir jugando ante Banfield fue el gol propio, el castigo por esta acción resultó el empate de Talleres.

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